Día mundial de la croqueta: la de cachopo, entre las más deseadas de España

Eduardo Gambero y Javier del Moral diseñaron este exitoso bocado con sabor asturiano tras una comida en Cudillero

Plato con croquetas.

Plato con croquetas. / Irma Collín

Mariola Riera

Mariola Riera

Este martes 16 de enero es el Día mundial de la croqueta y en esto Asturias tiene bastante que decir. Porque algo tan de la tierra –de unos años a esta parte– como es el cachopo se ha fusionado con ese popular bocado de bechamel rebozado y frito cuyo origen se sitúa en Francia hace unos cuantos siglos. Eduardo Gambero y Javier del Moral, dos enamorados de la región, de su paisaje y de su gastronomía, crearon hace cinco años la croqueta de cachopo, inspirados tras un viaje por Asturias en el que a la hora de pedir en un restaurante de Cudillero algo para comer no faltaron en la mesa ambos platos, por separado.

Eduardo Gambero y Javier del Moral, ante el mapa croquetero de España, en su restaurante madrileño.

Eduardo Gambero y Javier del Moral, ante el mapa croquetero de España, en su restaurante madrileño. / Lne

Ellos decidieron fusionarlos: metieron el cachopo en una croqueta y triunfaron al comecializarla en sus restaurantes Solo de Croquetas, especializados en este rico y universal bocado, que también envían a domicilio. Con una asignada a cada comunidad autónoma, la de Asturias sigue en en los puestos de cabeza de las más deseadas, siendo la segunda que más gusta, solo superada por la leonesa de cecina con queso gorgonzola. La de jamón de Monesterio ( Extremadura) , bacalao al ajoarriero ( Navarra) y rabo de toro (Andalucía) son las otras más demandadas.

Cinco años después de su idea su cadena de restaurantes no ha hecho más que crecer. Ahora, por el día mundial, en Solo de Croquetas han elaborado una especie de «croquetómetro» para tomar el puso al consumo en España. Entre los datos está que los españoles eligen el bar y el restaurante en primer lugar –con un 32,33%– para consumir croquetas, a lo que siguen los pedidos a domicilio, «dato curioso y relevante en un país donde la croqueta ha sido plato estrella de los hogares», señalan.

¿Ha sido difícil meter todo un cachopo en una croqueta? Pues no, ha explicado Eduardo Gambero a LA NUEVA ESPAÑA. «Lo que queríamos es que al morder fuera como comerse uno, mostrar su sabor en el bocado. En realidad el jamón ya es un habitual en las croquetas, y también el queso. Añadir la ternera es sencillo. Y el rebozado pues lo tienen ambos platos».

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