El mal tiempo pronosticado para estos días de Semana Santa no parece haber pasado demasiada factura al turismo en Avilés. Pese a que los responsables de varios hoteles de la ciudad aseguraron hace un par de días a este periódico que cerrarían a la baja sus tasas de ocupación respecto a las de años más soleados -algunos negocios apenas habían reservado la mitad de sus camas hace un par de días-, en el Parche y parte del centro histórico había ayer varios grupos de visitantes, en su mayoría familias y grupos numerosos, que desafiaron a las nubes y decidieron escoger Avilés como destino para sus vacaciones.

En pleno descanso lectivo, los tres hijos de los manchegos Luis Menchén y Lucía Ruiz de Castañeda aprovecharon su semana de descanso lectivo para sumarse a un viaje familiar hasta el norte. Leyeron en los periódicos, "como todo el mundo", que lo mejor sería traer paraguas. "Suponíamos que iba a llover y algo ya nos ha tocado. Es lo que toca en estas fechas. De todas formas, no nos da miedo el agua y, aunque ya habíamos estado antes en Gijón, ahora hemos podido conocer Avilés y Oviedo. Lo normal habría sido ir al sur, pero somos un pelín raros", explicó el padre.

Del sur escaparon también Ana Jiménez y Jesús Ayuso. El matrimonio cordobés llegó ayer a la ciudad, meta de llegada de su ruta del Camino de Santiago desde Ribadesella, junto a un grupo de otros ocho paisanos: "No veníamos con la intención de ver la procesión pero ya que estamos aquí...". Hartos de pasear con el mapa en la mano prometieron que hoy se dejarán llevar por un guía por el casco histórico. A su lado estaba la familia Montoya, vecinos de Bilbao. Tenían pensado ir a Lugo a ver a unos amigos, pero improvisaron quedarse en la ciudad "sobre la marcha". No obstante, prometieron que tratarían de evitar las procesiones, "su estilo".

Pese a que todos los citados pasaron la noche en hoteles locales, los negocios avilesinos no ven con demasiado optimismo los datos turísticos de esta Semana Santa. El Palacio Valdés, por ejemplo, achacó este miércoles su tasa del 65 por ciento de ocupación al mal tiempo. Algo más llenas están las camas del 40 Nudos, que calcularon un optimista 85 por ciento. El Don Pedro, por su parte, continúa casi repleto.