Un joven de 22 años ha sobrevivido a una caída desde lo alto de un edificio de 39 pisos de altura en Nueva York, gracias a que la parte trasera de un automóvil amortiguó el golpe. Thomas Magill, que estaba consciente cuando los servicios sanitarios acudieron a su encuentro, tiene una pierna y un tobillo rotos y una perforación en un pulmón, a causa de la caída que se produjo el martes desde una altura de 122 metros. Aunque el joven, que es originario de Staten Island y dependiente de una tienda de ropa, había escrito en su perfil de Facebook frases como «odio mi vida», la Policía no encontró nota alguna que refuerce la hipótesis del suicido. El joven, que se precipitó a 200 kilómetros por hora, está en situación estable.