Las aguas residuales, un aliado para la salud pública

El robot que detecta virus como el covid en redes de saneamiento funciona ya con éxito en dos depuradoras de Asturias y sus impulsores confían en llevarlo a más estaciones: "Puede transportarse en una furgoneta pequeña"

Irene Fernández, de la empresa MagnaDea, junto al sistema robotizado de detección automática de virus. | LUISMA MURIAS

Irene Fernández, de la empresa MagnaDea, junto al sistema robotizado de detección automática de virus. | LUISMA MURIAS / Lorena Landázuri

Lorena Landázuri

"El potencial que tiene la vigilancia de las aguas residuales para ver brotes, cómo puede aparecer una nueva enfermedad o, una vez aparecida, observar su tendencia en el tiempo es enorme". Así destacó Valentín Rodríguez, responsable de epidemiología ambiental de la consejería de Salud, la relevancia del proyecto "COV-RED", presentado ayer en la estación de aguas residuales de Las Caldas, en Oviedo. Contribuir a la detección de SARS-CoV-2 y de otras patologías mediante el análisis automatizado de las aguas residuales es el principal objetivo de la iniciativa que adelantó ayer LA NUEVA ESPAÑA y en la que han participado el consorcio de aguas de Asturias (Cadasa), el área de Microbiología de la Universidad de Oviedo, la empresa municipal de aguas de Gijón y la ingeniería MagnaDea, con financiación del Idepa.

Dos robots, un brazo mecánico, un termociclador y un concentrador de aguas residuales son las partes de un equipo que aspira a convertirse en un aliado para la salud pública. "Ahora mismo, estamos recibiendo semanalmente de Madrid los análisis de coronavirus con al menos cinco días de retraso. Para obtener información es algo muy útil, pero para poder actuar, con esos plazos no es eficiente. Esto hace que el proyecto ‘COV-RED’ tenga un potencial enorme para monitorizar a tiempo real y enviar en pocas horas los datos y así actuar con la mayor rapidez posible", asegura Rodríguez.

Reducir los plazos, de días a seis horas, con datos obtenidos en tiempo real y de manera automatizada son las ventajas que ofrece una tecnología aplicable en el futuro "a otros patógenos y a otros problemas sanitarios más graves que el covid, ya que las aplicaciones son indefinidas", indicó Felipe Lombo, investigador del área de Microbiología de la Facultad de Medicina.

Los robots, fabricados por una empresa de Estados Unidos, han sido adaptados a lo que el equipo de profesionales asturianos quería detectar. "Además, en el consorcio de aguas de Asturias se ha hecho un equipo nuevo no comercial, que es el concentrador de aguas residuales que también está automatizado y que solo lo tenemos nosotros en el consorcio", subrayó Lombo.

Integrantes del proyecto, ayer, en la estación de aguas residuales de Las Caldas, en Oviedo. |  | LUISMA MURIAS

Integrantes del proyecto, ayer, en la estación de aguas residuales de Las Caldas, en Oviedo. | | LUISMA MURIAS / Lorena Landázuri

La ola del covid disminuye

Los datos hablan por si solos. Desde 2020, en las aguas residuales que se llevan monitorizando en dos depuradoras de Asturias –la de Villapérez y la de Gijón oeste– hasta ahora el virus está estable. Como novedad, ayer enviaron los datos de la muestra recogida el miércoles pasado y ha disminuido significativamente la presencia de covid en Gijón. Por lo que parece que esta posible ola que estamos sufriendo esté empezando a remitir, a esperas de los datos de la siguiente semana", reveló el director general de Salud Pública. Otro de los pilares del proyecto es el lanzamiento de una web, aún en desarrollo, donde queden recogidos los datos obtenidos de los análisis para ser puestos a disposición de entidades y personal sanitario. "Se está trabajando para que, mediante un sistema de alertas muy visuales, se pueda avisar a diferentes organismos de la situación del momento para actuar con rapidez. Esto es solo el principio", añadió Irene Fernández, responsable de proyectos en Magna Dea. 

A la espera de que las empresas del sector decidan hacerse con esta tecnología, sobre el terreno se espera perfeccionar aún más el sistema. "Hasta no llegar aquí, a hacer las pruebas en un ambiente real, no hemos detectado muchos de los problemas que había. Por ejemplo, en la siguiente fase trabajaremos en buscar una envolvente que, sin llegar a formar condensación dentro, nos ofrezca la protección que necesitemos para todo. Pero la tecnología está lista para ser adquirida", recalcó Fernández. Con el futuro encima de la mesa, Lombo apuesta por llevar el sistema a otras estaciones de depuración. "Es cuestión de tiempo, ya que el equipo está pensado para poder transportarse en una furgoneta de tamaño normal". Los próximos retos son estudiar la aplicación para el seguimiento de otras enfermedades o patentar el concentrador de muestras.

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