La "neotonada" de Belén Antón y la comunidad de les muyeres tremendes

"En Mieres, de diez años para acá, sí que le da más importancia a la cultura local"

ASTURIANOS EN MIERES: Belén Antón

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Belén Antón Fidalgo, cantante de tonada. Antón Menchaca, el grupo compuesto por la mierense Ana Belén Antón Fidalgo (voz) y el gijonés Pedro Menchaca (guitarra), forma parte de esa nueva ola musical que está oxigenando la tradición asturiana. Por etiquetar, se diría que ellos hacen "neotonada", una fusión contemporánea resultante del libre uso de la tonada que hace Belén Antón –una interpretación más seliquina, más melódica y nada "al alto la lleva"– y el acompañamiento de Menchaca, siempre al filo de la experimentación. Acaban de presentar su nuevo disco, el segundo, "Los díes contaos".

"Nací en Mieres, en el polígono de Vega de Arriba, tengo 45 años. Crieme enfrente de un pozu, el Barredo, donde estaba toda la movida de les huelgues. Mamé muy de cerca les manifestaciones de la reconversión de la minería. Pero lo más curioso de todo ahí es que mi padre, Luis, era policía nacional. Mi güelu era mineru, los nuestros vecinos de puerta, con los que casi somos familia, eren mineros. Y mis amigos eran hijos de mineros. Cuenta la mi hermana una anécdota. En aquelles manifestaciones, cuando tocaba correr, la mi vecina decía: ‘Ay, que vienen los policías’, y la mi hermana decía: ‘Ay, que vienen los mineros’. Así que yo era fía de un policía, algo que, de aquella, en el instituto, era la ruina (risas). Pero, oye, mi padre no dejaba de ser un obrero más y los mineros de aquí siempre lo respetaron".

"Éramos una comunidad de vecinos que nos ayudábamos mucho y todo era gracies a les muyeres, les nuestres madres –la mía llámase Doni– y abueles, que eren tremendes. Y mucho más luchadoras que los paisanos, a ónde vas a parar... Elles contábense unes a otres los problemas y no necesitaben terapias, ya se lo hacían entre la vecindad. Y siempre sin perder la alegría, porque una cosa que tiene Mieres ye que a pesar de les desgracies nunca se pierde la alegría".

"Además de a la música, que ye una de las cosas más importantes de mi vida, profesionalmente me dedico en la actualidad al transporte y la logística. Estuve unos años viviendo fuera, trabajando en Madrid, también unos meses viajando por Estados Unidos, que me tomé un añu sabáticu, y dos años trabajando en Inglaterra…. Allí me pilló la pandemia. Llevaba siete meses cuando empezó. Volví a Asturias en pandemia, íbamos en el avión yo y otras dos personas más. Fue una experiencia muy rara, la verdad".

"Yo viví los últimos coletazos de la vida minera en Mieres, los últimos coletazos de un sitio que estaba en crecimiento, con una natalidad impresionante, con muchísimos guajes en la calle jugando por todas partes, con los mineros trabajando, con mucha gente. Ahora es un ambiente muy tranquilo, muy apacible. Mieres está muy bien para vivir, es un sitio muy residencial".

"Es muy cómodo, está en el centro de Asturias, está muy bien comunicado. Tiene de todo. Y tienes mucha oferta cultural también. En Asturias, en general, tenemos una oferta cultural impresionante. Yo creo que igual no somos ni conscientes de ello. No tien nada que envidiar a Berlín. Eso me lo decía una moza un día en Xixón. Ella estuvo viviendo en Berlín, estábamos viendo una exposición en Xixón y diz: ‘Yo creo que Berlín tien la fama; pero yo, que llevo aquí viviendo unos meses, estoy alucinando. Es que no me da tiempo a hacerlo todo’. A mí me gustaría que se apostara más por lo local, como pasa en otras comunidades, el País Vasco o Galicia, donde la creación local la tienen supervalorada".

"En Mieres, de diez años para acá, sí que le da más importancia a la cultura local. Por ejemplo, a mí me llevaron adelante una propuesta que creo que no me hubieran apoyado en ninguna otra parte de Asturias. Fue un festival que se llamó ‘Pingarates’, que se hizo por San Xuan, en 2021, donde agarré un montón de grupos que no teníen nada que ver con la tradición, de diferentes estilos de música, del jazz, del rock, del pop y de la electrónica, y les propuse que hicieran reelaboraciones con la canción asturiana. Yo creo que quedó espectacular. Me acuerdo de ‘Chiquita y Chatarra’ que decían: nos apetece hacer un disco entero con versiones de estas canciones".

