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El bisturí del Sporting-Fuenlabrada: Las sensaciones top han huido y solo quedan los malos resultados

El Sporting ha pasado del hundimiento a la nada sumando diez puntos de los últimos 39

Una acción del Sporting-Fuenlabrada en El Molinón Juan Plaza

Las bajas. El frío. La juventud. Los árbitros. La planificación. Las telarañas en la caja de caudales. Los cambios. El hundimiento. La nada. Introdúzcanse los ingredientes en la coctelera, agítese y obtendrán las explicaciones-excusas del hundimiento del Sporting de Gallego, al que le ha durado la gasolina dos vueltas al circuito.

Otra jornada sin victoria en la visita del Fuenlabrada, uno de los candidatos –hasta ahora– al descenso. Los números son cabezotas: 10 de los últimos 39 puntos, ocho partidos sin ganar, otros tantos sin dejar la puerta a cero... Hace tiempo que las buenas sensaciones se han ido y solo se han quedado los malos resultados. Lo demás es ley del fútbol. Los marcadores grises extienden un manto de dudas sobre todo lo que se mueve: el entrenador, el modelo, el proyecto...

Queda por ver lo que pasará ahora. Y llega el Ceares, partido en el que no debería haber dudas sobre el resultado.

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Y más en un ecosistema como el rojiblanco, hastiado de penar desde hace casi tres décadas por la categoría de los tópicos que es esta Segunda División, salvo por aquellos felices paréntesis de Preciado y Abelardo. Y uno de esos tópicos es que cualquier éxito pasa por la defensa. El año pasado el Sporting era quinto, sumaba 31 puntos y presentaba 18 goles a favor y 13 en contra. Hoy está por debajo del décimo puesto, lleva 18 goles, los mismos a favor que hace un año, pero 22 en contra. Ahí está la diferencia. Queda por ver lo que pasará ahora. Y llega el Ceares, partido en el que no debería haber dudas sobre el resultado.

Recula, recula y gol del Fuenlabrada

Tras el gol de Aitor, el Sporting dio un paso atrás confiando en el toca-toca de Pedro Díaz y Gragera, dos de sus mejores futbolistas. Suelen suceder cosas cuando las piernas tiemblan y la cabeza no funciona por la presión de los malos resultados: arriesgar poco y quedarse con lo que atesorada. El recula recula en el que se metió el Sporting permitió crecer a los de Oltra, otro equipo que llegó a Gijón plagado de bajas y con una racha de resultados solo un poco mejor que la de los gijoneses. Y claro, tenía que pasar. Córner en contra, defensa de chiste, cabezazo en el borde del área pequeña de Damián Cáceres y otros dos puntos que vuelan.

"Te animaré hasta la muerte" a pesar de la racha y la tormentona

El tiro de cámara de los “tenedores” de los derechos de televisión de Tebas no engaña: entrada “probe”, tirando a ruina en El Molinón. Algo lógico dado el temporal deportivo y climatológico reinante en la zona del Piles y alrededores. Además, y con la tormentona que arrojó de todo sobre Asturias salvo millones, la tropa se protegió del aguacero en las zonas altas de El Molinón, lejos de los camarógrafos. De mano, Gallego y los suyos fueron recibidos sin frío, pero sin calor. Intentó mover el cotarro el fondo sur entonando el clásico “Yo te animé, te animé desde siempre, te animé desde siempre. Y ya nunca te abandonaré... ¡Sporting!”. Eso antes de que comenzaran a pasar cosas. Ya al filo del descanso los datos oficiales de asistencia confirmaron las primeras sospechas: entrada floja, muy floja. Poco menos de 9.000 almas en la casa rojiblanca. Exactamente, 8.989. De ahí tanto plástico vacío. Mucho. Demasiado.

Aitor, gol con dedicatoria especial: hijo en camino

Pase magistral de Pedro Díaz y remate de goleador de Aitor García. Segundo para el andaluz esta temporada, lo que iguala su registro del pasado año. En total, y desde que aterrizó en Gijón en el mercado de invierno de la temporada 2018-19, Aitor suma diez dianas: una en su primer curso, siete en la 19-20 y dos en la actual. La de ayer tuvo un sabor muy especial. Celebración con el balón bajo la camiseta emulando barriga de embarazo, un clásico entre los futbolistas que van a ser papá. Será el primero para el de Gibraleón. Seguro que al Sporting no le importará que siga festejando goles de esa manera.

 El VAR se une a la fiesta: cinco minutos dándole hacia atrás y hacia adelante

Cinco minutos dándole a la rosquita del vídeo hacia atrás y hacia adelante para comprobar fotograma a fotograma una mano en el área del Sporting con Zozulia, delantero del Fuenlabrada, por el medio. El resultado, jugada anulada por un fuera de juego de uno de los compañeros del ucraniano. Cinco minutos perdidos y otros tres de regalo como prolongación en el primer tiempo. El fútbol moderno ya puede presumir de partidos de más de cien minutos. Sin ir más lejos, el viernes, el Athletic de Marcelino y el Granada disputaron 105 minutos en San Mamés. El VAR desespera a los que conocieron otro fútbol, pero se supone que ha llegado para ser más justo para todo. Aunque a este paso vamos camino de encuentros de 120 minutos en modo eliminatoria, con tiempo reglamentario y prórroga. Solo faltan las tandas de penaltis. Todo es posible. No pierdan la fe.

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