El juez da esperanzas a un asturiano de poder ver a sus hijos, que adoptó en Colombia y que le arrebataron

Admiten en Villaviciosa la demanda de Javier Pintado, que en 2010 acogió a tres menores que acabaron con una familia de Canadá

Javier Pintado (detrás) y su mujer, María Cruz Martín, con sus hijos adoptivos y un trabajador del centro en el que estaban los menores. | LNE

Javier Pintado (detrás) y su mujer, María Cruz Martín, con sus hijos adoptivos y un trabajador del centro en el que estaban los menores. | LNE / A. Rubiera

A. Rubiera

A. Rubiera

El Juzgado de Villaviciosa le ha dado una primera alegría legal a Javier Pintado Pulido. El padre –al menos lo es a ojos de la justicia española– de tres hijos adoptados por él y por su mujer, María Cruz Martín, en 2010 en Colombia. Unos hijos que, antes de que pudieran viajar a Asturias, les fueron retirados por un supuesto delito de maltrato intrafamiliar, lo que propició que los menores acabaran con una familia de Canadá.

Tras años de lucha que han supuesto "un calvario burocrático para los asturianos", dicen sus abogados, ha llegado el primer rayo de esperanza para un padre que quiere poder explicarles a sus hijos, hermanos de sangre, qué pasó para que no hayan podido vivir nunca juntos, y que busca la posibilidad de relacionarse con ellos y hacerles partícipes de la herencia que les dejó su madre, ya que María Cruz Martín falleció.

La esperanza de poder relacionarse con sus hijos se la ha dado el Juzgado de Villaviciosa, que en un auto dictado este mes se ha declarado competente para llevar el caso de la demanda contra Christopher Hornibrook Blake y Karen Hornibrook Allat –los padres canadienses de los tres adoptados–, buscando una sentencia por la que se declare el derecho que tiene el asturiano al régimen de visitas y comunicación con dos de sus hijos, los que son menores de edad, ya que una ya no lo es, estableciéndose un régimen de visitas de, al menos, un vez al año.

Javier Pintado siempre ha dicho que su interés no es el de cambiarles la vida a unos adolescentes que por unas endiabladas circunstancias no se han criado como sus hijos. Pero sí que quiere explicarles que tienen una familia en España que quiso lo mejor para ellos. Y que cuando llevaban solo unos días ejerciendo como padres con total reconocimiento legal vieron cómo el Gobierno colombiano les arrebataba a los pequeños por un supuesto delito de violencia intrafamiliar.

Ni juzgados ni condenados

Un cámara grabó a Pintado reprendiendo en un ascensor al más pequeño, dándole dos cachetes. Una acción por la que nunca fueron juzgados ni condenados. Sí fueron detenidos, pese a que la madre no había participado en nada. El juzgado de garantías de Colombia determinó tiempo después que fue ilegal la captura y privación de libertad que sufrieron los dos asturianos. Pero el mal ya estaba hecho y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar nunca permitió a los españoles recuperar a sus hijos, les retiró la patria potestad –una sentencia que los juzgados españoles se han negado a homologar– y pasados unos años los tres menores fueron a un nuevo programa de adopción que se resolvió a favor de una pareja canadiense.

Poder contarles todo eso y cuánto querían convertirse en sus padres él y María Cruz es lo que reclama Javier Pintado en una demanda que se interpuso en abril y que de nuevo tuvo que hacer frente a complicaciones, ya que el letrado de la administración de justicia puso problemas con la competencia, el encontrarse los menores en Canadá. Si bien finalmente el Juzgado de Villaviciosa se ha declarado competente.

Los abogados de la familia solo esperan ahora "que el ministerio fiscal no se oponga a esta competencia y apoye las legítimas pretensiones de Francisco Javier Pintado". "Desde que comenzó todo este calvario burocrático y judicial en Colombia y luego aquí en España, es la primera vez que un juzgado va a oír a Francisco Javier Pintado sobre sus derechos como padre. Se abre así, por primera vez, una esperanza de que al menos dos de sus hijos menores puedan comunicarse con él. Todo esto está sucediendo cuando uno de los tres hijos ya es mayor de edad y cuando su esposa ha fallecido", indica Francisco Jiménez, del bufete Zaballos Abogados.

Oficialmente, españoles

Un equipo que se hizo cargo del caso en abril de este año, cuando ya habían transcurrido muchos años en los que Javier Pintado y su esposa intentaron por todos los medios que la Administración española ejerciera la defensa de unos niños que están registrados oficialmente como españoles y que han sufrido una doble adopción. De hecho, los tres hermanos tienen hasta nombres diferentes en cada país.

"Hasta ahora se habían practicado muchas acciones infructuosas y el caso estaba muy enrevesado", dice su abogado, que ahora se ha enfocado el caso desde "un nuevo planteamiento, en concreto desde la óptica de los derechos inherentes a la patria potestad, en lugar de acudir al amparo de organismos estatales o autonómicos que no ha servido para nada en todo este tiempo anterior", recalcan.