De Alas Argüelles a Silva, del Campoamor a La Abadía

No sabría decir fecha, pero estuve en el estreno de "El rector" en el Campoamor, nombre precisamente propuesto por el concejal Leopoldo Alas Ureña, "Clarín", para sustituir al viejo teatro del Fontán, antiguo corral de comedias, de intolerables corrientes, en el invierno de Vetusta, para la compañía operística central en "Su único hijo", la segunda novela de nuestro gran escritor.

Ahora sé que dos ilustres tutores del idioma español valoran el interés que supondría incluir "El rector" para la programación del prestigioso Teatro de La Abadía. El comentario me llega de rebote de los encuentros de los jueves, té y pastas, que siguen a la preceptiva reunión de la comisión permanente sobre neologismos candidatos al Diccionario. A esos doctos jueves literarios no faltaba Emilio Alarcos, al que solía encontrar de buena mañana en la calle Independencia regresando tras dormitar en el Express. Tampoco los perdía, mientras vivió, Pedro Laín Entrialgo al que oí quejarse de la provocadora irrupción, rodeado de cámaras, de Camilo José Cela el día de su elección para el Nobel.

Me alegraría que "El rector" se representara en escenario tan prestigioso y también que Pedro de Silva entre un día en la Real Academia Española.

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