El cocinero Eduardo Alonso Pereira afirma con rotundidad que, después de toda una vida buscando el lugar donde disfrutar ante los fogones, lo encontró finalmente en Arrojo (Quirós) cuando decidió hacerse cargo del albergue y el restaurante.
Desde muy joven se movió en el mundo hostelero como en su día hicieron sus padres, que durante varios años regentaron en Figaredo el bar Casino de Minas Figaredo. "Allí desde pequeñín veía cocinar a mi madre", recuerda este profesional que, antes de asentarse en Quirós, trabajó en Aragón y el País Vasco.
Natural de Turón (Mieres), muestra con orgullo sus raíces a través de una serie de óleos en las paredes del pequeño y cálido comedor que representan a mineros trabajando y que son un homenaje al lugar donde nació y a su padre, que también fue minero. Ese comedor está plagado de detalles de buen gusto, sabiamente combinados con lo que representa la tierra quirosana y el lugar donde cada día enciende sus fogones.
"Si tuviera que definir cómo es mi cocina diría que es cocina de aquí; trabajo con productores de Quirós tanto en carnes como en verduras de todo tipo. El resto de ingredientes los procuro comprar también a productores asturianos", matiza este profesional que gusta de cocinar razas autóctonas como el cordero xaldu, el gochu asturcelta o vaca asturiana de los valles.
Tiene un menú a 14 euros de miércoles a viernes donde se pueden encontrar platos como garbanzos langostinos, ensalada de bacalao, menestra, alcachofas en salsa verde, cachopo desnudo, carrilleras o ternera asada, por citar algunos. En fin de semana, por ser más especial, hay que elegir entre cuatro primeros, cuatro segundos y postres por 25 euros.
Entre algunas de las elaboraciones están los garbanzos con centollo, repollo relleno de papada y langostinos, patatas rellenas de picadillo, solomillo de gochu asturcelta con calabaza tostada y trompetas de la muerte, cebollas rellenas de calamares en su tinta o manitas rellenas de boletus.
En carta tienen demanda las fajitas de rabo de toro, las carrilleras de vaca con calimocho o el pulpo a la chapa con puré de cachelos. En postres, se lleva la palma la tarta de queso gamonéu, el flan casero y las torrijas de coleta.
Abren de miércoles a domingo en que dan comidas todos los días, y también cenas viernes y sábado. Tiene una capacidad entre 25 a 30 personas. No dobla mesas, le gusta que sus clientes coman tranquilos y disfruten de la sobremesa. Cuenta, además, con una terraza con unas vistas preciosas que, de cara a los meses de frío, acondicionará para los que gustan de comer viendo el paisaje, los 12 meses del año . Es imprescindible reservar en el 634946930.