Los secretos del equipo que traduce las películas en el FICX: "Nos llaman los ‘subtitularis’"

Los encargados vigilan durante el festival que los textos vayan sincronizados con la imagen: "Con el doblaje se pierden cosas; si se prueba la versión original, no hay vuelta atrás"

Por la izquierda Begoña Molina, Jesús Amores, Santi Torregrosa y Marta Mompó, en el teatro Jovellanos, con un rótulo de subtítulo detrás.

Por la izquierda Begoña Molina, Jesús Amores, Santi Torregrosa y Marta Mompó, en el teatro Jovellanos, con un rótulo de subtítulo detrás. / Á. González

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Recuerda Santi Torregrosa, que lleva un cuarto de siglo trabajando en el FICX, aquellos tiempos en los que recibían cintas de rollo en su estudio, y el proceso de preparación de los subtítulos era mucho más lento. También el esfuerzo era mayor en busca de la precisión. "Era todo mucho más inestable, las cintas venían como venían, se estaba pendiente del transporte, y para el montaje era todo manual, incluso para la sincronización. Ahora con lo digital hemos ganando en comodidad y en ser más precisos", destaca el coordinador del equipo que se encarga de poner a punto previamente la subtitulación de todas las películas, y de coordinar y velar porque esos rótulos se proyecten correctamente durante la celebración del Festival Internacional de Cine de Gijón.

"Nos encargamos de que haya subtitulación electrónica en cada película que lo necesite. Si es en versión original, se lleva el subtitulado español. Pero hay una sección oficial competitiva, en la que también tiene que ir en inglés, o sea que lo hacemos en las dos vertientes", explica Torregrosa, sobre el trabajo previo que realiza un equipo que integran siete personas en los días que se celebra el FICX, donde se llevan a cabo los últimos retoques.

Durante el festival, lo más importante es la parte técnica, de la que también se encargan. "Lo que hacemos es equipar la sala para el subtitulado. En cada una hay un sincronizador, nos llaman los ‘subtitularis’ en San Sebastián porque nos ocupamos de que los subtítulos, previamente cerrados, vayan bien acompasados con la película durante la proyección, es decir, que vayan sincronizados, que es muy importante", detalla.

Begoña Fanjul es otra de las integrantes de este equipo, pieza en la sombra fundamental para que el FICX salga adelante. "El encanto de esto es que no es como otro tipo de traducciones, que te especializas en un campo. Aquí te pueden hablar de cualquier cosa, igual te toca una película de un tema y otra de otro", señala, antes de comentar algunos detalles y peculiaridades técnicas: "Tiene que sonar como lo diría alguien, tiene ese reto bonito de saber adaptarse". Y pone otro ejemplo, analizando la literalidad: "Hay que adaptarse a la velocidad de lectura, muchas veces se queja la gente de que por qué no dice exactamente lo mismo. Pero es que si lo ponemos tal cual no les va a dar tiempo a leerlo. Al final el significado es el mismo, pero se adapta para que puedas disfrutar de la película".

Los idiomas en torno a los que trabajan para realizar las traducciones son aparte del castellano y el inglés, también el francés, alemán, italiano o portugués. "Trabajamos a través de unas plantillas intermedias. Hay una lengua puente, el inglés, y si una película es en árabe, polaco, o lo que sea, trabajas sobre el inglés. Es mucho más rápido actuar sobre esa plantilla, con el pautado y ajuste ya trabajado anteriormente", cuenta Santi Torregrosa.

Marta Mompó, que también lleva unos cuantos años en esta tarea, tira de nostalgia para recordar cómo le llegaban los encargos por correo ordinario. "Algunas veces lo hacíamos solo sobre los guiones, y se sigue también haciendo, porque algunas productoras son reticentes a enviarte la copia", afirna, antes de indicar que esa digitalización de todo ha hecho que su trabajo sea más "ágil y fácil".

No obstante reivindica el papel de la traducción, como vía para promocionar la versión original frente al doblaje. "Es mucho mejor a la hora de saber cómo un actor interpreta un personaje, porque es bastante evidente que hay un trabajo de voz que con el doblaje se pierde. También se pierde escuchar el idioma original, de cómo se expresa, y esto es algo muy relacionado con el tema de aprender idiomas, que es muy importante. Y lo tenemos tan a mano con el subtitulado para poder aprender y sin embargo lo desaprovechamos", explica Mompó. "La gente acostumbrada a ver películas dobladas les cuesta mucho entrar en el mundo de la versión original, pero una vez que entran y se habituan, ya no hay vuelta atrás. Luego les suena a falso cuando vuelven a ver las películas dobladas", añade a su lado Santi Torregrosa.

El trabajo previo tiene un peso clave para este equipo de subtitulación del FICX, que sin embargo no descansa durante la celebración del festival, comprobando que todo el material esté a la perfección, o que los equipos técnicos vayan al compás de la imagen. Jesús Amores es uno de los encargados de revisar esa precisión. "Todo saldrá perfecto", explica, con una sonrisa.

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