Paraíso capital

Colección de perspectivas

Las fotografías de Jordi Bernardó en la sala Sabadell-Herrero

Gonzalo García-Conde

Gonzalo García-Conde

Es tendencia inevitable, entre todos los que nos gusta viajar, el haber intentado sacarnos una foto en un lugar singular del mundo, y haber pretendido que ese recuerdo lo tuviese todo: la grandeza del espacio capturada y una dosis de auto protagonismo satisfactoria. La mayor parte de las veces el resultado es decepcionante. Hay que alejarse mucho para capturar la Torre Eiffel, el Taj Majal o la Catedral de Burgos. Si logramos que se distinga el monumento, nuestra presencia termina por resultar minúscula. A pesar de los fracasos, en la era de las redes sociales lo seguimos intentando. El Coliseo, Chichen Itzá, la Giralda y nuestra ridícula presencia. Nuestro gesto de turistas con calzado cómodo. Haciéndonos la ilusión de entender, no sólo la historia, sino además el arte de la fotografía.

Sin embargo, es esa misma pérdida de perspectiva entre espacio y ser humano la que se señala como eje artístico de una expo del fotógrafo Jordi Bernardó inaugurada el pasado 10 de octubre en la Sala de Exposiciones Sabadell-Herrero y abierta hasta el 14 de enero. Una muestra titulada ID Project que busca la identidad de catorce autoridades dentro del arte, la ciencia y de los derechos humanos a través de un espacio trascendente en sus vidas que ellos mismos tuvieron que elegir. Cuál es su lugar en el mundo, dónde se hacen minúsculos en su proporción. No buscan la cámara, el mismo objetivo que les documenta el que les evita. Porque Bernardó asume que son un elemento más del mundo del que forman parte.

De esta manera, Steven Pinker y Stephen Hawking fueron fotografiados en Harvard y Cambridge respectivamente. La activista Rosario Quispe en una planicie de sal y el misionero Pedro Opeka en un suburbio de Madagascar. Ferrán Adriá vuelve a la cala de Roses donde cambio para siempre el rumbo de la cocina, Woody Allen se pierde en el Metropolitan Museum de Nueva York, y Vivian Gornick observa su propio hogar en la misma ciudad, germen de sus novelas y de su lucha feminista. Algunos son el lugar que han alcanzado y otros aquel del que provienen. Unos lo que desean y otros lo que dejaron atrás. Nada al-Ahdal, la voz de la lucha de las niñas casadas contra su voluntad en Yemen, posa de espaldas en una calle de Jordania, donde vive su exilio, vestida al modo tradicional de las novias de su país. Por su parte Jimmy Wales, fundador de Wikipedia, escogió un pasillo infinito de pesados tomos enciclopédicos en The London Library.

Creo que tuve suerte de que me recomendaran esta muestra. Visualmente muy atractiva y conceptualmente de las que te invitan a darle la vuelta a un par de asuntos de esos que pasan desapercibidos con la velocidad de la vida moderna. Además, es una invitación expresa a decidir cuál es el lugar en el mundo donde usted o yo nos sacaríamos esa fotografía. Dónde te defines, a dónde perteneces, donde tu presencia es pieza y no apósito. Yo le animo a visitarla. Usted elige si la disfruta durante catorce minutos, una por cada foto, o si la extiende a catorce vidas enteras. Yo aún le estoy dando vueltas al asunto.

Con respecto a la Sala Sabadell-Herrero, creo que debo reconsiderar su papel en la vida cultural de nuestra ciudad porque siempre está ahí y a veces se me pasa por alto. Este año, sin ir más lejos, ha revisado (y me he perdido) el profundo legado de Antonio Suárez. En una ciudad que sigue maltratando su extraordinario mosaico en el paseo de los Álamos. Otras obras culturales ligadas a entidades financieras que han perdido su arraigo en nuestra tierra siguen sin definir el destino de sus colecciones de arte asturiano. Pero esa ya es otra historia. Otro escenario y otra perspectiva.

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