Mario F. Fraga, premio a la curiosidad del primer científico de su familia

El biólogo molecular recibe el premio “Investigador Distinguido 2023” que ha otorgado por vez primera la Academia Asturiana de Ciencia e Ingeniería (AACI)

Mario F. Fraga, tercero por la izquierda, durante el acto celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo.

Mario F. Fraga, tercero por la izquierda, durante el acto celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo. / David Cabo

Oviedo

“Hasta donde yo sé, soy el primer científico de mi familia. Esto quiere decir que no crecí en un ambiente proclive a la ciencia, pero a pesar de eso, desde muy crío, me interesaba todo lo que tenía que ver con la ciencia. Me gustaba ver documentales de animales, jugar con microscopios, experimentos químicos…”.

Con estas palabras, el biólogo molecular Mario Fernández Fraga (Pola de Lena, 1971) recibió el premio “Investigador Distinguido 2023” que ha otorgado por vez primera la Academia Asturiana de Ciencia e Ingeniería (AACI), en un acto celebrado en el Paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo.

El profesor Fraga, director del laboratorio de epigenética del cáncer y nanomedicina del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN-CSIC) de El Entrego, expresó su agradecimiento por la distinción a un trabajo centrado en el “apasionante” ámbito de los mecanismos epigenéticos. “Permiten explicar cómo los genes interaccionan con el medio ambiente y con el azar para determinar lo que somos en cada momento de nuestras vidas”. A su vez, el científico premiado es subdirector científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA).

Al acto acudieron los responsables de diversas instituciones del ámbito científico regional, entre ellas el propio ISPA, la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (FINBA), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN) y la Real Academia de Jurisprudencia.

En el inicio de la ceremonia, el catedrático de Ingeniería Química Mario Díaz, presidente de la AACI, destacó el elevado nivel de “la tradición científica e ingenieril de Asturias”.

El acto incluyó dos conferencias. En la primera de ellas, el bioquímico César de Haro, investigador del CSIC en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (Madrid), expuso una breve y descriptiva semblanza científica del premio Nobel asturiano Severo Ochoa, de quien fue estrecho colaborador y con quien compartió algunos avances de impacto. "Durante casi 60 años realizó contribuciones relevantes para el progreso de la ciencia", enfatizó. Y destacó su singular “capacidad para cambiar de áreas de interés sin dejar de estar en la vanguardia”.

Entre tanto, Rafael Puyol, gijonés y catedrático de Geografía de la Complutense, de la que fue rector, analizó el declive demográfico de Asturias: “Es necesario llegar a 2,1 hijos por mujer para asegurar la renovación de las generaciones. Las políticas familiares no son ni de derechas ni de izquierdas. Son ideológicamente neutras y demográficamente imprescindibles". A juicio del profesor Puyol, "hay un buen ejemplo que se puede seguir, Francia, donde no hay diferencias entre unos y otros”.