El Oviedo saca la garra: empate en un partido loco ante el Racing (1-1)

Tras una primera parte con problemas, los azules firman una gran segunda mitad, en un choque repleto de ocasiones, polémica arbitral y gran fútbol

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Lo primero: fue un partidazo. Porque hubo de todo: ocasiones, manos salvadoras, goles (menos de los merecidos), un árbitro superado, algo de caos y mucho de fútbol. Y en semejante ambiente, lo más parecido a un partido de play-off, el Oviedo dio una lección de carácter para sumar un punto (1-1) que se verá si a la larga puede ser importante. Buscó el triunfo el Oviedo, nada que reprocharle ahí, pudo perder cualquier renta pero se queda con uno. Los días en los que no puedes ganar, al menos empata. 

Salió el Oviedo como siempre a tratar de ser protagonista con el balón, y lo cierto es que lo logró, sobre todo en el arreón inicial, sometiendo el área cántabra. Pero, se descubriría después, el Racing no estaba incómodo con ese guion. Si el Oviedo demandaba la pelota lo que deseaba el conjunto visitante era los espacios. El partido transitó por ese estrecho guion entre las llegadas combinativas de los azules y los ataques al galope de los racinguistas.

Moyano ya probó a Ezkieta a los 2 minutos, y la pelota se escurrió hasta irse cerca del poste. Luismi, a los 4, volvió a avisar, de cabeza. Respondió el Racing corriendo. Arana retó a Román y este desbarató el mano a mano. No era la primera vez que sucedería.

Germán cabeceó cerca de la escuadra en un córner y, a continuación, Bretones construyó una autopista en su flanco, pero Dubasin no alcanzó el centro cuando ya se relamía para el gol. Volvió a escena Román para chafar, de forma milagrosa, otro reto de Arana cara a cara. El colegiado señaló fuera de juego, pero parecía una jugada muy justa. Peque se encontró la defensa en su definición tras error de Luengo y, de seguido, un centro reboto en Bastón y casi se cuela en la meta racinguista. Todas estas acciones descritas, antes de la media hora de partido. Que el choque siguiera sin variaciones parecía un milagro.

Real Oviedo
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1 1
Racing de Santander
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0-1, min. 45: Peque
1-1, min. 72: Alemao

Alineación Real Oviedo

Román (3);
Viti (2), Luengo (1), Calvo (3), Bretones (1);
Luismi (2), Colombatto (1);
Dubasin (1), Cazorla (3), Moyano (1);
Bastón (1).

CAMBIOS

Alemao (2) por Bastón y Paulino (1) por Dubasin, min. 58.
Seoane (1) por Colombatto y Masca (1) por Moyano, min. 83.
Jimmy (s.c.) por Cazorla, min. 90.

Alineación Racing de Santander

Ezkieta (1);
Sangalli (1), Manu H. (2), Germán (1), Mario Gcía. (1);
Íñigo (1), Aldasoro (1);
Mboula (2), Peque (2), Vicente (2);
Arana (2).

CAMBIOS

Juan G (1) por Arana, min. 73.
Andrés (1) por Peque, min. 78.
Ekain (s.c.) por Vicente y Jeremy (s.c.) po Mboula, min. 91.


Fuentes Molina (comité valenciano). Roja directa a Luengo (60’) y Sangalli (67’). Amonestó a los locales Dubasin y Viti y a los visitantes Íñigo Vicente, Manu y Arana.

Carlos Tartiere. 23.432 espectadores, según cifras oficiales.

A los 33, Aldasoro sujetó a Luengo cuando iba a rematar, pero el colegiado - y el VAR- se inhibieron. A los 38, una de las intervenciones de la temporada. Una parada directa a los highlights. La montó el Racing en una mala salida azul. Aldasroro chutó de forma defectuosa en la frontal pero Arana metió la testa para corregir el rumbo. Román, que había cedido hacia el otro palo, rectificó el rumbo y lanzó un mano firme para desviar lo justo, con las yemas, y evitar el gol visitante. El Tartiere coreó la acción como si se tratara de un gol.

No fue tan clara, pero casi, la que a continuación disfrutó Moyano. Centro preciso de bastón y testarazo, algo centrado, pero dañino. Buena intervención de Ezkieta. 

Parecía que la primera mitad moriría con un inexplicable 0-0 pero el Racing volvió a tener la suya. Esta vez no perdonó. Un despeje sin mucha chicha y un resbalón de Cazorla, posibilitó a Arana filtrar un servicio a la llegada de Peque, que anotó tras romper la barrera de Román con un amago. El 0-1 se antojaba un marcador pequeño para todo lo visto, pero la sensación es que el Oviedo necesitaba reajustar algunas cosas para no seguir sufriendo en cada oleada racinguista.

El inicio del segundo pareció serenar algo el ritmo, con el Racing un par de pasos más atrás. Estaba claro que buscaba matar a la contra. Al Oviedo le faltaba algo más de chispa, y por eso Carrión la buscó en el banquillo. Entraron Alemao y Paulino para buscar la reacción. Fuentes Molina, el colegiado, se encargó de cortarla.

A los 60, Luengo fue al suelo para cortar una contra de Arana. Toca el balón con la derecha, y con la izquierda se produce un contacto que pocas veces es visto como falta. No para Fuentes Molina, que siempre pareció algo superado por el ambiente: roja. El VAR no dijo nada en una acción que parece de su ámbito. Quizás atormentado por la conciencia, Fuentes Molina no tardó en compensar. Fue una entrada de Sangalli, más dura que la de Luengo pero que quizás tampoco era para roja. Sacó, con la mano temblando, la roja al racinguista y el partido volvió a nacer.

Y vaya si lo hizo, espoleado el Tartiere. También los futbolistas. Colombatto lanzó en largo a Alemao (delantero que puede correr al espacio), Germán parecía llevar ventaja, pero el brasileño tocó con la punta en posición acrobática y, sin tiempo casi a tomar tierra, volivó a impulsar con la derecha a la red. Un 1-1 gritado como pocas veces por el Tartiere. 

Y ahí ya no paró el Oviedo. Entregado. Con Cazorla moviendo al equipo a su antojo. Con riesgos. La ocasión lo merecía. Moyano rozó el segundo a los 76 tras otro pase en largo preciso de Cazorla. A los 80l otra vez Santi, centró desde la esquina: la pelota se paseó a medio metro dle premio sin rematador.

Tomó riesgos el Oviedo. Muchos. Pero va en el carácter de este equipo, que ni duda, siempre mira al arco rival. Asustó el Racing en un par de salidas pero siguieron los de Carrión a lo suyo. Se rompió por completo el partido y nadie hizo nada por remediarlo. Lo agradecen los amantes del buen fútbol. Mboula dañó en cada salida luciendo carruaje, Paulino probó con la derecha. La defensa azul, rota por el esfuerzo tuvo que achicar como pudo. La última fue azul, en un centro sin rematador de Bretones. Una oda a la garra, un guiño al buen fútbol. Un punto que le sabe poco al Oviedo en su intento por luchar por todo, pero que refuerza el carácter de un equipo que sigue creyendo.

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