Emocionante despedida a Carmen Hidalgo, “un ejemplo de vida” hasta los 102 años

El funeral de la viuda y madre de los alcaldes Valentín y Antonio Masip, fallecida el pasado lunes, registra una nutrida asistencia: “Fue testigo de excepción de la historia de Oviedo”

Víctor Delgado

Oviedo despidió este miércoles a Carmen Hidalgo, viuda y madre de los alcaldes de la ciudad Valentín y Antonio Masip, fallecida el pasado lunes a los 102 años. El funeral registró una importante afluencia de asistentes, que quisieron darle el último adiós a la que era una de las supervivientes de la boyante burguesía asturiana del siglo XX. Personalidades de la política y de la sociedad ovetense arroparon con sus condolencias a un emocionado Antonio Masip, que no pudo contener las lágrimas durante los 35 minutos que duró el funeral.

El lugar elegido para el último adiós de Hidalgo fue la iglesia de San Isidoro El Real, donde se casó con Valentín Masip en 1945, en plena plaza del Ayuntamiento. La misa fue oficiada por el párroco, José Luis Alonso Tuñón, que recordó a Hidalgo como “un ejemplo de vida” y trató de consolar a sus hijos  –Jaime, Mari Carmen, Emma y Antonio–. “Tener madre hasta los 102 años… qué más se puede pedir. Toda una trayectoria superándose cada día. Carmen parecía que se iba a quedar para siempre y aunque ahora no hay consuelo siempre nos quedará el recuerdo de una vida plena”, dijo el párroco en su discurso.

En el funeral hubo una importante representación del Partido Socialista, partido por el que fue alcalde Antonio Masip. Encabezado por su portavoz municipal, Carlos Fernández-Llaneza y acompañado por todos los miembros del grupo socialista en el Ayuntamiento que se encontraban en la ciudad. “Carmen Hidalgo fue testigo de excepción de la historia de Oviedo. Hay pocas personas que hayan conocido tanto el pasado de nuestra ciudad, gracias a su vida larga y con buena salud”, declaró Llaneza, cuya relación con la familia Masip se remonta varias generaciones hacia atrás. También estuvo presente Rita María Álvarez, esposa del que también fuera alcalde Gabino de Lorenzo.

Hidalgo, nacida en Sama de Langreo, fue incinerada a petición propia. A pesar de su longevidad, su muerte fue inesperada para familia y allegados. Llegó cuando se recuperaba en casa al superar un delicado momento de salud por un tratamiento médico. Si las gestiones de la familia con el Ayuntamiento llegan a buen puerto, sus cenizas descansarán junto a su marido, Valentín Masip, que como falleció siendo Alcalde de Oviedo fue enterrado en una tumba de titularidad municipal. De este modo, el Ayuntamiento debe autorizar la inhumación de su esposa.

El gusto por la música de la difunta, que mantuvo hasta sus últimos días, se notó en a lo largo del acto. Un coro formado por integrantes de varios grupos musicales reunidos para la ocasión interpretó el Himno de Covadonga al término de un funeral sencillo pero emocionante. 

Una reivindicación del párroco

El párroco de San Isidoro El Real, muy próximo a Hidalgo, hizo una reivindicación en el funeral, que dijo compartir con la difunta. Las escaleras de entrada a la iglesia suponen una barrera de movilidad que complica el acceso de las personas mayores o en silla de ruedas. Así era el caso de Carmen Hidalgo, que había tenido que cambiar esta iglesia por la de Las Carmelitas. “La última vez que la vi, Carmen me pidió que pusiésemos una rampa, pero lo tenemos difícil porque pese a la voluntad del Ayuntamiento intervienen varias administraciones que lo complican por tema de estética. No se respeta a las personas de más edad”, insistió Alonso Tuñón. 

El propio Antonio Masip, en silla de ruedas, tuvo que acceder cargado por cuatro personas para despedir a su madre. El cura reiteró que había recibido muchas llamadas de gente que no pudieron asistir al funeral por el mismo problema. 

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