Opinión

La longanimidad de don Matías Somolinos de Jove

Matías no quisiera escribir estas palabras, señal de que estas ahí, que me envías mensajes, que me preguntas y te pregunto, que me animas y te animo, pero tu último wasap de 1 de marzo me alarmó; la situación se complicaba y este viernes, viernes, 15 de marzo, a pesar de la multitud de oraciones y súplicas hechas, me llega la noticia de tu fallecimiento. ¡Descansa en paz, que bien merecido lo tienes! A lo largo de estos años han sido muchos los intercesores en el  cielo y en la tierra que hemos implorado a Dios Padre por tu salud, por tu pronta recuperación,  desde la Virgen de Covadonga, la de Los Robles, la de Fátima, Lourdes, Torreciudad, San Josemaría , el beato Don Álvaro del Portillo y especialmente a Guadalupe Ortiz de Landázuri, a quien tenías gran devoción, junto a familiares y multitud de amigos, pero Dios te quería junto a él, y como dice un amigo sacerdote en momentos difíciles como este, cuando la lógica humana se resiente, Dios escoge a los mejores,  y tú has dado abundantes pruebas de ello, a pesar del enorme pesar y penar que deja una persona tan noble, sana y transparente como tú. ¿Cómo? Divulgando tu enfermedad, alertando a todos, situándonos en tierra, buscando una solución a la misma, que pasa inexorablemente por potenciar la investigación y preocupándote por cada uno de nosotros, cuando pasábamos por momentos y situaciones difíciles siempre nos llegaba tu palabra de ánimo. Y a esa tarea te has dedicado siempre y más estos años, en los momentos de enfermedad y dolor. Tú siempre me decías: "Hay que confiar y rezar”.

Recuerdo tu charla de un 25 de abril de 2019, jueves, a las 14.45 , dirigida a alumnos del colegio, titulada “Mi lucha contra el cáncer”, que bien documentada y apoyada con imágenes nos expusiste todos los pormenores de tu enfermedad, tu reacción al conocer el diagnóstic - uno siempre piensa que enferman los demás- y tu solución al problema , que basabas en una fórmula de (Esfuerzo+Constancia+Paciencia), todo ello multiplicado por la Fuerza de voluntad, y te hacías la pregunta humana y de todo creyente, de “¿por qué a mi Señor? Y todos recordábamos las palabras de Jesús en el Huerto de los Olivos: “Señor, si es posible, aparta de mi ese cáliz”. Los alumnos no parpadeaban, estaban impresionados. En una sociedad que se adora a sí misma y que elude y oculta el dolor, que alguien de la máxima confianza, un profesor, antiguo alumno del centro, les hable de sus vivencias con el dolor y de cómo combatirlo, les hizo mucho bien y más aún que, a pesar de sus dolores y sufrimientos, les anime a superarse, en palabras tuyas a “No ponerse límites”. Son mensajes y vivencias que no se olvidan.

Meses después, en septiembre de 2019, también en el colegio y en una charla-conferencia para familiares, amigos y compañeros de tu promoción, la duodécima, tus compañeros de siempre, en la sala polivalente, llena, expectante, hiciste una exposición a corazón abierto- estabas en casa y hablabas a los tuyos-. Expusiste tu testimonio vital, lo que justifica tu vida, y después de explicarles los pormenores de tu enfermedad, tu día a día, tu fe; después de agradecer el apoyo que recibes de tu esposa María, de tu familia y las muchas oraciones que personas buenas y anónimas dirigen a Dios por ti; después de decirnos cómo soportar el mucho dolor que tienes ofreciéndolo por aquellos que lo necesitan más que tú, te hiciste una pregunta que tú mismo respondiste: ”¿Qué es para mí  la felicidad? Antes de estar enfermo, podía ser cambiar de coche o cosas parecidas, hoy que el dolor se convierta en una suave molestia que me permita vivir, acudir al Molinón, cenar con María, andar en moto…".

La vida es corta, dura menos que un trago de buen vino, pero que al menos tenga sentido, y concluías con esa certera recomendación de “Apreciar lo que tenéis” . Poco después, antes de la Navidad, organizaste una Gala Benéfica en favor de la Asociación de la  Lucha contra el Cáncer, en el Club de Regatas , en la que la música y la amistad fueron los protagonistas. Fue todo un éxito. Mucho público, mucha generosidad. Todos nos lo pasamos bien. La recaudación ascendió a 6.000 euros. Podría decir más cosas, de tu estancia en Burgos, de las excelencias gastronómicas de la  taberna del Morrico, de tus visitas a la Pola y tu presencia en el Carmín, pero creo que lo expuesto refleja bien quién eres y el excelente ejemplo que nos dejaste a todos tus familiares y amigos. ¡Has combatido un buen combate y en todo momento seguiste las sabias indicaciones del doctor Alejandro Braña  cuando te dijo: ”El 90 por ciento depende de ti, el 10 por ciento ..."  ¡Que nosotros estemos a tu altura! ¡Eres un monstruo! Has hecho tuyo uno de tus salmos preferidos , el 27(26), que dice: “El Señor es mi luz y mi salvación…¿A quién temeré?” ¡Muchas gracias por todo el bien que nos has hecho! Tu testimonio va con nosotros ¡Que Dios te tenga en la Gloria!

PD. La Real Academía de la Lengua Española define el término “longanimidad” como “Grandeza y constancia de ánimo en las adversidades”: MATÍAS.

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