Leticia y Rubén reescriben el destino de Ca Tiadoro

"Esta casa parez que tenía que morrer comía polos bardos y no va a ser así"

ASTURIANOS EN GRADO: Leticia Baselgas y Rubén Bada

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Leticia González y Rubén Bada, componentes del dúo musical «L-R». Ella, vocalista y panderetera. Él, uno de los instrumentistas más reconocidos de la escena asturiana. Ambos forman «L-R», un dúo que actualiza el repertorio tradicional asturiano. Se han ido a vivir a Baselgas y son los padres de Mael, el primer niño que hay en el pueblo desde los años sesenta del pasado siglo XX.

"Mi madre ye de Pumarín de Cuaya y mi padre de aquí, de Baselgas. Mi padre llámase Emilio González pero aquí lo conocen como Milio Tiadoro, por el nombre de la casa. Y mi madre ye Maruja Moscovio, que ye la casa de allí. Ca Moscovio. Mi padre entró a trabayar en Ensidesa. Tien 81 años y tuvo ahí de chófer en Ensidesa tola vida".

"La historia fue que cuando él marchó de Baselgas sería el año 70 aproximadamente. Mi hermana nació en 1975. Tien 10 años más que yo. Pues to la mocedá de la quinta de mi padre pañaron trabayos en diferentes sitios de Asturias, sobre todo en la siderurgia. Pues na, cerraron las casas y marcharon pa Xixón. Pero algún apego tenían porque, aunque no hubiera carretera a Baselgas, que tuvieron como cuatro años sin ella, ellos facían por venir. La carretera se pillaba en Bayo, a seis kilómetros. Mi padre, siempre lo cuenta él con mucho aquello, que en este pueblo, donde todos son así como una familia extendida, pusiéronse de acuerdo pa poner encima la mesa el dinero para faer entre todos la carretera. Y cada paisano que trabayaba puso el sueldu de un añu".

"Yo siempre vine tola vida a Baselgas. No hubo partes de mi vida en que no viniera. Tolos fines de semana que se podía y veranos. Esta ye la casa mi padre, donde nació mi padre, ye la casa de tolos mis antepasaos, Ca Tiadoro. La idea de venir a vivir a la casa de Baselgas en un primer momento fue de Rubén. A ver, yo tola vida viví en Xixón y venía el fin de semana y siempre fui bastante urbana, aunque fuera rural. Rubén ye de la zona del Cabo Peñas y ya nos conocimos los dos viviendo en zona rural de Candás. Rubén debió enganchetar aquí en Baselgas con algo que-y debió gustar".

"Al principio topamos un poco con reticencia porque mis padres entendían esto como de una época pasada, como algo que no implicaba un progreso. Porque, claro, ellos fueron a buscar el progreso a la ciudad, a buscar la prosperidad allí. Y entendían esto como un pasu p’atrás. Y entós, nada, al final, conseguimos convencelos y montamos el chiringuito en Baselgas. Y Rubén cumplió un poco el sueño de él, que ye vivir en zona rural y trabajar en lo de él, en el ámbitu cultural. En lo que era la cuadra de las vacas de mi güelo montó un estudio de grabación y un taller de lutería, que ye también a lo que se dedica él. Al final mis padres entendieron perfectamente que se puede vivir igual, que teníamos internet que, aunque la conexión sea regulinchi, podemos tar aquí y podemos trabayar. Al final entraron pol aro y se dieron cuenta que la vida aquí puede ser de otra manera".

"Y tuvimos a Mael, que ye el único neño del pueblo. Nun te sé decir cuál fue el añu del último nacimiento en Baselgas, pero igual sobre el sesenta y pico. Fue la última neña que nació aquí, aún así tampoco vivió aquí porque marcharon al poco pa Xixón. Fue un ‘shock’ también pa los del ayuntamiento cuando fuimos a empadronanos y dijimos-y que veníamos a vivir pa Baselgas. Fliparon. Por decite que non teníen ni registrao el código postal. Pa que te faigas una idea. Paecía-y que veníamos a vivir a un sitiu fantasma. Baselgas está a doce kilómetros de la villa. Pero ta muy na montaña, hay poco alrededor. Tamos ahí como en una especie de peña con monte alrededor. Parece que tamos más aislaos de lo que realmente tamos".

"Mael ta creciendo al aire libre. Aparte ta el tema interxeneracional, mézclase mucho con xente mayor, que vienen aquí a cuidar la tierra, a la huerta. Pues por ejemplo Mael ya vivió cosas que otros guajes no ven o no lo viven tan directamente. Con mi padre y mi madre, que están en el huerto, él ya sabe cómo va a lo de semar. Con Antón, el vecín que tenemos, ya vio parir a una vaca. Eso ye importante, ye otra filosofía de vida que en una ciudad obviamente no la va a tener. Echamos en falta que aquí en el pueblo no haya más neños. Pero bueno, a ver, va al cole a Grado y tien actividad allí. Lo único malo ya que tamos a seis kilómetros de la parada del bus. Pero bueno ye lo que hay. Subimos y bajamos".

"A Rubén y a mí como que nos presta esa idea de sentir muy mucho el sitiu onde tamos, de entender que esto ye la verdadera forma de ser libre. Gústanos el tener un contactu directu con la tierra, con la identidad del sitiu. Ye una forma de vivir mucho más…. auténtica. No sé si la palabra ‘auténtica’ ye la buena. Pero mucho ya una vida más directa, una forma de vida que nos fae sentir más liberaos, más conscientes del sitio onde tamos, de lo que queremos faer, aunque no nos dediquemos al sector primario. Porque muchas veces la xente flipa. ¿Qué hacéis en un pueblo si no tenéis vacas? Pues se puede vivir en un pueblo como Baselgas dedicándonos a otra cosa. En el casu nuestru, a la música y al sector cultural".

«Cerramos el círculo de volver a esta casa y seguir dándo-y vida, que ye una cosa una cosa que siempre quise faer. Y pa contradecir también a mi güelo José, que siempre decía a mi padre que pa qué limpiaba tanto si los bardos iban a llegar al teyáu. Y ahora contradecimos nosotros a mis padres porque el supuesto devenir, el destino de este sitio, era supuestamente morrer comíu polos bardos. Ese empecinamiento tamos cumpliéndolo pol momento».

"Lo guapo del foclore, de la tradición, ye que hay que entendela como algo que está vivo, como algo que está ahí rodeándonos, que siempre tuvo y que tenemos que interiorizar y transformar desde la perspectiva de la xente del siglo XXI. Ye increíble lo poco que nos queremos los asturianos. Porque tenemos unes característiques y un repertoriu musical brutal. Pero desde aquí parez que somos muy piquiñinos. Pero luego sales y ves todo el amor que se tien por la música asturiana y tolo que se aprecia. Con ‘L-R’ pasónos en Inglaterra. Creíamos que no se iba a entender esti proyecto musical que aparentemente ye muy de nicho, porque ye en asturiano. Pero entendiose porque el sentir popular entiéndese. Y la xente salió a bailar. En Yorkshire. Rubén dice siempre que la música popular va al ritmo vital de la xente. Las músicas populares van al ritmo humano. Vayas donde vayas, la xente aunque no entienda que eso sea una jota o una muñeira de no sé dónde, lo va a entender como algo que ye comunitario, que ye colectivo. Y eso ye lo que intentamos exportar también. Una idea de Asturias como una comunidad del sentimiento, algo que nos vincula y que no nos separa, que nos acerca a todas las realidades que hay en el mundo. Eso ye lo guapo de la música y de la cultura".

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