En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: La bendita y maldita presión

La casa azul cruza los dedos para no patinar en Anduva y en Gijón se conjuran para seguir una jornada más en puestos de ascenso directo

El entrenador asturiano José Alberto en su etapa como técnico del Mirandés durante un partido en Anduva

El entrenador asturiano José Alberto en su etapa como técnico del Mirandés durante un partido en Anduva / LOF

Pablo González

Pablo González

La muchachada azul rinde visita a Anduva en su carrera por recortar lo antes posible distancia con las primeras posiciones. Los de Carrión quieren tener unas Navidades tranquilas, hacer una buena pesca en el mercado de invierno y afrontar con las opciones intactas la segunda vuelta del campeonato en busca de alcanzar bien posicionados esas diez últimas jornadas en las que se juegan los títulos y los ascensos. Pero para eso, amiguinas y amiguinos, todavía queda mucho. Lo primero es no patinar ante el Mirandés, ejemplo de que con poco se puede hacer mucho.

El club burgalés suma diez temporadas en Segunda en toda su historia y las acumula todas en los doce últimos años, una de las pruebas de que el modesto club de Miranda de Ebro ha creado un estilo propio a la hora de gestionar sus escasos recursos, a los que queda claro que les saca el máximo rendimiento. A su favor juega que la presión del llamado entorno en Miranda nada tiene que ver con la que se vive/sufre en lugares como Oviedo o Gijón. Por eso hay, por ejemplo, unos sueldos que son más altos que otros. Y aun así, los hay que se quejan y que preferirían fumigar al entorno, empezando por la prensa, para luego pedir jugar a puerta cerrada.

Mientras, en Gijón se conjuran para no perder la segunda plaza que tanta ilusión ha despertado entre la Mareona. El rival, el Eldense, uno de los recién ascendidos que tanto se le atragantan a los de MAR. Pero para seguir soñando hay que currárselo, con presión o sin presión, ¿oyisti, güey?

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