Las "kettlebells", las pesas rusas que tienen un subcampeón de España de Pola de Siero

Diego Álvarez, primer asturiano que se presenta a una competición nacional de esta disciplina que combina fuerza y resistencia

Diego Álvarez, con las medallas de subcampeón de España de Kettlebell.

Diego Álvarez, con las medallas de subcampeón de España de Kettlebell. / L.R.

Lucía Rodríguez

Cuando uno escucha por primera vez el término "kettlebell" es posible que le suene a chino. Pero su origen no está en el país asiático, sino en Rusia. Seguramente, aquellos que estén acostumbrados a ir al gimnasio, más concretamente a los box de entrenamiento de crossfit, hayan visto alguna vez las pesas tradicionales con las que se practica. Son una bola de hierro fundido, semejante a una bala de cañón, con un asa, explican para describirlas quienes las utilizan. Quien sí las conoce bien es Diego Álvarez, que se ha convertido en subcampeón de España de esta modalidad de deporte en el campeonato celebrado en Palma de Mallorca el pasado fin de semana, en las pruebas "Long Cycle" tradicional y "Half Snatch" o media maratón de la categoría amateur.

El poleso afirma que "con esta disciplina combinas fuerza y resistencia, pero además, su dureza radica en tu propia fuerza mental". Y es que los ejercicios con "kettlebell" consisten en levantar la pesa, y con movimientos pendulares, realizar las repeticiones necesarias durante un tiempo establecido. Así, la categoría "Half Snatch" o media maratón, trata de "realizar el máximo número de repeticiones que te sea posible, durante 30 minutos, levantando las pesas por encima de tu cabeza sin dejarlas caer y sin que toquen el suelo", detalla Álvarez. Sin embargo, si hablamos de "juggling" la cosa se complica. "Se trata de hacer malabares con las pesas por encima de tu cabeza, al mismo tiempo que las haces girar sobre sí mismas", detalla.

El deportista destaca que "no es que sean pesos excesivos" si bien "lo complicado es aguantar ese peso en un tiempo prolongado y encajar bien la pesa para no hacerte daño". "Una vez que le pillas la técnica es muy gratificante", añade.

Estas pesas rusas, denominadas así porque están basadas en las que los comerciantes de la antigua Unión Soviética utilizaban como contrapeso de las balanzas a la hora de vender sus productos,  trabajan diferentes grupos musculares o zonas como la espalda, hombros, piernas, glúteos y abdomen. Tanto es así que Álvarez asegura que "desde que practico esta disciplina no he vuelto a tener dolores de espalda". Además, "mejoran aspectos como la coordinación, la flexibilidad, el equilibrio y la capacidad cardiovascular".

La historia de Álvarez con estas pesas comenzó hace 10 años. "Yo entrenaba en crossfit y un chico vino a darnos una clases, así comencé a entrenar por mi cuenta". Sin embargo, aquello se le quedaba pequeño y hace un año y medio decidió prepararse para competir. "Empecé a leer por internet y a ver vídeos y contacté con Alain Lagüe, un chico de Palma de Mallorca que cuenta con ocho títulos de campeón del mundo y que actualmente es mi entrenador". Así fue como se decidió a participar en el campeonato de España obteniendo unos resultados con los que, asegura, no contaba. "La verdad es que me pilló todo un poco de sorpresa y con el título que obtuve me clasifiqué para el mundial que tendrá lugar en Nyborg (Dinamarca), el próximo mes de abril", indica.

Diego Álvarez, que trabaja en una imprenta, lamenta que a pesar de ser un deporte muy beneficioso para la salud, cuente todavía con pocos adeptos: "Aquí en Asturias, tengo a cuatro chicos más conmigo que han empezado a entrenar. Pero, además, en España, es una práctica tan minoritaria que ni siquiera existe una federación, tan solo una asociación con sede en Mallorca que se rige por las normas de las federaciones internacionales IKMF y la WSKF".

Su próximo objetivo, además de participar en el mundial, es "crear un club a nivel regional para poder ir a las competiciones y conseguir así difundir este deporte, porque estoy convencido de que la gente no lo practica más por desconocimiento", concluye.