Un camino entre pucheros

El albergue de Quirós apuesta por la "cocina de aquí" con platos singulares como las fajitas de rabo de toro o las carrilleras con calimocho

Eduardo Alonso rinde homenaje al producto local en el restaurante del Albergue de Arrojo, donde sorprende con platos atractivos donde las razas autóctonas cobran especial protagonismo

Noviembre sabe mejor en Quirós

Noviembre sabe mejor en Quirós / Ana Paz Paredes

El cocinero Eduardo Alonso Pereira afirma con rotundidad que, después de toda una vida buscando el lugar donde disfrutar ante los fogones, lo encontró finalmente en Arrojo (Quirós) cuando decidió hacerse cargo del albergue y el restaurante.

Atractivo e intimista comedor en el restaurante del albergue de Arrojo, en Quirós.

Atractivo e intimista comedor en el restaurante del albergue de Arrojo, en Quirós. / Ana Paz Paredes

Desde muy joven se movió en el mundo hostelero como en su día hicieron sus padres, que durante varios años regentaron en Figaredo el bar Casino de Minas Figaredo. "Allí desde pequeñín veía cocinar a mi madre", recuerda este profesional que, antes de asentarse en Quirós, trabajó en Aragón y el País Vasco.

Repollo relleno de papada y langostinos.

Repollo relleno de papada y langostinos. / Ana Paz Paredes

Natural de Turón (Mieres), muestra con orgullo sus raíces a través de una serie de óleos en las paredes del pequeño y cálido comedor que representan a mineros trabajando y que son un homenaje al lugar donde nació y a su padre, que también fue minero. Ese comedor está plagado de detalles de buen gusto, sabiamente combinados con lo que representa la tierra quirosana y el lugar donde cada día enciende sus fogones.

Detallle de una de las mesas del comedor.

Detallle de una de las mesas del comedor. / Ana Paz Paredes

"Si tuviera que definir cómo es mi cocina diría que es cocina de aquí; trabajo con productores de Quirós tanto en carnes como en verduras de todo tipo. El resto de ingredientes los procuro comprar también a productores asturianos", matiza este profesional que gusta de cocinar razas autóctonas como el cordero xaldu, el gochu asturcelta o vaca asturiana de los valles.

Algunos de los cuadros dedicados a la minería, en el comedor.

Algunos de los cuadros dedicados a la minería, en el comedor. / Ana Paz Paredes

Tiene un menú a 14 euros de miércoles a viernes donde se pueden encontrar platos como garbanzos langostinos, ensalada de bacalao, menestra, alcachofas en salsa verde, cachopo desnudo, carrilleras o ternera asada, por citar algunos. En fin de semana, por ser más especial, hay que elegir entre cuatro primeros, cuatro segundos y postres por 25 euros.

Solomillo de gochu asturcelta sobre pure de patata y coliflor, calabaza tostada y trompetas de la muerte.

Solomillo de gochu asturcelta sobre pure de patata y coliflor, calabaza tostada y trompetas de la muerte. / Ana Paz Paredes

Entre algunas de las elaboraciones están los garbanzos con centollo, repollo relleno de papada y langostinos, patatas rellenas de picadillo, solomillo de gochu asturcelta con calabaza tostada y trompetas de la muerte, cebollas rellenas de calamares en su tinta o manitas rellenas de boletus.

En carta tienen demanda las fajitas de rabo de toro, las carrilleras de vaca con calimocho o el pulpo a la chapa con puré de cachelos. En postres, se lleva la palma la tarta de queso gamonéu, el flan casero y las torrijas de coleta.

Tarta de queso gamonéu del  valle.

Tarta de queso gamonéu del valle. / Ana Paz Paredes

Abren de miércoles a domingo en que dan comidas todos los días, y también cenas viernes y sábado. Tiene una capacidad entre 25 a 30 personas. No dobla mesas, le gusta que sus clientes coman tranquilos y disfruten de la sobremesa. Cuenta, además, con una terraza con unas vistas preciosas que, de cara a los meses de frío, acondicionará para los que gustan de comer viendo el paisaje, los 12 meses del año . Es imprescindible reservar en el 634946930.

Eduardo Alonso Pereira asomado a la terraza de su establecimiento.

Eduardo Alonso Pereira asomado a la terraza de su establecimiento. / Ana Paz Paredes

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