El remate de la Fiesta del Cielo

El Festival Aéreo, un éxito de público y crítica: "Esto es una pasada"

La duración del espectáculo, casi tres horas y media, fue la única crítica en la multitudinaria y festiva cita con los aviones que compartieron familias y grupos de amigos de todas las edades

Un momento del espectáculo.

Un momento del espectáculo. / David Cabo

Alessandro Maisto / Carla Martínez

En familia, con amigos, acompañados de sus perros... En grupos, en pareja, en solitario... Mayores, jóvenes, niños... Miles de personas –gijoneses y asturianos los más pero llegados de muchos puntos de España e incluso de fuera de las fronteras nacionales, otros– miraron al cielo desde la playa de San Lorenzo para disfrutar del espectáculo que supone el Festival Aéreo Internacional de Gijón. Un evento que ya es tradición tanto en la programación veraniega de la ciudad como en la reserva de fechas para grandes citas de muchas familias.

¿Ejemplo? La familia Madero. "Hemos venido toda la familia y lo solemos hacer todos los años; es un espectáculo genial para venir todos juntos", confesaban. Ver los aviones en Gijón se ha convertido en su excusa perfecta para generar un lazo de unidad entre las distintas generaciones de la familia y crear recuerdos inolvidables entre todos.

Laura Marentes, Sara González y Valentín Suárez, compartieron en el Muro entusiasmo y preferencia por los aviones sobre los helicópteros, especialmente por los cazas. Eso sí, le pusieron un pero al evento: la duración. Y no fueron los únicos. Alrededor de tres horas y media de espectáculo a pleno sol y obligando a demorar la comida resultó demasiado para algunos espectadores. "Nos gusta mucho pero se hace un poco largo", reconocían los tres amigos.

No muy lejos estaban Sara Martínez, Avelino Martínez y Raquel Vicente. Ellos forman parte de esa larguísima lista de personas que repiten año tras año en el Festival Aéreo pero, por mucho que guste, las horas pesan. "Nos gusta mucho, la verdad que pega ninguna, lo único que se hace un poco largo, pero nos encanta", indicaban.

Desde la cercana Avilés, Ana Pérez y Enrique Fernández llegaron en moto para revivir una experiencia que no disfrutaban desde hace años. Sus rostros reflejaban asombro mientras observaban las maniobras audaces realizadas en el cielo. "Es una pasada", repetían. Volver al festival, esta vez por su cuenta, fue lo que hicieron este año las amigas Cristina Espinosa, Lucia Espinosa, Irina García y Raquel Acebal. "Está muy guay. Veníamos cuando éramos pequeñas y no nos acordamos mucho. Hoy estamos flipando y todavía falta lo mejor", indicaban al principio de un espectáculo, que no solo se pudo ver desde San Lorenzo o el Cerro de Santa Catalina. Muchos gijoneses también levantaron sus cabezas al cielo en Poniente o Fomento para ver pasar los aviones. Y quienes no los vieron pasar pudieron oírlos desde todos los puntos de la ciudad en momentos de atronador ruido.

El festival es punto de encuentro para grupos de amigos. Ese es el caso de Albino Marqués, Juan Ramón Macías, Aurora Rodil, Rosa Custodio y José Antonio Seijas. Unos residentes en León y otros en Gijón. Con un toque de humor, compartieron su experiencia de llevar paraguas por si llovía: "traíamos los paraguas por si llovía, y al final ¡Mira que día! Pero nos fueron útiles para resguardarnos del sol que estamos así mucho más a gusto".

Desde la ciudad vecina de Oviedo llegaron a San Lorenzo Alberto Niño, Cristina Fernández Riera y su padre, Julio Fernández Riera. Niño ya sabía lo que era porque había estado el año pasado en Gijón pero para sus acompañantes era su primera vez y quedaron impresionados: "Nos está encantando". El festival también dejó una impresión duradera a quienes ni siquiera sabían lo que era. "Estamos de vacaciones aquí, nosotros somos de Colombia y nos está impresionando la verdad", compartieron emocionados Karina, Óscar y Santiago. La coincidencia hizo que ver aviones militares sobre Gijón fuera una de las experiencias que se toparan los más de 500 cruceristas británicos que habían atracado a las ocho de la mañana en El Musel a bordo del "Europa 2". Otro apunte internacional en el festival.

Elena Tablón y Miriam Rey compartían entre risas la emoción en cada pasada de los aviones. Sus perros no tanto. Y lo que le faltaba. "Estamos esperando al caza que es el que más nos llama la atención, aunque el perro se asusta mucho con el ruido", indicaba una de las amigas.

Además del espectáculo en el aire, el Festival también ofreció a los asistentes la oportunidad de llevarse recuerdos y souvenirs únicos relacionados con la aviación. Numerosos puestos mostraban una amplia variedad de accesorios, camisetas, gorras parches, llaveros y otros artículos relacionados con los aviones. Las camisetas y las gorras eran especialmente populares entre los asistentes.

Los parches y llaveros, con los distintivos de los aviones y escuadrones presentes, también fueron objetos de deseo para coleccionistas. La presencia de estos puestos no solo enriqueció la experiencia del festival, sino que también contribuyó al ambiente alegre que reinó en el Muro durante toda la mañana. El Festival Aéreo fue el cierre a la Fiesta del Cielo que ha marcado parte de la programación festiva de Gijón a lo largo de mes de julio. Ahora toca coger fuerzas para lo que viene: la Semana Grande ya está a la vuelta de la esquina.

El tripartito comparte la fiesta aérea

El Club de Regatas fue el lugar desde el que los concejales del nuevo equipo de gobierno –el tripartito que conforman Foro, PP y Vox –disfrutaron de la fiesta aérea. De arriba abajo, los foristas Jorge González-Palacios, María Mitre, Carmen Moriyón, Pelayo Barcia, Nuria Bravo y Gilberto Villoria; los populares Jorge Pañeda, Ángela Pumariega y Rodrigo Pintueles, y los ediles de Vox Sara Álvarez Rouco y Óliver Suárez junto a Nuria Suárez, consejera en represetación del partido en Emulsa.

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