Opinión | Varadero de Fomento

Lo que se lleva ahora

Vial portuario y plan de vías: asuntos de moda

Nada hay peor para la buena marcha de una obra pública, edificio o infraestructura viaria, que montar asambleas o plebiscitos. Y a estos mandamases corporativos les encanta llenarse la boca con las convocatorias a reuniones, encuentros con colectivos y demás zarandajas para anestesiar a la opinión pública. Lo que se lleva estas semanas es el vial de acceso a El Musel. Para la despreocupada cirujana tiene la ventaja de que no depende de ella ni de su amiguito del alma, el menguante hombrín de Laviana: el malo está en Madrid y se llama Óscar Puente, ministro de Transportes.

Opina todo el mundo, unos de los últimos los del Colegio de Ingenieros de Caminos que han puesto en circulación un informe que lo aguanta todo: por un lado, da la razón a los que desean el túnel, por la otra, comparte ciertas reticencias con el ministerio, es decir, como si no hubiera informe, tal es su afán por no quedar mal con nadie y que todos tengan un párrafo al que agarrarse para esgrimir a favor de sus tesis. El informe de los camineros tiene una virtud: viene a confirmar que se trata de una cuestión de manteca, ¡ah, el vil metal!

Sabe el ministro responsable, que antes de serlo fue alcalde, que no hay como amarrar bien los cordones de la bolsa de los doblones y que a los regidores de las ciudades y pueblos les llega el cansancio de pedir siempre por lo mismo y terminan encontrando otros asuntos en los que centrar sus preocupaciones. Y, si esto pasa con la alcaldesa, imaginemos lo que habrá con el también ocasional habitante de Suárez de la Riva: el tío se ha limitado a decir que él está a lo mismo que deseen los vecinos, pero se ha guardado mucho de que se le escape que va a mover un solo dedo o poner ni un óbolo para contribuir a la obra. Que pague el ministerio. Y si no lo hace, allá ellos en sus despachos a los que no llegan las patéticas palabras de las mínimas entidades vecinales de la localidad.

Tampoco se escuchan palabras bonitas desde el mismo Ministerio respecto al Solarón: habrá casitas y si el consistorio quiere parque que lo pague a la entidad Gijón al Norte, que no anda el horno para bollos. Un equipo municipal de gobierno que se comporta como si estuviera en la oposición: palabrería, pero sin poner un duro. Mucho discurso y pocas realizaciones. Es curioso como el mismo electorado ha sido capaz de confundirse dos veces con los mismos. No tenemos enmienda: para esto es para lo que da la derecha de esta equivocada villa marinera. Sin duda, lo merecemos.

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