Un nuevo futuro para el Bajo Nalón, a debate el miércoles en la Casa de Cultura de Pravia

Los participantes en la cita tratarán sobre el auge del turismo de calidad y del sector agroalimentario en los concejos de la comarca

El Ayuntamiento de Pravia.

El Ayuntamiento de Pravia. / M. J. Iglesias

María José Iglesias

María José Iglesias

La comarca del Bajo Nalón, integrada por los concejos de Pravia, Soto del Barco y Muros de Nalón, forja un nuevo futuro a parir de la eclosión de un turismo de calidad y el auge del sector agroalimentario, al que va aparejada la recuperación de cultivos tradicionales como la faba, con fama secular en las vegas de Pravia y Soto del Barco, el asentamiento de pequeñas industrias artesanales o la reactivación de la pesca del salmón.

La zona busca un modelo de desarrollo sostenible en el tiempo para poder seguir ofreciendo a los visitantes todos sus atractivos, sin que el medio ambiente se resienta. De todo esto se debatirá el próximo miércoles a las 18.30 horas en un acto abierto al público, en la Casa de la Cultura de la capital praviana, organizado por el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA.

En la mesa estarán David Álvarez, alcalde de Pravia; Enrique Luis Berrocal, vicepresidente del grupo de Desarrollo Local y presidente de sociedad de pescadores Las Mestas del Narcea; el empresario Fernando Artime, promotor del Gran hotel Brillante, en San Esteban (Muros de Nalón); Pascual Cabaño, fundador de la Quesería Rey Silo; Miguel Rodríguez, junto con Montserrat García, artífices de la finca La Villa, en Villavaler (Pravia), una de las más destacadas de Asturias, dedicada al cultivo de fabas y berzas, principalmente, y Celestino Novo, alcalde de Muros de Nalón. Precisamente Muros de Nalón, con playas como la de Aguilar, es uno de los concejos que han experimentado mayor desarrollo turístico en los últimos años. Prueba de ello son las nuevas construcciones en las que se ha tratado de respetar la tipología local. San Esteban (Muros de Nalón), en la margen izquierda del Nalón, famoso por su puerto carbonero, y La Arena (Soto del Barco), en la margen derecha, con la playa de Los Quebrantos como enseña, destacan como localidades costeras que crecen sin perder su identidad.

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