El colapso informático de los viajes del Imserso provoca una ola de quejas

Las agencias de viajes asturianas creen que "ha fallado" el nuevo modelo de gestión

Sara Ledo / Ana Paz Paredes

Un caótico comienzo de temporada ha dado otra estocada a los viajes del Imserso. El programa de vacaciones para jubilados ideado por Felipe González hace 40 años no consigue retomar el vuelo a pesar de que en su última edición el Gobierno prometía una modernización para adaptarlo a los nuevos tiempos. Pero la realidad es que no ha habido nada de eso. A las ya habituales quejas de los operadores que se han quedado sin poder participar del megacontrato y de los hoteleros, por los bajos precios, se han sumado este año las de los usuarios ante el colapso del sistema informático en el arranque de la campaña y la imposibilidad de conseguir una plaza.

"El primer día que se abrieron las ventas hubo un colapso en la web de Turismo Social que bloqueó las ventas y cuando los usuarios intentaron entrar más tarde estaban ya todas las plazas vendidas. Somos conscientes de que ha habido problemas", explica el secretario general de la Mesa del Turismo, Carlos Abella. Algunos usuarios señalan a las agencias de viaje, a quienes acusan de tener prioridad a la hora de realizar las reservas. Pero estas niegan la mayor y aseguran que la experiencia es para ellos la misma que para el resto. "Hay dos problemas: el modelo de gestión y el embudo que se ha generado este año, cuando se ha pasado de dos operadores a uno", explica Íñigo Fernández, presidente de Otava, que agrupa a agencias de viajes de Asturias. Además, destaca que las plazas disponibles han pasado de 1.100.000 a 847.000.

"Creemos que hay muchas menos plazas individuales, que hay una bajada en la categoría de los hoteles, también que hay menos plazas en Andalucía, Canarias y Baleares, por lo que nos dicen las agencias, pero no podemos asegurarlo. Es importante saber qué ha pasado y, así, poder mejorar para el futuro", explican fuentes del sector. Este año, por primera vez en la historia del polémico programa, una sola empresa se hizo con los tres lotes (costa peninsular, costa insular y turismo de interior) del megacontrato, que asciende a unos 300 millones de euros por temporada. Es uno de los motivos del caos que se ha vivido.