Román Álvarez: «Hay que buscar una gestión comarcal conjunta»

El investigador entra en el RIDEA con un discurso sobre la evolución territorial avilesina y la necesidad de «colaboración»

Román Antonio Álvarez, durante su disertación en el RIDEA. | Zai Semeyes

Román Antonio Álvarez, durante su disertación en el RIDEA. | Zai Semeyes / Luis Ángel Vega,

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

«Sería conveniente que se profundizase en fórmulas de gestión conjunta en los concejos de la comarca avilesina», concluyó en la tarde ayer el investigador avilesino Román Antonio Álvarez González, exconcejal de Cultura de la ciudad y miembro correspondiente del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA), quien rubricó su entrada en esta institución con un discurso titulado «El territorio de Avilés: de alfoz a comarca». Álvarez relató una historia de varios siglos, la expansión y posterior desmembramiento del alfoz de Avilés, hasta llegar a la panoplia de concejos actual. «Quienes vivimos en la comarca avilesina no tenemos conciencia de que pertenezcamos a territorios diferentes. La gente de la zona tiene familia en todos los concejos y no tiene muy en cuenta las divisiones territoriales», explicó.

El motivo es la peculiar historia de este territorio. Avilés fue ganando territorios en la Edad Media «en un proceso que surge de forma natural». Era el centro de la comarca «por razones estratégicas, de situación, y también económicas». Del mismo modo, el proceso de desmembramiento, en diferentes fases, con siglos de diferencia, también surgió de forma natural. Primero se fracturó Carreño, luego Gozón (en 1605) y finalmente Corvera, también en siglo XVII, por el fenómeno de la venta de jurisdicciones por parte de los Austrias, acuciados por los problemas económicos. Avilés no se opuso a estas pérdidas: esos territorios suponían más cargas que beneficios.

El siguiente ciclo de fracturas –del que salió la actual disgregación del mapa municipal asturiano– se produjo en el periodo liberal del siglo XIX, que asistió a una reordenación del territorio –nacen las provincias y diputaciones– y la eliminación de estructuras de autogobierno. «Eso da lugar a una multiplicidad de ayuntamientos: de Pravia se desgajan Cudillero, Muros de Nalón y Soto del Barco, de Langreo se separa San Martín del Rey Aurelio. Avilés pierde Castrillón e Illas», enumeró Álvarez.

El nacimiento de ayuntamientos constitucionales no estuvo exento de problemas de deslindes, de intereses privados, «como ocurrió con la pelea en torno al Espartal». De aquellos «sinsabores quedan aún resabios», pero, en la actualidad, «todo el mundo es consciente de que sobran ayuntamientos», y de que «procede una reflexión sobre la necesidad de buscar la colaboración en aspectos como la gestión urbanística y de infraestructuras», algo que ocurre en otros países de Europa. «Se trata de no pelearnos, como ocurrió con la arteria del puerto», añadió. Pero esa colaboración choca con quienes se aferran a «determinadas canonjías».

Román Antonio Álvarez fue docente antes de dejarse tentar por la política local, pero fue a partir de la jubilación cuando pudo invertir tiempo en su verdadera pasión, la investigación histórica, apegada al territorio, fruto del cual son volúmenes como «El ser de las calles». En el acto de este jueves, estuvo acompañado del director del RIDEA, Ramón Rodríguez, y el presidente de la comisión de arte, arquitectura y urbanismo, Ángel Villa.

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