Así combate el Sporting la presión de las jornadas finales: tres pautas y el cambio de rol de Imanol Ibarrondo

El conjunto rojiblanco mantiene una dinámica para responder a la demanda emocional de las "once finales" que restan de campeonato

Miguel Ángel Ramírez, entre Juan Otero y Roque Mesa, en Mareo. | Marcos León

Miguel Ángel Ramírez, entre Juan Otero y Roque Mesa, en Mareo. | Marcos León / Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

El vestuario asume el reto. Los jugadores del Sporting hablan abiertamente de "once finales", aunque no a todos les gusta el término. De lo que nadie duda es que el tramo decisivo de la liga está en marcha y toca exprimirse al máximo para conseguir estar al final de temporada en los puestos que dan acceso al ascenso. La plantilla empieza a sentir la tensión que implica todo esto. Se vio en momentos de necesidad como ante el Albacete, o en los silbidos durante el encuentro ante el Alcorcón. Saber manejar esa exigencia, a nivel mental, es una de las llaves para que la cabeza y las piernas respondan. Lo tiene bien presente el club rojiblanco.

Dinámicas de grupo, charlas personales y consultas, a nivel más particular, con psicólogos deportivos o coaches. Estas son tres de las claves a partir de las cuales el Sporting trata de hacer grupo, liberar la mente y encontrar herramientas para saber manejar momentos de máxima exigencia mental. No es una novedad. Más bien ha sido la fórmula de trabajo desde el inicio de la temporada. Una rutina ligada a la preparación. Es ahora, sin embargo, cuando tanto el trabajo previo como lo que queda por llegar cobra especial importancia por lo que envuelve la competición. Obtener el máximo rendimiento de manera sostenida, el fin.

Acercarse al sueño de conseguir meterse en los puestos por subir de categoría supone un extra tanto de adrenalina, como de frustración en determinados momentos. En este sentido, los jugadores del Sporting comparten, en su gran mayoría, haber encontrado en la figura de Miguel Ángel Ramírez la de un entrenador muy abierto al diálogo. Tanto en lo deportivo, como en lo personal. Desde los habituales en el once, hasta los que han contado con menos oportunidades. Más allá de las conversaciones en el antes, durante y después de cada entrenamiento, el técnico suele programar reuniones periódicas con cada uno de sus futbolistas para tratar asuntos de manera más directa. En algunas ocasiones, con carácter semanal.

La plantilla también realiza dinámicas de grupo de manera periódica. En ellas trata de poner en común algún tema que pueda afectar al colectivo y tratar de encontrar solución de manera conjunta. Miguel Ángel Ramírez y los futbolistas no son los únicos protagonistas. David Guerra, presidente ejecutivo, y Gerardo García, director de gestión deportiva, también se implican en escuchar o debatir puntos de vista con técnicos y futbolistas en aspectos que puedan afectar en su rendimiento.

En otro plano paralelo se encuentra el trato con figuras más específicas como el coach o el psicólogo deportivo. El Grupo Orlegi trabajó, hasta hace escasas semanas, con Imanol Ibarrondo, quien ha completado ya su vínculo con el grupo mexicano tras prestar servicios tanto en Atlas y Santos Laguna, como en el Sporting. En todo caso, Ibarrondo mantiene una relación personal y profesional con Miguel Ángel Ramírez, con quien ya colaboró antes de su llegada al club rojiblanco. Asimismo mantiene contacto con algún miembro de la plantilla con quien ya trabajó de manera más específica, complementando las sesiones desarrolladas con diferentes estamentos de la entidad. No es el único coach con el que trata la plantilla. Otros futbolistas confían en psicólogos. Un caso conocido en el Sporting es del Gaspar, con un especial vínculo con el también gijonés Emi González Nosti. Más han seguido sus pasos.

Si se tiene en cuenta la primera vuelta, el Sporting es capaz de firmar números que aseguren, al menos, el play-off. Ante los mismos rivales, el conjunto rojiblanco logró 19 de los 33 puntos que restan en juego. Un balance llamativo porque sólo cedió dos derrotas, ante Racing y Cartagena. En cuanto al resto, el equipo gijonés venció a Mirandés, Elche, Villarreal B, Espanyol y Eldense. Y empató ante Amorebieta, Andorra, Eibar y Leganés.

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