Luanco,

Illán GARCÍA

El praviano Vidal López es la excepción que confirma la regla. López tiene 20 años y mantiene viva la tradición familiar ganadera. Compagina, como puede, su trabajo en la construcción y las tareas del campo. «A los jóvenes no les gusta cuidar del ganado», asegura el natural de Calienes, que pese a su edad, es un gran conocedor de las dificultades con las que día a día se enfrentan los ganaderos que quieren salir adelante con sus explotaciones. «El Principado da muy pocas ayudas al campo», asegura López, que añade que para él las vacaciones «no existen» y que cuando quiere salir con sus amigos de marcha, primero ha de finalizar su tarea. «Salgo de trabajar a las siete de la tarde y cuando llego a casa, me pongo a cuidar del ganado, hay veces que acabo a las doce o la una de la mañana y al día siguiente, me tengo que levantar a las siete de la mañana otra vez», explica Vidal López, que junto con su padre, Luis, y su abuelo, Marino, fue uno de los participantes en el concurso de ganado de La Mofosa de este año.

Casos como el de Vidal se cuentan con los dedos de una mano, relatan otros ganaderos que se quejan de las dificultades con las que se ha de enfrentar este sector en capa caída. «¿Cómo es posible que por un kilo de culón nos paguen 4,8 euros y por uno de corriente 3,3 cuando esos eran los precios de hace 25 años? Eso sí, las carnicerías bien que suben los precios», indicó Luis López. Lo mismo ocurre con las cuotas de leche que, a su juicio, evitan que los ganaderos puedan producir. Si hay un excedente te obligan a pagar, añade.

A unos metros de allí, Ramón Ovies, Ignacio Álvarez y José López conversan en una mesa sobre la situación actual del campo. Ovies es el único ganadero en activo de los tres a sus 62 años. «Cuando me jubile seguirá la mujer, no vamos a dejarlo, pero mi hijo, que es ingeniero, ya te digo yo que no va a continuar la tradición», afirma Ovies, que añade además que, año tras año, desaparecen las auténticas explotaciones ganaderas y se sustituyen por grandes industrias lecheras. «Lo del ganado está muy guapo verlo en la tele, pero hay que trabajarlo», apunta este ganadero de Santiago de Ambiedes,

A su lado, Ignacio Álvarez, que ya supera los 70 años, asegura que «los viejos son los que tendrán que resistir para que la ganadería no muera ya que los jóvenes no dan el relevo». Pese a cobrar un retiro, sigue cuidando a los animales. «¿Cómo no voy a seguir si cobro 557 euros de pensión?», espeta Álvarez, también vecino de Santiago de Ambiedes, que cada año asiste al certamen ganadero de La Mofosa, en el que se pueden ver hasta esta tarde vacas de doble grupa culón, asturiana de los valles y asturiana de la montaña. La edición LXXVII del certamen ganadero luanquín contó además con una muestra de caballos, ponys, cabras, ovejas, gallinas y conejos además de una muestra de la rica huerta gozoniega, que como la ganadería tampoco tiene relevo.