Laura ORTIZ

Los «indignados» avilesinos han decidido acampar de nuevo en El Parche en señal de protesta por el desalojo de sus compañeros de la madrileña Puerta del Sol. Argumentan que, en Madrid, la policía «no solo está impidiendo las acampadas sino que también está ejerciendo una dura represión». Los integrantes del movimiento 15-M ya pernoctaron la noche del miércoles en las proximidades del ayuntamiento avilesino. Y piensan quedarse con sus sacos de dormir. Los «indignados» también quieren demostrar así que «el movimiento sigue más vivo que nunca» y que «las plazas son del pueblo».

Pero el sentir general de la acampada no está estrictamente vinculado a lo ocurrido en Sol, sino al motivo de ese desalojo. Algunos de los integrantes del 15-M creen que la policía les ha expulsado por la próxima visita de Benedicto XVI a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Para muchos de los acampados, lo que está ocurriendo es solo una antesala de los malos tiempos que están por venir y tienen la esperanza de que cada vez se unan más personas, ya que lo que buscan no es un cambio político -que también- sino un cambio social. Lo que quieren es que brote el espíritu crítico de los vecinos. Las asambleas en El Parche pasarán a celebrarse todos los días a las ocho de la tarde con el objetivo de informar y denunciar las injusticias y de seguir sumando a todas las personas que estén de acuerdo con sus objetivos. «Nunca podréis desalojar nuestros ideales» es tan solo uno de los muchos lemas con los que los acampados dan ritmo a las protestas en Avilés.