Crítica / Música

Calidad y expresión

Brillante velada en los "Conciertos del Auditorio" gracias a la Orquesta Sinfónica de la BBC y al violinista Inmo Yang

Jonathan Mallada Álvarez

Jonathan Mallada Álvarez

La Orquesta Sinfónica de la BBC, una formación de referencia en el panorama musical internacional, volvía a Oviedo dentro del ciclo "Conciertos del Auditorio" poniendo en liza un programa de gran atractivo que arrancó con los "Cuatro interludios marinos de Peter Grimes". A pesar de algún leve desajuste, la pieza del británico Benjamin Britten estuvo bien ejecutada, con una cuerda afilada e incisiva y unas maderas sobresalientes que aportaron color y luminosidad.

El plato fuerte de la velada era el "Concierto para violín en re mayor" de Beethoven. Inmo Yang, en su debut por tierras españolas, se reveló como un intérprete llamado a grabar su nombre en el salón de la fama musical. Al sonido espléndido, la técnica exquisita y depurada, la cristalina emisión y el dominio absoluto de cualquier registro del instrumento (algo velado en la proyección) se unió la elegancia y la expresividad, si acaso quebrada por alguna entrada resbaladiza de las trompas, que Yang (bien arropado por una orquesta muy flexible) supo imprimir a cada uno de los compases escritos por el genio de Bonn. A modo de propina, para redondear todavía más su actuación, una impactante interpretación de la sarabande de la "Partita n.º 1" de Bach.

La segunda parte estaba reservada al "Concierto para orquesta" de Bartók, donde emergió la figura del director titular de la agrupación británica, Sakari Oramo, para ofrecer una lectura de gran brillantez y frescura de la obra, gracias a una cuerda compacta y rotunda, a una percusión precisa y a unos vientos superlativos que Oramo manjó con claridad e inteligencia. Tras Bartók, y fuera de programa, nuevo paso por Hungría, esta vez de la mano de Kodaly con sus "Danzas de Galanta".

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