La hostelería asturiana sufre cancelaciones en cascada: “Es como tener restricciones”

Los restaurantes suman cientos de anulaciones de grupos numerosos, si bien el servicio diario mantiene el tipo y sube el encargo a domicilio

Archivo - Una camarera se dispone a servir en una terraza de un restaurante

Archivo - Una camarera se dispone a servir en una terraza de un restaurante / Jorge Peteiro - Europa Press - Archivo

M. Riera / M. Martínez / D. Orihuela / P. Antuña / A. Illescas

Hace un mes los hosteleros consultados por LA NUEVA ESPAÑA coincidían en resaltar el dulce momento del sector, con las reservas a tope para comidas y cenas de Navidad, entre amigos y compañeros de trabajo. Entonces, se miraba de reojo a Europa y al avance del coronavirus, disparado en algunos países, lo que ha acabado por llegar a España. Pero la realidad era entonces que los asturianos llenaban bares y restaurantes, agotaban las reservas y empezaban a reunirse para Navidad sin haber acabado noviembre.

Este periódico ha consultado ahora a los mismos hosteleros y todos coinciden también, pero en una mala noticia: las cancelaciones llegan en cascada porque la gente tiene miedo a los contagios, disparados. El sector se pone en lo peor.

“Nosotros llevaremos unos 160 comensales que han cancelado, tanto de reuniones de empresa como de grupos más pequeños”, expone Mónica Quirós, de La Cava de Floro, en Oviedo, donde empezaron a servir comidas y cenas navideñas hace un mes y los libros de reservas en algunas fechas clave estaban entonces ya llenos. Quirós asume que esta semana que empieza, ante la evolución de la pandemia, el teléfono volverá a sonar con más cancelaciones. “La gente llama muy sentida, incluso apurada. Eso hay que decirlo”, reseña la hostelera, que, no obstante, aporta un dato positivo. “Seguimos dando comidas sobre la marcha, bastantes. La barra sí que ha bajado, pero no las mesas. Y el servicio a domicilio ha crecido”.

Es un hecho. El temor ante el auge de contagios o la existencia de contactos positivos hace que ahora muchos opten por quedarse en casa y renunciar a la vida social.

En el restaurante Palacio de las Nieves, en La Felguera (Langreo) calculan a vuela pluma que el número de comidas y cenas para estas fiestas ha descendido “alrededor de un 30 por ciento”. Mantienen también, como en La Cava de Floro, el nivel de servicio, pero no tanto como esperaban. “La gente está con miedo”, explican.

Las comidas y cenas de empresa han desaparecido prácticamente en la comarca de Avilés, donde hosteleros y restauradores están a la expectativa de ver qué pasa con las reservas que tienen para Navidad y Nochevieja. María José Arias, del hotel 40 Nudos, lo resume: “Se han anulado el 90 por ciento de las reservas del anterior fin de semana y de este. La gente tiene miedo a juntarse pese a todas las precauciones para que nuestros locales sean seguros”. Hay expectación a ver qué pasa para Navidad y Nochevieja. “El miércoles hay una reunión del presidente del Gobierno y los presidentes autonómicos. Según lo que decidan, pues la gente actuará. Estamos a la expectativa porque, por ejemplo, si deciden que hay que cerrar a las once de la noche, pues ya sabemos qué va a pasar”, explica María José Arias.

Ángel Lorenzo, del grupo gijonés Gavia, admite que las reservas para Nochevieja se han ralentizado debido a la incertidumbre por la pandemia. Su grupo tiene varios locales y “por ahora solo tenemos lleno en Mamá Guaja, pero confiamos en los próximos días en que los demás sitios lleguen a tener todo reservado para Nochevieja”. En Gavia han afrontado un fin de semana con bastante trajín de comidas y cenas, pero según el empresario “menos que otros años y menos de lo que se esperaba para este diciembre en el que hace un mes preveíamos unos números históricos”. De hecho, lo que más les ha fallado en Gijón han sido los grupos numerosos, de 70 o 150 personas: “Se redujeron mucho las grandes comidas y cenas de empresas. Han predominado las de grupos más pequeños”.

Los teléfonos de los restaurantes de Noreña “no paran de sonar estos días”. Pero lo hacen justo por los motivos opuestos a los de hace un mes. “Nos han cancelado entre el 80 y el 90% de las reservas de comidas de empresa y de grupos grandes”. Así lo revela el presidente del gremio, Juan Fernández, que no deja de recibir quejas y lamentos del sector. Casi todo estaba lleno, pero la nueva ola del covid está echando atrás a los que pretendían recuperar los grandes eventos de antes del virus. “Se ha cancelado casi todo. Quedan solo mesas pequeñas, de cómo mucho cuatro personas”, alerta. Esto, por supuesto, conlleva problemas con el abastecimiento: “El género que se usa es fresco, perecedero y ya estaba comprado. Este mes de diciembre, que debía ser un balón de oxígeno, antes de una etapa complicada, que suele llegar tras Reyes, será especialmente malo”.

Así las cosas, entre algunos hosteleros cunde el desánimo. “Estamos igual que si sufriésemos restricciones”, sostienen. Y es que el temor a que en los próximos días se tomen medidas que supongan una limitación para un negocio que ya está padeciendo problemas va en aumento.

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