"A la tradición llegué de mayor, con 30 años, fíjate. En casa, nadie se dedicaba a ello. No daban crédito. Decíen: ‘Pero tú, nena, ¿primero la gaita y ahora la tonada?’. En los 90, no sé si te recuerdas, era aquello de les noches folk y había muches bandes de gaites. Hubo una explosión de la música tradicional. Y a mí me llamó mucho la atención la gaita desde el principio, siempre me gustaron los instrumentos, digamos, ancestrales. Y, aparte, con 16 años ya iba a conciertos más alternativos al Chupano, por ejemplo, donde tocaban grupos muy de la época, grungerillos y tal".

"Total, que me puse a tocar la gaita y una cosa me llevó a la otra. El gran descubrimiento fue cuando escuché cantar a Mariluz Cristóbal Caunedo y el disco ‘Onde la ñublina posa’. Para mí fue un antes y un después. Entonces yo empecé a cantar un poco por... hacer el tonto. (risas) Por animar les sobremeses y echar unes cantarines curioses. Igual que con la gaita: estando viviendo en Cambridge una Nochevieja había allí un escocés y quedaron todos pegados cuando me vieron coger la gaita y poneme a tocar".

"En Estados Unidos también canté tonada. Es más, en Estados Unidos me grabó un paisano, Chris Stack, que trabajaba con (Robert) Moog, el inventor de los primeros sintetizadores. Me grabó una asturianada con sintetizadores. Esto fue en Asheville, en Carolina del Norte. Me subieron a un escenario y todo. Yo no sabía qué decir. Y pensaba: ‘En qué momento me vi yo metida en esti berenjenal".

"No sé cómo definite lo que hacemos en Antón Menchaca, el grupo que tengo con Pedro Menchaca. Nosotros somos más underground que Rodrigo Cuevas. Lo nuestro ye más intimista. Metimos la tonada donde nadie llevó la tonada, en espacios con gente jovencísima y, desde el desconocimiento, a mucha gente le llama mucho la atención. Me tiene pasado de estar cantando en Bilbao y el público flipar con ‘Adiós la mio vaca pinta’, por los arreglos que hace Pedro y por cómo usas la voz. Eso es lo guapo, llevar la tonada a otros lugares, a otros espacios. Está bien que la tonada esté en los concursos, yo no digo nada, pero al final se retroalimenta siempre de la misma gente. Y está bien porque se canta mucho y son muy buenos cantantes, es impresionante, pero cantan entre ellos nada más. Por mi manera de ser y porque nací en 1978 y porque a lo mejor tengo otro estilo y me gusta llevar la toná a otros espacios, nosotros hacemos algo distinto. Y también porque encontré a Pedro, que fue una suerte".

"Creo que la tonada, o la asturianada, está bastante denostada. Hay gente que me tiene dicho de todo. Cosas muy buenas, pero también comentarios un poco irrespetuosos. Y normalmente suelen venir de los que lo tienen en casa. Hay gente muy traumada con la tonada, porque lo tuvieron que escuchar mucho en casa, porque era algo de lo que se avergonzaban… No sé. La gente ye un poco renegada de la llingua, pero también de su propia cultura. Ojalá pudiéramos tener el orgullo que los gitanos tienen por el cante flamenco. El asturianu siéntese orgullosu, pero no es capaz de exteriorizalo. Oye, te guste o no te guste, si tu güela o tu padre cantaben tonada, solo por respeto cállate un poco y escúchame cantar. Una vez, en un concierto de blues, uno espetóme no sé qué cosa de la tonada. Y díje-y: ‘Mira, esti paisanu que ves aquí cantando, en realidad, ye un cantante de tonada. Pero allí lo desarrollaron. Lo que pasa ye que aquí, con esi pensamiento, no lo vais a desarrollar en la vida’. Y, oye, luego empezó a cantame tonada. Y cantaba mejor que yo. Y yo pensando: ‘¿Pero qué surrealismu ye esti?’ No sé por qué tienes que renegar de tus raíces. No sé qué ye lo que pasa aquí, que lo único que funciona ye la industria y les fartures. Pero, bueno, Rodrigo Cuevas está ayudando mucho en ese sentido. Lo mismo que Hevia, que también puso la gaita en valor. Tenemos que tirar por lo local, por las apuestas más arriesgadas, abrir la mente".