El espíritu navideño se apodera del Hospital Begoña

Una competición improvisada entre servicios marca una nueva tradición en el complejo, con decoraciones en todas las plantas: "Los pacientes lo están agradeciendo mucho"

En el Hospital de Begoña solía ser la gerencia la que se encargaba de diseminar algunas decoraciones navideñas por el complejo. Este año, sin embargo, un concurso improvisado entre los distintos servicios del centro ha terminado en una divertida competición interna que ha llenado el hospital de adornos. Hay muñecos de Papá Noel ataviados con batas de médico, coronas de Adviento realizadas con tubos de extracciones de sangre, árboles hechos con vasos vacíos de las máquinas de café y espumillones colgados de las paredes simulando electrocardiogramas, entre otras muchas ideas. A juicio de la gerencia, de hecho, lo que acaba de nacer en el Begoña es una nueva tradición, y la iniciativa, aunque surgió por el espíritu navideño de los empleados, está mostrando ser una forma más de humanizar las estancias de los enfermos. «Hay adornos por todos los rincones y los pacientes nos lo están agradeciendo mucho», se felicitó Pablo Hernández, gerente del complejo. 

La jefatura del hospital había dado permiso, sin pensarlo demasiado, a un grupo de empleados que planteó que el propio personal podía se trajese de casa algunos adornos navideños. «No le dimos muchas vueltas, pero ahora el hospital parece otro», bromea el gerente, que se encontró con todo el edificio decorado cuando entró a trabajar este lunes. «Varios compañeros incluso vinieron de fin de semana para ponerlo todo a punto», aseguró. 

La iniciativa le ha sentado muy bien al cerdo «Tinín», mascota del personal del área quirúrgica. Ahora preside una mesa en la sala del café de su planta, con gafas de sol y gorro verde, acompañado de una calabaza disfrazada de enfermera –lleva un vendaje como bufanda– y protegidos los dos por un pequeño árbol de vasos de plástico. «A ‘Tinín’ ya lo veníamos disfrazando dependiendo de cada fiesta, pero este año hemos ido a más», celebra el personal, que ha instalado también un belén. En las salas de reanimación y recuperación de pacientes quirúrgicos, estos días los usuarios miran divertidos a las enfermeras Angélica Rodríguez y Natalia González, ataviadas ambas con diademas de renos. En esta área tienen un buzón real y una escalera que conecta con una chimenea por la que asoman las dos delgadísimas piernas de Papá Noel. 

Otro de los servicios que más se han volcado con la idea ha sido el de Laboratorio, que son los que han colocado las coronas con tubos de muestras y los espumillones emulando electrocardiogramas. Otro grupo que se ha volcado con el proyecto ha sido el de Radiología. Dos de sus administrativas, Bea Junquera y María Fernández-Obaya, trabajaban ahora tras un mostrador decorado con un buzón navideño para «tickets» y varios adornos para animar los habitualmente aburridos archivadores grises. En esta parte del hospital, ya en la planta baja y más cerca del servicio de Urgencias, hay un poste con carteles de direcciones encabeza por el Polo Norte y con referencias para saber llegar hasta la resonancia, el TAC, el mostrador de admisiones y –por si resulta necesario– hasta Grao y hasta Australia, en cuyo cartel hay una flecha que apunta directamente hacia abajo. En otras partes del complejo también hay señales para dirigir hacia «la sala de pupas» y la «consulta de la señora Klaus». Serán los propios profesionales quienes voten a lo largo de la semana quién resulta ganador del certamen. Cada servicio, para no jugar sucio, no puede votarse a sí mismo. 

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