Buen Oviedo, buen punto : 1-1 en Huesca

Correcto Oviedo con once, mejor con diez. Notable, en líneas generales. NI rastro del equipo que desapareció en Andorra en la anterior visita, aunque sin alcanzar la solidez de los choques de casa. Un Oviedo competitivo como el que persigue Cervera que se va de El Alcoraz con un valioso punto (1-1) tras resistir, y jugar mejor que su rival, con un hombre menos durante más de media hora.

Habían ofrecido un análisis tan poco atractivo Ziganda y Cervera que uno se preparó para uno de esos choques “made in” Segunda, trabado, con pocas ocasiones y más músculo que talento. La peli de sobremesa de Antena 3, una etapa llana del Tour, un Huesca-Oviedo. Y sin embargo, quizás porque las expectativas eran tan bajas, salió un primer tiempo con cositas. No fue una exhibición, ni mucho menos, pero al menos se vieron llegadas y detalles.

El Oviedo busca más margen salarial y negocia la rescisión de Sangalli

Las cosas podían resumirse en 21 obedientes futbolistas y un verso libre. De este último, Koba Koindredi, salieron las cosas más interesantes. El problema para el Oviedo es que no sucedió tanto como desearía. El galo dimitió de la disputa de algún balón largo para reservarse los que iban al pie, pocos, pero suficientes para dejar su firma.

El primer cuarto de hora fue azul, blanco y verde, ayer. Algo que quizás no se esperaba. Salió a molestar arriba el Oviedo y el Huesca entró al partido al tran-trán. Sangalli, que negocia para su desvinculación, fue la gran novedad en el once, instalándose en la izquierda. Estuvo bien, pero es que da la sensación que cualquiera que acompañe a Bretones hoy por hoy en su banda tiene todo para lucir.

El Oviedo empezó bien, está dicho, con Viti poniendo un centro malicioso a los 30 segundos y Obeng probando con potencia a los 6 minutos. Los guantes de Andrés estaban bien encajados en la mano. Sangalli puso otro balón raso con peligro para cerrar este pequeña declaraciones de buenas voluntades carbayonas en el partido.

El Huesca fue despertando, tranquilo, diésel, como si no le pesara la condición de local. Juan Carlos y Joaquín probaron a Braat. Sin rasguños. El Oviedo supo replegar cuando tocaba y a los locales les costó sin espacios. Cuando robaban, los de Cervera buscaron a Obeng al choque y a Koba al pie. Hubo más de lo primero que de lo segundo.

Bretones, uno que juega un partido por libre, tuvo el gol en una de sus exitosas incorporaciones.  Centró Viti, controló el zurdo y le pegó con fuerza. La pelota se fue silbando por encima del larguero.

Como el 0-0 no parecía incomodar a ninguno de los dos, nadie hizo nada por acelerar las cosas. A los 34, el Oviedo conectó tres movimientos bien. Obeng ganó la disputa, Koba condujo y sirvió a la llegada de Viti y este tocó antes de que Pulido le trabara. Penalti. El cofre del tesoro. Koba anotó con la misma parsimonia que emplea desde el calentamiento.

El escenario se pintó de azul, se iniciaba ese partido que el Oviedo ya ha ganado tantas veces. Pero un accidente, de una gran belleza, eso sí, sacudió el duelo. Una falta innecesaria de Tarín a los 2 minutos del tanto de Koba dio al Huesca la oportunidad de centrar. Pulido, fornido central, escorado en el área, respondió al centro de Ratiu con una espectacular chilena plea de optimismo que se coló junto al poste izquierdo de Braat. El golpe inesperado igualó un choque se fue al descanso.

Del vestuario salió mejor puesto el Huesca, que no tardó en sacudir el área azul. Montaron una contra los del Cuco con un Oviedo mal parado y Joaquín remató de cabeza al poste. La advertencia era clara: los efectos animadores del gol de Pulido parecían seguir vigentes.

El choque volvió a temblar a los 10 minutos de volver. Luismi fue a cortar una contra y en la entrada golpeó abajo a Joaquín. El colegiado castigó la acción con amarilla pero el VAR llamó a revista y el castigó se elevó a roja. Le tocaba remar al Oviedo con uno menos durante más de media hora. Cervera respondió al instante retirando a Koba y dando entrada a Mángel. Parecía claro que tocaba sufrir.

Personalidad

Pero la respuesta no fue en ese sentido. De repente, el Oviedo reaccionó con personalidad y empezó a discutirle la pelota al Huesca. Con diez llegaron buenos minutos de los de Cervera, que incluso asustaron con una llegada de Lucas que sacó la defensa cuando la pelota parecía colarse. Y siguió mandando. Viti puso un centro cerrado a los 71 minutos que por poco se cuela. Una respuesta de madurez la del equipo.

A los 74, cuando mejor estaba el Oviedo, otra acción altera el guion. Valentín ingresa en el área y deja el pie al paso de Sangalli. Piscinazo de libro. Gorostiza Fernández-Ortega pica y señala penalti. El VAR evidencia su error a los pocos segundos y todo queda en un susto y en un árbitro colorado.

La mejor lectura para el Oviedo es que no todo el miedo se redujo a ese falso penalti. Porque el Huesca trató de llegar con centros hasta el final pero la defensa carbayona siempre se impuso. Incluso se permitió sacar las garras en la enésima internada de Bretones ya en el añadido. El empate, vistas las condiciones, puede ser celebrado. Es un buen punto.

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