Villancicos en La Cuadra

Cantar en el popular bar de Noreña cada Nochebuena es una tradición que debería formar parte de la programación municipal

Surgen espontáneamente gracias a la tradición, todas las nochebuenas en el bar La Cuadra, que felizmente recuperó su primigenio y legendario nombre ideado desde hace 89 años en que abrió sus puertas por vez primera. Llegan las nueve de la noche y de repente, el bar se pone repleto de clientes y aficionados, a saber: unos por la música coral, otros con sentimiento por los villancicos y otros por dar rienda suelta a los recuerdos infantiles. Veremos a la directora oficiosa María José Roces dar la señal para que comience "Noche de Paz". Al unísono, pues los más son orfeonistas y coristas y están acostumbrados de los movimientos de la batuta y bajo un absoluto silencio estilo de la capilla Sixtina, van desarrollando el inexistente programa: componentes del Orfeón, miembros del coro de Pañeda que dirige la propia directora citada, componentes de La Rondalla, coro parroquial y sobre todo otros muchos mediopensionistas con sentimiento navideño que afloran cada Nochebuena. En este templo musical como lo define el amigo Luis Prida, hasta no hace muchos años, solamente había vino "tierra de León", presidía el local el retrato oficial del general Franco y otra foto –manteniendo las distancias, claro está– de Jesús Cuesta, que fue quien aglutinó las primeras voces hace ya tantos años que nadie recuerda cuántos, pero casi todos dicen haber estado en ese concierto fundacional.

En esta próxima edición, quizás echemos en falta entre las voces, la exclusiva, la campanuda e imponente de Tino Fombona, habitual en este encuentro navideño más está recuperándose de una inoportuna dolencia. Nos prometió su presencia aunque fuese en calidad de "oyente". Este acto forma parte de la idiosincrasia noreñense y debería formar parte asimismo de la programación cultural municipal y subvencionada por la consejería del gremio, ya que no nos conceden a los Callos la denominación de Fiesta de Interés Gastronómico (también es cierto que nadie la solicitó). Y que se retransmita en el breve concierto con pantalla gigante en el kiosco musiquero para satisfacción de los asistentes que se quedan a escucharlo en el exterior del local ante la falta de aforo.

Como viene siendo habitual, antes y después del covid, los y las entusiastas intérpretes nos honrarán al final con el himno "Asturias Patria Querida" indicando que son las últimas notas de tan esperado y único concierto. Los jóvenes músicos de la Bandina suelen hacer su recorrido habitual a la misma hora por los bares cercanos a La Cuadra para pedir el aguinaldo pues una ayudita siempre viene bien para las arcas de la entidad. Estamos en Navidad. Amén.