Asturias perdió en los últimos veinte años a la mitad de los jóvenes de 20 a 39 años

El Principado encabeza la caída a nivel nacional y el experto Alejandro Macarrón advierte que la inmigración "no puede ser la solución completa"

Asturianos.

Asturianos.

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

Asturias se queda sin jóvenes. En los últimos veinte años, la región perdió al 50,1% de su población de 20 a 39 años nacida en España, según un estudio realizado por el avilesino Alejandro Macarrón Larumbe, coordinador del Observatorio Demográfico del CEU. En esta y otras estadísticas poblacionales, el Principado obtiene los peores datos: es la provincia con mayor caída de jóvenes, lo cual perjudica directamente al mercado laboral. España perdió de 2002 a 2022 al 35,9% de población en esta franja de edad, lo que supone casi 4,5 millones de empleados menos menores de 40 años. Por detrás de Asturias están Vizcaya (–49,8%), Zamora (–47,9%), Guipúzcoa (–47%), Valladolid (–46,9%) y León (–46,9%). Es decir, País Vasco y Castilla y León.

Todos estos números son sin contar a los inmigrantes. Según las últimas estadísticas del INE, Asturias gana población gracias a la llegada de personas de otros países, fundamentalmente de Latinoamérica, pero sigue perdiendo niños. De hecho, en julio tocó fondo con 110.574 menores de 15 años. El experto Alejandro Macarrón advierte en su informe que la inmigración "no frena el envejecimiento social, solo suaviza algo su progresión". Así que Asturias no está para tirar voladores. "Creer que con la inmigración ya no hacen falta más niños... ¿Y si deja de venir porque seamos un país estancado por decrépito, y en sus países de origen se tiende a vivir mejor?", reflexiona.

La caída de jóvenes, analiza Macarrón, es especialmente "acusada" en Asturias por dos motivos: la emigración y, sobre todo, la escasa tasa de fecundidad. "Ahora está peor Canarias, pero durante décadas Asturias tuvo la tasa de fecundidad más baja de toda Europa", recuerda. En cualquier caso, el Principado ocupa el segundo lugar de la UE por la cola con 0,92 hijos por mujer. En Canarias son 0,88. En los ocho primeros puestos de este ranking aparecen otras cuatro comunidades españolas: Galicia (1,02), Cantabria (1,07), Castilla y León (1,10) y Baleares (1,12). Lo cual demuestra que el problema no es solo regional, sino nacional. "Desde la Transición, los nacimientos han ido cayendo. Y si cada año nacen menos niños, luego habrá menos jóvenes, menos trabajadores...", señala.

Variación de población.

Variación de población. / LNE

Según el trabajo de Alejandro Macarrón, Asturias menguó de 1976 a 2021 sus nacimientos en un 73%. Más aún, un 78%, si se tienen en cuenta solo las madres nacidas en España. De nuevo, es la peor cifra del país, con una caída media del 50%. Y los datos son cada vez más negros. El Principado registró la mayor caída de alumbramientos de España en el primer semestre del año: 2.165. Se trata de un nuevo suelo histórico.

Macarrón hace consideraciones interesantes sobre la bajada de natalidad y el aumento de la inmigración. Esta última, dice, "no puede ser una solución completa" y explica por qué. "Puede aportar suficiente mano de obra con cualificación baja y medio-baja, pero no, y la necesitamos, suficiente mano de obra con cualificación alta y medio-alta". Además, "no soluciona el problema de que cada vez hay menos hijos locales ni evita la soledad". Macarrón avisa también de que se corren riesgos. El primero, "que venga demasiada población extranjera atraída por un Estado de bienestar generoso y con control laxo de fronteras". El segundo, que haya una "deficiente integración sociocultural", lo que puede conllevar "más delincuencia, yihadismo, fracturas sociales...". Y la tercera, "creer que con la inmigración ya no hacen falta más niños".

Poniendo el foco en el mercado laboral, Asturias está en cuarto lugar a la cola –solo superado por Ceuta, Melilla y Extremadura– en porcentaje de ocupados nacidos en el extranjero en el primer trimestre de 2023: el 10,9%. Los efectos negativos de la crisis de natalidad son muchos, dice Alejandro Macarrón: desde "despoblación y envejecimiento social hasta económicos –más gasto en pensiones, sanidad y dependencia, por nombrar solo algunos–, mayor soledad, degeneración de la democracia en gerontocracia y tendencia a la irrelevancia mundial por pérdida de peso demográfico". Además, no hay que olvidar que "es más caro mantener a los mayores que criar a niños y jóvenes".

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