El plan en marcha para recuperar la normalidad asistencial tras la pandemia

El Hospital San Agustín ha reducido a casi la mitad el tiempo máximo de espera para operarse

Los profesionales del centro sanitario de referencia comarcal doblarán otra vez este año las intervenciones quirúrgicas en horario de tarde, unas 900

Víctor Rodríguez, Lucía Ibáñez (enfermera de la unidad de corta estancia), Gerardo Pire (jefe de Cirugía General), Juan Jesús Barbón (jefe de Urología) y Noelia Álvarez (supervisora de enfermería del bloque quirúrgico), algunas de las cabezas visibles del plan de choque para reducir la demora quirúrgica en el HUSA.

Víctor Rodríguez, Lucía Ibáñez (enfermera de la unidad de corta estancia), Gerardo Pire (jefe de Cirugía General), Juan Jesús Barbón (jefe de Urología) y Noelia Álvarez (supervisora de enfermería del bloque quirúrgico), algunas de las cabezas visibles del plan de choque para reducir la demora quirúrgica en el HUSA. / F. L. J.

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Cualquier visitante, esporádico o asiduo, del Hospital Universitario San Agustín (HUSA) puede ver con sus propios ojos dos escenas que hablan a las claras del esfuerzo sanitario que se lleva a cabo desde finales de verano para mejorar los tiempos de espera quirúrgica. La primera de esas estampas es la alta rotación de ocupación que tienen los bancos con asientos existentes en el vestíbulo del centro hospitalario y que es donde aguardan las personas que van a ser operadas a que les abran la ficha de ingreso. Una planta más arriba se halla la sala donde familiares y acompañantes de pacientes esperan a ser informados por los médicos del resultado de las intervenciones, antes de poder pasar a los boxes de corta estancia o a las habitaciones –según los casos– para acompañar la convalecencia de los suyos. En esa sala, literalmente, hay muchas horas del día en que las sillas no dan abasto para que todo el mundo se siente; tal es el flujo de visitantes.

Hay más escenas que pueden ilustrar el desarrollo de un plan que tiene por objetivo "limar" lista de espera, pero se desarrollan en lugares vetados al público: los quirófanos, evidentemente, que tienen actividad por la tarde; los boxes donde los recién operados esperan a que se les pase el efecto de la anestesia; el llamado hospital de corta estancia –donde se recuperan las personas que han sido intervenidas y podrán marcharse para su casa en el día... Y así sucesivamente, pues el extra de trabajo que supone abrir los quirófanos por las tardes implica absolutamente a todo el personal hospitalario: desde los médicos a los celadores, pasando por las plantillas de enfermería y auxiliares, anestesistas, personal de limpieza y administración y hasta la cocina.

La enfermera de la unidad de corta estancia Lucía Ibáñez refiere un hecho que, pareciendo anecdótico, da idea de las "necesidades imprevistas" que surgen al calor del plan extraordinario de operaciones vespertinas. Los pacientes intervenidos por las tardes, como los de por la mañana, han de superar los efectos de la anestesia bajo supervisión del personal de enfermería. Esto implica orinar, vigilar la temperatura corporal, quitar el aporte de suero, beber y, llegado el momento, comer. Pero, ¿qué comer cuando debido al horario inusual de la operación ya ha finalizado el servicio ordinario de comidas? Lo explica la enfermera: "Apartamos comidas y las calentamos en un microondas a demanda de los pacientes". Pura servicialidad.

Lista espera quirúrgica en el área de Áviles.

Lista espera quirúrgica en el área de Áviles. / LNE

Este y otros muchos esfuerzos parece dar sus frutos. Según datos que facilita el director del HUSA, Víctor Rodríguez, el año en curso cerrará con "unas 910" operaciones quirúrgicas realizadas en horario vespertino, que son más o menos las mismas hechas el año pasado y en ambos casos más del doble que las 491 del año 2021 y casi cuatro veces más que las que se hicieron el año previo al inicio de la pandemia de covid: 267. Además de esas intervenciones vespertinas, la programación quirúrgica ordinaria del HUSA –la matutina– apunta a cerrar el año con 7.500 intervenciones, que serían 500 más que el año pasado.

Este incremento de la actividad quirúrgica tiene como traducción estadística la reducción en el último año del número de días que espera como máximo una persona para ser operada en el HUSA de 411 a 263. También ha disminuido la demora media; es decir, el número de días que, por lo general, tarda un paciente en ser llamado al quirófano. En este caso se ha pasado de 88,4 días en 2022 (que llegaron a ser 92,7 en 2021) a 81,8. Aún se está lejos, no obstante de los 58 días (dos meses más o menos) de 2017.

No obstante, esta mejoría de ciertos parámetros contrasta con la resistencia a bajar del número total de personas en lista de espera para operarse, 2.563 en el HUSA según datos del Sespa. Prácticamente los mismos que hace un año. Este fenómeno, común a todos los hospitales asturianos se explica porque la demanda crece tanto o más que lo que lo hace la oferta. Y eso impide que, pese a los planes de choque, las listas de espera se reduzcan.

El director del hospital comenta que el enfoque del plan en desarrollo para aligerar la demora quirúrgica elude fijar objetivos: "Trabajamos con el horizonte de que dé resultados, pero no hay un objetivo marco. Mes a mes evaluamos cómo vamos y tomamos decisiones". Las unidades especializadas más comprometidas con el plan de descongestión de las listas de espera son, lógicamente, las que más pacientes acumulan: cirugía general, oftalmología, urología y traumatología. Y las operaciones más prevalente –las más habituales– son, entre otras, hernias, cataratas, vesículas, proctologías, prótesis de rodilla y cadera, problemas de próstata...

Los criterios de ordenación de la actividad quirúrgica extraordinaria son flexibles, pero prevalecen consignas lógicas como no bloquear el hospital, dar preferencia a las dolencias más prevalentes y, por supuesto, la antigüedad que se acumula en la lista de espera. Nada de esto interfiere en la operativa ordinaria de los quirófanos, la que viene marcada por las urgencias y las cirugías programadas.

El proyecto de presupuesto de la Consejería de Salud para 2024 recoge 57 millones de euros destinados a transformar los sucesivos planes de choque para atajar las listas de espera –que, como se ha dicho, llevan dos años en marcha sin resultados suficientes– en "un plan estructural que ayude a recortar tiempos y a dar prioridad a criterios clínicos y de capacidad de las personas", en palabras de la titular del departamento, Conchita Saavedra.

Suscríbete para seguir leyendo