Pañando en la pumarada y mayanza en el llagar: así arranca la nueva temporada sidrera

El consejo regular de la DOP presenta una campaña en la que la excelencia vuelve a ser el objetivo del sector

Lucía Rodríguez

 El Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Sidra de Asturias ofrecíó una visita guiada con el fin de vivir una experiencia real de la campaña de recogida de la cosecha. Daniel Ruiz, gerente del Consejo Regulador, señala que "pretendemos que la gente ahonde en el conocimiento del producto y sus raíces, así como en el sector agrícola e industrial del que forma parte la Denominación de Origen Sidra de Asturias".

La visita comenzó con el traslado de los asistentes a la plantación Rancho Dosil en Carbaínos, donde poder disfrutar de la experiencia de la cosecha "in situ". La riega, durona de Tesali, raxao o regona son tan sólo algunas de las variedades que se pudieron encontrar en la plantación. La campaña de recogida de la manzana comienza, aproximadamente, en la primera quincena del mes de octubre, "aunque depende del estado de maduración de cada variedad, condicionado por la meteorología de cada año. Es entonces cuando comienza a recogerse o pañar la manzana proceso que aún hoy se realiza casi en su totalidad de forma manual".

Durante la visita, los participantes pudieron conocer de primera mano la explicación sobre la campaña, cuáles son los momentos idóneos de recogida de manzana según su maduración, los controles que pasan por parte del Consejo Regulador y cómo se trasladan al Llagar. Por último, se realizó un recorrido por el Llagar Herminio, en Colloto, donde se pudo ver la recepción de la manzana, su selección y su posterior prensado.  El llagarero Andrés Alonso, tercera generación de llagareros del local sierense, explicó a los participantes en la visita el proceso por el que pasa la manzana desde que llega.

Un camión descargó más de 6.000 kilos en el manzanero, "los cuales pasan por un proceso de lavado con el fin de eliminar cualquier resto de suciedad". A continuación, un operario "rechaza de manera manual aquellas manzanas que no se encuentren en condiciones óptimas para, posteriormente, pasar a la máquina donde las frutas serán trituradas", explicó Alonso.

Por último, "las manzanas se envían a las prensas, comenzando a fluir la primera sidra, que es dulce, y cayendo a unas tinas para recoger el mosto". Una vez extraído, "se bombea hacia los toneles, donde comenzará su fermentación, obteniendo la sidra que será embotellada", concluye el llagarero.

La experiencia finalizó con una clásica espicha en el propio llagar, acompañando la Sidra de Asturias con otros productos típicos asturianos.