El Arbi El Harti: "La función del arte es tensar la realidad, no ser complaciente"

El escritor, compañero de María Pagés y codirector de "Paraíso de los negros", reclama "generosidad" para sellar un pacto por la cultura

El Arbi El Harti, ayer, en el centro Niemeyer de Avilés. | María Fuentes

El Arbi El Harti, ayer, en el centro Niemeyer de Avilés. | María Fuentes / Franco Torre

Franco Torre

Franco Torre

El Arbi El Harti (Arcila, Marruecos, 1960) es el cónyuge y el más estrecho colaborador de María Pagés. Intelectual de primer orden, El Harti es catedrático de literatura española e hispanoamericana en la Universidad Mohamed V de Rabat, y cuenta con una fecunda trayectoria como escritor, poeta y dramaturgo. Además de participar de forma activa en la gestación y la puesta en escena de los proyectos de la bailaora galardonada con el premio "Princesa de Asturias" de las Artes, El Arbi El Harti es el cofundador y director del Centro Coreográfico María Pagés de Fuenlabrada, un gran baluarte en la defensa y promoción de la danza.

Estos días, El Harti participa en el encuentro de fundaciones "Reimaginar el futuro a través del arte y la cultura: nuevas narrativas, cambio social y medioambiente", que organiza la Fundación Princesa de Asturias y que se inició ayer en la fábrica de La Vega. En la jornada de hoy, El Harti participará en una mesa redonda sobre "El mundo de los seres sociales", con Rodrigo Cuevas y con el director de la Orquesta de Música del Reciclaje, Víctor Gil, en el centro Niemeyer. El cierre de las jornadas llegará a las 20.00 horas, cuando se representará en el propio centro avilesino "Paraíso de los negros", un espectáculo de María Pagés codirigido por El Harti.

"‘Paraíso de los negros’ es una coreografía flamenca que toma como savia propia la tensión de los principios de libertad y autoridad", explica El Harti, en conversación con LA NUEVA ESPAÑA. "Es un poco un trabajo o un espectáculo vitalista sobre la incertidumbre, en un momento muy complejo y muy importante para que definamos qué queremos ser en los próximos cien años", sostiene.

El Harti deja patente su preocupación por la crisis del estado del bienestar, "de lo mejor que ha creado la humanidad". Pero su reflexión se dirige también al debate sobre la naturaleza misma de España. "Esa pregunta, ¿qué es España?, no se ha hecho todavía, por eso no tenemos un pacto para la cultura en España que defina qué somos. No se hizo en la posguerra y esa situación se mantiene hasta hoy, que hay una pequeña escisión en lo que somos. Es una cuestión sobre todo política: tenemos que sentarnos todos, en nuestra diversidad, y ver qué somos y qué queremos ser. Es una cuestión de plantear un debate, de voluntad y de mucha generosidad política. Porque nuestros partidos políticos tienen que tener conciencia de que la cultura nos pertenece a todos". El dramaturgo no teme expresar sus ideas: "El mundo de la cultura, el mundo intelectual, está para generar ideas, para tensar la realidad. Porque la función del arte es esa, no la complacencia".

En el discurso de El Arbi El Harti, el pasado y el presente se integran con naturalidad. Para explicar la gestación del Centro Coreográfico María Pagés, hilvana un relato que comienza en 1929, cuando los abuelos maternos de la bailaora (ella de la burguesía catalana, él un empresario madrileño) se conocieron en Sevilla, donde se afincaron. María Pagés llegaría a la danza, explica El Harti, de forma natural, como algo "fundamental en la educación sentimental de los niños" sevillanos, y su familia la apoyó en su incipiente vocación enviándola, con 15 años, a Madrid, para que completase su formación en la Escuela de la Compañía Nacional de Danza.

"María está desde los 15 años en Madrid, y por tanto yo quería desarrollar el proyecto del Centro Coreográfico en Madrid. Pero el Ayuntamiento de la época no entendió el proyecto, probablemente por cuestiones de prejuicios sobre el flamenco, aunque el Centro Coreográfico acoge todos los lenguajes dancísticos. El caso es que la gente del Ayuntamiento de Fuenlabrada se enteró y nos invitó a visitarles. Nos enseñaron los espacios que querían destinar al proyecto, un espacio maravilloso de 4.500 metros cuadrados, y mostraron mucho interés por el proyecto. Estamos muy contentos de estar en Fuenlabrada, donde tenemos un apoyo del Ayuntamiento muy muy importante", explica El Harti.

Trabajar desde Fuenlabrada les permite, también, explorar la dialéctica entre el centro y la periferia, entre "la imponente" capital y unas ciudades del entorno que están "arrugadas" pese a su indudable empuje. Periferia y diversidad, dos cualidades que también podrían atribuirse al flamenco y, por extensión, a la esencia misma de España.

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