Opinión

Primavera

En otras partes no lo sé, pero en Villaviciosa si sabemos cómo ha venido y cómo ha sido la llegada de la primavera. Unas veces llegaba el cuquiellu antes que los heladeros -los heladeros fueron nómadas, hoy la cuarta generación  de  ibenses, ya es familia sedentaria y enraizada en la Villa, llegaban por  San José y se iban por el  Pilar, y en ese tiempo hacían, y siguen haciendo, unos deliciosos helados que voceaban por las calles empujando aquellos atractivos carritos pintados de blanco y azul. Desde el Pilar a San José invernaban en su Ibi natal-. Y los cuquiellos según, si venían en marzo era señal de mal tiempo según dice la conseja: “Cuquiellu marciellu trae la ñeve tres del capiellu”. Otras veces son les andarines, las que se adelantan a la Semana Santa, cuando las madres sacan de los armarios túnicas, cordones  y capiellos. Las mimosas van por el calendario antiguo en el que la primavera comenzaba en febrero, el magnolio japonés del parque Ballina es el más espectacular en su comunicado floral, y les cerezales se cuajan de brotes blancos por todo el concejo,  ganándoles la partida a pescales y pumares.

En mi casa, el ritmo de las estaciones era muy marcado por el comercio de tejidos, los paños de invierno, lanas, franelas, viyelas, etc. se cambiaban de estantería y daban paso a las sedas, popelines, algodones, linos, percales y otras telas de entretiempo…lo olores de la tienda cambiaban - creo que aún hoy soy capaz de adivinar solo por el olor, la mayoría de los tejidos naturales-, el tacto de las telas se hacía más ligero y los escaparates más alegres. La tienda era un reflejo perfecto de lo que ocurría fuera con la naturaleza.

La sangre también se altera en primavera, dice el refrán, y que en animales y personas se despierta la sensualidad, y que el aumento de horas de luz, la temperatura más cálida, les florines, la mayor producción de serotonina, oxitocina, dopamina, feromonas y todo eso, aumenta el interés por comunicarnos y relacionarnos con otras personas, y que nos abrimos al amor y nos da por escribir poesías. Y entonces llega Graciano García y dice que al mundo le faltan versos y en el 2019 lanza el proyecto de Asturias Capital Mundial de la Poesía, y se elige el día 21 de marzo, nacimiento oficial de la primavera y día propuesto por la Naciones Unidas como Día de la Poesía  para su celebración, y nos apuntamos con entusiasmo a la idea, y se promueven iniciativas públicas y particulares, y ese día se regalan libros de poesía y poemas propios o de segunda mano, todos bellos. Y tocan las campanas, y en los medios de comunicación y por todas partes aparecen versos, incluso en la Junta General del Principado, se dice que la oposición clava su pupila azul PP en la pupila de Barbón y le dice: ¿Y tú me lo preguntas?, poesía eres tú.

El caso es que la iniciativa de Graciano García cuajó, y personas y pueblos se van sensibilizando y participando de manera activa en el movimiento de Asturias Capital Mundial de la Poesía . Villaviciosa no iba a ser menos, y en esta edición se dará el nombre de Plaza de la Poesía a la recoleta plazuela que hay detrás de la Casa de los Hevia, con la presencia de vecinos, escritores, poetas y  autoridades, se declararán intenciones con palabras hermosas, se recitarán poesías, un monolito quedará como testimonio de la efeméride, y de esa manera Villaviciosa señalizará su impronta poética y dejará constancia de su apoyo a la poesía para lograr el objetivo que indica la Unesco: “Honrar poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de la poesía”, y conseguir de Asturias la Capital Mundial de la Poesía, claro.

Fue Villaviciosa siempre tierra de admirados y admirables poetas  en los últimos tres siglos, de nacencia o por deseo, que recibieron la inspiración de Calíope, y lo hicieron, y lo hacen, con crédito, honor,  calidad y belleza, tanto en la materna lengua asturiana como en la castellana. La lista es extensa, y probablemente me quedarán sin nombrar otros tantos, pero todos, unos y otros, sin duda, ocuparán su espacio en la nueva Plaza de la Poesía de Villaviciosa para llenarla de versos en una oración literaria íntima, mantenida entre ellos y con cada uno de nosotros:  Bruno Fernández Cepeda, Francisco Caveda y Solares, Rita Caveda y Solares, José Caveda y Nava, Antonio Balbín de Unquera, Apolinar Liborio María de Rato y Hevia, Plácido Jove y Hevia, Manuel Bedriñana Martínez, Luis Sánchez García, Jesús Pando y Valle, Carlos Ciaño y Canto, Osmundo Barredo Gutiérrez y Aureliano Barredo Gutiérrez, Isidro Díez de la Torre, Rosario Arce, Ramón Rivero Solares, José Álvarez Vallín, María Teresa Villaverde, Francisco Balbín de Villaverde, Carlos de la Concha y García Canto, Arcadio José González Granda, Luis Cortés Roza, Enrique Pérez Álvarez, Luis David Solares Sánchez, Gonzalo Álvarez Sierra, Etelvino González López, José Antonio Olivar Cubiella, Carlos Sánchez Martino, José Manuel Valdés Costales, Xilberto Llano, Lluis Portal Hevia, Javier Cayado Valdés, María Luisa Picado Amandi, Iris Díaz Trancho, Ceferino Peruyera, o Agustín Alonso Biscayar, que eligió Villaviciosa para poner palabras a la soledad de los instantes …