Doce hoteles rurales a la venta en las Cuencas en pleno "boom" del piso turístico

Los alojamientos en los pueblos no han recuperado la ocupación previa a la pandemia

En el mismo periodo la vivienda vacacional creció el 44%

El complejo hostelero El Urogallo, en El Entrego, que también se encuentra a la venta. | LNE

El complejo hostelero El Urogallo, en El Entrego, que también se encuentra a la venta. | LNE / Luisma Díaz

Luisma Díaz

Luisma Díaz

Una docena de hoteles y complejos turísticos de las Cuencas, la mayoría de ellos, diez, del ámbito rural, se encuentran actualmente a la venta en distintos portales y agencias inmobiliarias. Un número importante, que confirma la tendencia regional, con un número al alza de este tipo de establecimientos turísticos a la venta. En Asturias son medio centenar –más que nunca– los que se ofertan.

Dos factores parecen estar detrás de este aumento de las ventas de hoteles. Por un lado, las últimas repercusiones de la crisis del coronavirus, con la devolución de los créditos que se pidieron para salvar aquella crítica situación. El segundo factor, al alza, según empresarios del sector, es el auge de los pisos turísticos en el Principado, un incremento en esta oferta que coincide con un estancamiento del turismo rural del que Asturias fue pionera y que según las cifras que maneja el Sadei (Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales) no ha recuperado todavía los niveles de 2019: 974.865 pernoctaciones en aquel año, por las 952.605 del año 2023. En este mismo periodo, las viviendas turísticas en Asturias pasaron de 4.891 a 7.036, un aumento del 44%, según datos oficiales del INE (Instituto Nacional de Estadística). Un sector, el de las viviendas de uso turístico, que, según el sector hotelero, compite con ventajas, al ser, hasta ahora, un sector con una regulación mucho más laxa, con menor número de obligaciones y costes legales.

De los doce hoteles a la venta en las Cuencas, tres se encuentran en el concejo de Aller, tres en Lena y otros cuatro en Caso. Uno está en San Martín y otro, en Mieres. El de precio más elevado de todos, 1,9 millones de euros, es un complejo hotelero en Lena, con 30 habitaciones, que también cuenta con restaurante y parking con 60 plazas. Se trata de un negocio en funcionamiento.

Además de esta docena de alojamientos, también se ofertan dos grandes complejos hoteleros. Uno de ellos, El Urogallo, en El Entrego, llegó a ser emblema de todo el sector hostelero de la comarca del Nalón. Puede ser adquirido por 500.000 euros, aunque, según se advierte en el anuncio, es necesaria una profunda reforma para que pueda volver a funcionar. El segundo gran establecimiento hostelero está en Felechosa, posee dos enormes salones para eventos y cuesta 900.000 euros.

El estancamiento del turismo rural en Asturias coincide además con un periodo de crecimiento del número de visitantes, pero que al mismo tiempo gastan menos. Antes de la pandemia el gasto diario por turista en la región se situaba alrededor de los 100 euros, según Sadei. En 2020 se llegó al tope, 112 euros por persona, en un año excepcional ya que hubo muchas menos pernoctaciones por el covid, y quienes salieron de casa para alojarse en los hoteles tenían un alto poder adquisitivo, apenas se viajó fuera de España. La atracción de este tipo de público "que gasta" dinero es también fundamental. En el País Vasco, el gasto medio por turista se sitúa en 121 euros. Paradójicamente, en esta otra comunidad, también de la Cornisa Cantábrica, y también pionera del turismo rural, el número de pisos turísticos que se ofertan se han incrementado a un ritmo muy inferior al de Asturias: de 4.598 a 5.121, un 11% más, al tiempo que en el Principado crecían el 44%.

Hace unas semanas, además, el Principado se reunía con una de las principales plataformas de reservas online, Booking.com, buscando su colaboración en la detección de alojamientos "pirata". Los hoteleros recuerdan que, en cada reserva, estas plataformas cobran un mínimo del 17% del precio de la pernoctación, siendo, de esta forma, las empresas que más ganan con el turismo en la región.

Los alojamientos rurales, regentados por autónomos en la mayoría de los casos, piden un apartado concreto para ellos, en el que las comisiones sean más reducidas, lo que ayudaría a que los beneficios del turismo se quedasen en los pueblos.

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