El Camín de la capilla, así es la ruta de la leyenda de la ermita de la Bienvenida y del prior que daba pan y descanso a peregrinos en Siero

El trayecto atraviesa tres parroquias y lleva al pequeño templo de Vega de Poja, en un paraje de cuento parte del Camino de Santiago a su paso por el concejo

"Cuenta la tradición que en el entorno de Vega existió un monasterio cuyo prior tenía por costumbre salir a recibir a los peregrinos que se dirigían a Santiago por esta ruta a través de la campiña sierense. Junto con una libra de pan y un jergón de hojas de maíz para el descanso, dicho prior les daba la 'bienvenida', lo que se considera origen del nombre de este pequeño templo". Este breve texto puede leerse a la llegada a la ermita de la Bienvenida, en Vega de Poja, una pequeña iglesia que, pese a la sencillez de su fábrica, resulta de gran belleza por su integración en el hermoso paisaje en el que se ubica. Quien llega al lugar por primera vez descubre un paraje de cuento que además tiene su propia leyenda y gran protagonismo en el Camino de Santiago a su paso por Siero.

Capilla de la Bienvenida.

Capilla de la Bienvenida. / P. T.

Quien desee conocer este paraje y su ermita puede llegar en vehículo hasta Vega de Poja y luego caminar un breve trecho, pero hacerlo a pie en una ruta más amplia merece la pena por el encanto de sus rincones y permite además conocer tres parroquias del concejo (Aramil, Marcenao y Vega de Poja) que se cuentan entre las zonas rurales de mayor belleza y patrimonio del municipio.

La caminata puede iniciarse en muy diversos puntos, pero LA NUEVA ESPAÑA de Siero la realiza desde San Roque, en la parroquia de Aramil. En las inmediaciones de la iglesia de la localidad se puede dejar el coche y si no se ve hueco los vecinos amablemente indican donde se puede estacionar sin molestar. Si se decide arrancar aquí la ruta, la caminata, entre la ida y la vuelta son unos siete kilómetros. El recorrido lleva algo más de una hora y media si se va disfrutando de la vista que va saliendo al paso y uno se detiene para ver algunas curiosidades que va mostrando el camino.

Iglesia de San Roque, en Aramil, punto de inicio de la ruta.

Iglesia de San Roque, en Aramil, punto de inicio de la ruta. / P. Tamargo

El camino desde la iglesia de San Roque, que dejará a su espalda, prosigue todo en línea recta en dirección a Marcenao. Llegando a las proximidades de la iglesia de esta parroquia saldrá al paso, a la derecha, una casa con un llamativo escudo que, según se cuenta, se trasladó al inmueble procedente de otro lugar. No hay certeza sobre la procedencia ni el motivo de que esté ahí, pero se dice que pudo llegar de una antigua casona de Lieres.

La casa con el escudo sobre la puerta de la vivienda, la número doce.

La casa con el escudo sobre la puerta de la vivienda, la número doce. / P. Tamargo

Se continua recto hasta alcanzar la iglesia de Marcenado. Al ver el templo desde su parte posterior cogemos el camino de la derecha y pasaremos por la carretera junto a la iglesia. En el cementerio, que también sale al paso, hay un grupo de tumbas de una misma familia con una singular decoración realizada con pequeños azulejos en tonos rojizos.

Al fondo, la iglesia de Marcenado, que dejamos a nuestra espada para seguir por el camino de la imagen.

Al fondo, la iglesia de Marcenado, que dejamos a nuestra espada para seguir por el camino de la imagen. / P. T.

El recorrido va casi siempre en línea recta y por el trayecto nos encontraremos con caminantes y también con ciclistas que en pequeños grupos van realizando el paseo como actividad de ocio y deporte durante el fin de semana.

Un grupo de ciclistas por la ruta, el pasado fin de semana.

Un grupo de ciclistas por la ruta, el pasado fin de semana. / P. Tamargo

Después de pasar Marcenao, hay solo dos puntos en los que hay que elegir un giro para continuar el camino. El primero es este de la foto, como a mitad de trayecto, en el que hay que coger el sendero de la izquierda.

En este cruce de caminos, se coge el sendero de la izquierda.

En este cruce de caminos, se coge el sendero de la izquierda. / P. T.

El camino transcurre atravesando varias zonas de viviendas antiguas y también de nueva construcción, que dan fe del auge de la edificación en la zona rural de Siero.

Viviendas de nueva construcción que se dejan atrás durante el camino en dirección a la ermita de la Bienvenida.

Viviendas de nueva construcción que se dejan atrás durante el camino en dirección a la ermita de la Bienvenida. / P. T.

El trayecto es llano en su mayor parte, aunque el tramo ya más próximo al destino tiene algunos repechos. Los hay cuando hay que hacer el segundo giro del camino para encarar la subida hacia Vega de Poja. En la fotografía se ve el cruce que hallaremos y en el que hay que tomar el sendero a la derecha, cuesta arriba.

Último cruce en dirección hacia Vega de Poja, donde hay que coger el sendero a la derecha, cuesta arriba.

Último cruce en dirección hacia Vega de Poja, donde hay que coger el sendero a la derecha, cuesta arriba. / P. T.

En este último tramo, con varios puntos empinados, el caminante se encuentra con otros que están realizando la ruta. Las vistas en las proximidades del templo son magníficas y, si el día está soleado, permiten observar, en la lejanía, varios núcleos de población de Siero.

Un caminante, ya en la zona próxima a la ermita.

Un caminante, ya en la zona próxima a la ermita. / P. T.

A pocos metros encontraremos el cartel que nos indica el giro para llegar a la pequeña iglesia. La señal pone "Camín de la capilla". Hay un banco justo al lado de un árbol para sentarse y contemplar el paisaje.

El Camín de la capilla.

El Camín de la capilla. / P. T.

Nos adentramos en la parte más hermosa del recorrido, por un camino que en este momento está repleto de hojarasca seca y transcurre entre árboles en algunos puntos.

El camino hacia la ermita.

El camino hacia la ermita. / P. T.

Tras unos minutos de caminata más, la vista ya alcanza a ver la pequeña iglesia por su parte trasera.

La ermita al fondo del camino.

La ermita al fondo del camino. / P. T.

Una vez llegados al templo, en uno de los laterales está el panel que cuenta la historia de esta iglesia, en la que no se explica de qué fecha puede datar su construcción. En ese mismo punto hay una especie de recinto alambrado con malla en el que sobre una piedra hay una placa, una concha del Camino y suele haber flores.

La pequeña zona de homenaje en unos de los laterales de la ermita.

La pequeña zona de homenaje en unos de los laterales de la ermita. / P. T.

En la parte delantera del templo hay bancos y mesas para disfrutar de la estampa que conforman la iglesia y su entorno. El lugar es anualmente punto de encuentro de celebración religiosa y convivencia vecinal. Hace años fue precisamente el colectivo vecinal el que impulsó y costeó las reparaciones que necesitaba el templo.

Vista de la ermita desde uno de sus laterales.

Vista de la ermita desde uno de sus laterales. / P. T.