Entrevista | Javier Bergia Músico, actúa hoy en Mieres junto a Begoña Olavide

“Los grupos de los 80 eran insustanciales pero afortunadamente había más música”

“La Movida se ha mitificado pero no fue más que mucha gente que estaba deseando beber y salir por la noche”

Javier Bergia y Begoña Olavide. | LNE

Javier Bergia y Begoña Olavide. | LNE / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Javier Bergia y Begoña Olavide se conocieron en los 80. Ambos eran músicos pero sus carreras se separaron. Ella se especializó en música andalusí, “y yo tiré por el folk, la música experimental y la canción de autor”, explica Bergia desde su prueba de sonido en Valladolid, donde actuaron ayer. El guitarrista, que ha colaborado con María del Mar Bonet, “Vainica Doble”, María Dolores Pradera, Cecilia, Javier Krahe, Labordeta o Antonio Vega, y la experta en salterio y música antigua, que ha trabajado en cine con Saura y José María Forqué, se reencontraron hace seis años y han grabado tres discos. Hoy a las 20.00 horas (entrada gratuita) ofrecerán el concierto “Poemas y canciones de un tiempo a esta parte”.

¿En los 80 no había que estar en la Movida?

–Yo en los 80 estaba en la línea de “King Crimson” y tocaba la tabla india. Begoña estaba con el barroco. No sé si fuimos unos afortunados o unos desgraciados por sí que fuimos unos privilegiados.

–Pero triunfó lo otro.

–La Movida desplazó a todo el rock que se hacía antes. Grupos como “Asfalto” tuvieron que asistir al crecimiento de bandas como “Gabinete Caligari” y otros, que eran totalmente insustanciales, pero en aquellos años afortunadamente había otras músicas. La Movida se ha mitificado en lo artístico pero respondió a una cuestión política. Lo que ocurrió es que había mucha gente que estaba deseando beber y salir por la noche a salas como Rock-Ola, querían vivir la libertad, que por otra parte era muy importada de Londres.

–La mayor parte de los grupos de los 80 han desaparecido y ustedes siguen ofreciendo conciertos.

–Será que no quemamos todas las naves. Tal vez ahora podamos sentirnos un poco desplazados porque hay una generación enorme de músicos de cualquier género. Hay mucho o autodidacta o músicos educados en corrientes que nada tienen que ver con el pasado.

–Volvamos al presente. Tres discos y un concierto hoy en Mieres.

–Cuando Begoña y yo nos reencontramos, grabamos ”De un tiempo a esta parte”. Pusimos música a grandes poetas como el Arcipreste de Hita, Berceo, Machado o Carmen Martín Gaite. Dos años después hicimos “Burlesco”, en el que trabajamos con textos de autores como Quevedo o del Marqués de Bradomín de Valle Inclán.

–Y Miguel Hernández.

–Ese es un tercer disco que hicimos por encargo y del que ofrecemos un concierto monográfico.

–¿Y qué harán hoy en Mieres?

–Un concierto mixto en el que incluimos las piezas más interesantes de los dos primeros discos.

–¿Entonces, es música antigua, música popular, canción de autor...?

–No lo clasificamos. Y eso es algo que nos complica la vida a la hora de ir a festivales y esas cosas pero le aseguro que aunque en este país tenemos la manía de definir, el público no tiene ningún problema con lo que hacemos.

–No ya definirlo, pero explíquelo.

–Pues es una mezcla muy interesante. Está todo el conocimiento de la música medieval que tiene Begoña y lo ligamos con la poesía universal desde la Edad Media hasta la actualidad. Ahora se podría llamar canción de autor, está entroncado con lo que hacían los trovadores y el mester de juglaría.

–Usted toca la guitarra y Begoña Olavide el salterio.

–Un instrumento medieval maravilloso en el que se ha especializado Begoña. El que lleva ha sido construido por su marido, el luthier Carlos Paniagua. Combinamos esa sonoridad medieval con la guitarra y con las voces. Al final, insisto, lo que sale es una mezcla muy interesante que gusta al público.

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