Windar Renovables adquiere todos los activos de Alu Ibérica a cambio de 20 millones

La operación queda a expensas de que la compañía del Grupo Alonso y la Autoridad Portuaria lleguen a un acuerdo sobre las concesiones de suelo y el canon a pagar por los mismos

Una de las naves de Alu Ibérica tras haber cesado la actividad de fundición de aluminio.

Una de las naves de Alu Ibérica tras haber cesado la actividad de fundición de aluminio. / MARA VILLAMUZA

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Fumata blanca en el proceso concursal de Alu Ibérica. Las instalaciones fabriles de la antigua Alcoa pasarán a manos del Grupo Alonso, más en concreto a Windar Renovables, la firma especializada en la fabricación de piezas para complejos eólicos.

Según ha podido saber este diario, la venta de Alu Ibérica a Windar Renovables se materializa en un precio de 20 millones de euros, una cifra inferior a las pretensiones iniciales del administrador concursal pero que aún así permitirá cubrir una parte significativa de las deudas que contrajo la empresa aluminera y la llevaron a la quiebra técnica.

La venta de Alu Ibérica a Windar Renovables contempla la totalidad de los activos, tanto la maquinaria como el inmovilizado (naves) e incluso el poblado cercano a la fábrica, conocido popularmente como las casas de Endasa (por el primer nombre que tuvo la industria avilesina del aluminio).

Para que la venta llegue a término la administración concursal pone una sola condición: que Windar Renovables y la Autoridad Portuaria lleguen a un acuerdo en relación a las concesiones administrativas para la ocupación del suelo portuario adscrito a las instalaciones de Alu Ibérica y se acuerde también el canon anual a pagar por los mismos. Para que ambas partes cierren este fleco se da de plazo hasta el 31 de diciembre.

Windar Renovables fue una de las dos empresas que presento oferta formal para adquirir los activos de Alu Ibérica en el marco de su proceso de liquidación. La otra aspirante, la metalúrgica madrileña Alueuropa, del grupo madrileño Chamartín, acabó desistiendo de la adquisición y dejo sola en esa carrera a la firma avilesina controlada desde hace el pasado mes de mayo por el fondo británico Bridgepoint. "Ninguna de las dos ofertas colma absolutamente las expectativas", aseguraron en un primer momento los administradores concursales, "pero son razonables", añadieron seguidamente. Finalmente ha sido la empresa asturiana con sede en Avilés la que se llevó el gato al agua.

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