Entrevista | Javier Brea Candidato a la presidencia del PP asturiano

"Si este congreso no es libre y transparente, el PP va a salir más dividido"

"La militancia quiere ser activa, pero el partido se empeña en ser cada vez más opaco y cerrado"

Javier Brea, candidato a las primarias del PP.

Javier Brea, candidato a las primarias del PP.

Tras cuatro años como diputado autonómico en el equipo de la anterior presidenta del PP, Teresa Mallada, Javier Brea (1966) no repitió en la candidatura que lideró Diego Canga y fue el cabeza de lista en las elecciones municipales de Colunga. Tiene asumido que es el candidato alternativo al "aparato" del partido y está dispuesto a echar el resto en lo que queda de campaña porque "los asturianos no se merecen un PP como este". "Quieren un partido acorde a los tiempos, moderno, libre y transparente, que sea capaz de desalojar al PSOE del Gobierno de Asturias", indica.

–La campaña entra en su recta final. ¿Qué conclusiones saca a tres días de la votación?

–Veo a la afiliación ilusionada y con ganas de cambio. Quieren un partido abierto en el puedan participar en sus órganos de gobierno porque ahora no pueden. Es un partido pequeño, minimizado, vertical y muy intervenido.

–¿Este congreso pondrá fin a la tutela que ha mantenido la dirección nacional en los últimos años sobre el partido en Asturias?

–Hubiera sido lo deseable. ¿Pero qué tiene que pasar para que cese la intervención externa? Que seamos libres y nos elijamos a nosotros mismos y que exijamos el cumplimiento de las normas y reglamentos que nos hemos dado. Pero si este congreso no es transparente y democrático es muy complicado que se cierre la brecha. Al contrario, vamos a salir más separados, más divididos a no ser que se garantice un congreso libre, transparente y democrático.

–¿No está siendo un proceso congresual transparente ?

–Obviamente no. Nuestra candidatura está sintiendo un boicot permanente. No nos facilitan nada. Las normas internas dicen que nos tienen que dar los censos para contactar con los afiliados, pero nos han puesto todo tipo de trabas. Y un presidente de un órgano interno me dice por escrito que están haciendo campaña pro Queipo. ¿Dónde quedó lo de un afiliado un voto? ¿Que tipo de presiones, canjes, trueques y promesas se están haciendo desde el partido? Esto no puede ser. De los diez cargos que me apoyaron al inicio de campaña, ya se bajaron unos cuantos del barco en función de ofertas varias.

–¿Entonces no se trata de un proceso limpio?

–No tiene pinta.

¿Con ese escenario, es optimista de pasar el corte del sábado y llegar al congreso?

–Sin duda porque por cada cargo que bajó del barco se subieron diez afiliados y cada vez tenemos más militantes con ganas de volver y tener protagonismo. La militancia quiere ser activa, pero el aparato del PP se empeña en el camino opuesto para ser cada vez más opaco, cerrado y más intervencionista, dando lugar a una estructura de arriba hacia abajo, marcada por un dedo, cuando debe ser todo lo contrario. Por eso hay esta desafección hacia el PP, por eso en Asturias tenemos más de 18.000 afiliados y no llegamos a 2.500 al corriente pago. Eso quiere decir algo y de eso hay responsables.

–¿Quiénes?

–El otro candidato lleva más de cuatro años en la secretaría general y más de un año como máximo responsable del partido en Asturias. Algo tendrá que ver en esta situación. Frente a ese modelo, nosotros proponemos el antagónico, un partido grande y con el protagonismo de las bases.

–¿Qué la pareció la salida de Diego Canga?

–Se nos impuso un candidato, en lo que fue una injerencia más con la aprobación de la dirección regional, salió como salió, y nadie asumió las responsabilidades. Esa impunidad demuestra la falta de talante democrático. Echaron a Teresa Mallada a pocos meses de las elecciones con una encuesta que nos daba 19 diputados, eran pocos. Traen una estrella de Bruselas, que garantiza éxito, se sacan 17 diputados y aquí no pasa nada, nadie dice que nos hemos equivocado y, al final, la víctima otra vez el candidato. Pero la respuesta, es que todo parece poco y ahora el objetivo es "voy a presidir el partido".

–¿Se refiere a Álvaro Queipo?

–Si lleva siendo parte de un problema varios años, creo que no debería ser la solución.

–¿Tiene Génova alguna responsabilidad en todo esto?

–Desconozco los intríngulis de Génova, aunque se nos vendió que era un candidato directamente avalado por nuestro presidente nacional. Pero el resto de las listas se hicieron aquí sin contar con la opinión de las juntas locales del oriente, del centro o del occidente. Se metieron independientes de otros partidos como si no tuviéramos talento dentro del PP.

–¿Cree que quedó fuera de la lista autonómica en represalia por apoyar a la expresidenta Teresa Mallada?

–Estoy seguro que fue una venganza porque además se me dijo en aquel momento que "así, no". El cese de Mallada no se hizo bien. No firmamos tres, Reyes Hurlé, Pablo Pire y yo y somos los que estamos en la calle. Los partidos no pueden ser organizaciones autoritarias

–Así parece difícil la integración tras el congreso.

–En un partido no sobra nadie, lo difícil es acercar posturas sobre modelos radicalmente opuestos. El congreso es el momento de confrontar modelos e ideas, de pegarse entre todos en el proceso, y cuando salga un ganador todos a su disposición y a trabajar para ganar las elecciones, que es el objetivo del PP.

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