En territorio comanche

La opinión sobre el "caso Rubiales": Rubiales, hasta la última bala

El honesto Rubiales, autoinvestido ahora como buscador de la verdad única y luchador contra el feminismo malentendido, ha decidido resistir. Y lo ha hecho junto a los fieles que aún le quedan, los que asistieron a una surrealista asamblea del "fúrgol" español en la que aplaudieron las "monerías" de la criatura. Entre ellos, más de un asturiano y asturiana

Luis Rubiales

Luis Rubiales

Pablo González

Pablo González

El honesto Rubiales, autoinvestido ahora como buscador de la verdad única y luchador contra el feminismo malentendido, ha decidido resistir hasta el último hombre y la última bala. Y lo ha hecho junto a los fieles que aún le quedan, los que asistieron a una surrealista asamblea del "fúrgol" español en la que aplaudieron las "monerías" de la criatura. Entre ellos, más de un asturiano y asturiana. Con el paso de las horas todos ellos, hasta los escondidos en la penumbra de la sala, ya están siendo debidamente identificados y ya hay quien ofrece una recompensa por sus cabezas.

El éxito del primer Mundial para el fútbol femenino español, el que debería servir para impulsar el deporte y el negocio, se ha convertido en un patético y decadente espectáculo en el que Rubiales se ha erigido en un indeseable jefe de pista. El "piquito", el frotis bajoventral y lo que ha venido después, como lo de decir que todo es una cacería, literalmente han devorado el gran éxito de las jugadoras de la Roja y la feliz resaca que se debería estar viviendo. Y lo peor es que nadie ha sabido parar una bola de nieve que con el paso de las horas y de los días se ha convertido, sobre todo por la actitud de Rubiales, en una avalancha que a ver dónde para y qué y cuánto arrasa a su paso.

Si el jueves casi toda España se fue para la cama pensando que horas después el todavía presidente de la Federación Española de "Fúrgol" iba a entregar armas y pertrechos y salir por la puerta de atrás, a estas alturas son pocos, salvo los que han decidido encerrarse en El Álamo junto a su jefe, los que defienden que Rubiales pueda seguir un minuto más al frente del organismo. El asunto queda ahora en manos del Gobierno, que ya ha anunciado que pondrá en marcha los resortes necesarios para inhabilitar al de Motril.

Tras esto no estaría mal que los que mandan se pusieran manos a la obra para acabar con el anticuado sistema de elección de los presidentes de las distintas federaciones deportivas, donde hay mandatos que amenazan con batir el récord de Francisco Franco en el poder. Ya que, según un tal Francos, secretario de Estado para el Deporte y presidente del CSD, todo este escándalo debe ser el principio del #MeToo deportivo, se podría hacer un 2x1.

Por lo demás, en la madreñina "furgolística" se espera por la llegada de la tercera jornada. El Oviedo sigue fichando. Colombatto, el sueño de Jesús Martínez, ya está en la ciudad. ¿Será la solución para que los del Almirante brillen un poco (o algo) más en ataque? Mientras, a 28 kilómetros el Sporting sigue buscando con qué apuntalar la plantilla de MAR, que tras la goleada frente al Mirandés ve el horizonte de otro color, aunque ya se sabe cómo se las gasta el balón. La vida sigue y el mundo no se para, con "piquitos" o sin ellos. Queda por ver si seguirá siendo igual o si algo habremos aprendido, lo que ya va tocando. Aunque no tiene mucha pinta, ¿oyisti, güey?

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