El Príncipe que tenía claro lo de ser Rey: así fue la entrevista en exclusiva para LA NUEVA ESPAÑA de Felipe VI por su mayoría de edad

"Lo vi serio, responsable y reflexivo", señala Juan de Lillo, que en 1986 lo entrevistó

El momento en que padre e hija juraron la Constitución y las páginas que LNE dedicó ala exclusiva entrevista de 1986 con el entonces Príncipe Felipe. | LNE

El momento en que padre e hija juraron la Constitución y las páginas que LNE dedicó ala exclusiva entrevista de 1986 con el entonces Príncipe Felipe. | LNE

Mariola Riera

Mariola Riera

Aquellos que han tenido oportunidad de tratar y conocer a la Princesa Leonor la describen en términos similares a los que en su día, al cumplir también la mayoría de edad, se utilizaron para describir a Felipe de Borbón. Los primeros hablan de una joven responsable, reflexiva, curiosa y consciente del papel que le ha tocado desempeñar ahora que, jurada la Constitución, su papel institucional cobra mayor importancia. Lo mismo se decía del entonces Príncipe de Asturias.

"Lo encontré muy serio, muy responsable, reflexivo, se veía que había una persona sólida", explica el periodista asturiano Juan de Lillo (Moreda, 1935), quien en 1986 realizó una entrevista exclusiva con el heredero de la Corona para LA NUEVA ESPAÑA con motivo de sus 18 años y la jura de la Constitución. Salió publicada el domingo 26 de enero, cuatro días antes del acto solemne en el Congreso.

"Quiero estar a la altura de lo que de mí esperan todos los españoles", "pienso que el futuro hay que ir ganándolo cada día y que esto supone un esfuerzo de todos", "mi esperanza es saber responder al lema de mi padre: ser el Rey de todos los españoles" o "alguna vez he pensado que me hubiera gustado hacer otro tipo de vida, pero cada uno tiene un cometido" son algunas de las sentencias que el joven príncipe dejó negro sobre blanco en las páginas de este periódico y que, según el autor de la entrevista, dan buena idea de que "se avecinaba un gran rey, como así ha sido. Creo que Felipe VI es el mejor de la historia, el más formado y el más preparado".

Fue aquella una de las dos entrevistas, la única a un periódico regional, concedidas por la Casa Real entonces. La otra fue a "El País". En la misma se descubre a un joven que "daba muestras de mucha madurez" para su edad, reseña el periodista, lo mismo que ahora se dice de su hija Leonor. "Por lo que he visto la Princesa es heredera en todo, muy consciente de lo que le ha tocado", opina De Lillo.

No faltaron, por supuesto, las referencias a la tierra que da nombre al título de heredero de la Corona. "Quiero identificarme cada vez más con Asturias, que tanto me atrae y tanto significa para mí", sostenía Felipe de Borbón, quien ya gozaba de intensos vínculos con el Principado, tras visitarlo en varias ocasiones, desde 1981 como mínimo una vez a año debido a la entrega de los premios "Príncipe de Asturias". Para los asturianos tuvo palabras de agradecimiento en la entrevista: "Por el cariño y la ilusión con que siempre me han recibido". Y también una petición: "Que sigan adelante y con empeño de verdaderos asturianos en solucionar sus problemas, porque todo lo que hagan será por el bien de Asturias y por el bien de España". Reconocía de aquella el hoy Rey Felipe VI, que pese a visitar el Principado con asiduidad conocía "superficialmente Oviedo, Covadonga y Avilés", y mostraba su deseo de "volver con más tiempo para completar" sus conocimientos. Con el paso de los años, acabaría casándose precisamente con una asturiana, la ovetense Letizia Ortiz, a la que conoció en Madrid, algo que, labor institucional aparte, le ha hecho conocer mejor la región y estrechar vínculos.

Recuerda Juan de Lillo que no fue complicado lograr la entrevista con el heredero. "Planteé que había que hacerlo, que el periódico de Asturias tenía que entrevistar al Príncipe de Asturias en momento tan señalado como sus 18 años. Los jefes me dijeron adelante y lo hice. Yo siempre decía que el no por delante ya se tenía, que había que intentarlo", describe.

Con todo, quizá tuvo un "pequeño" empujón asturiano en Madrid, porque entonces el jefe de la Casa Real era el ovetense Sabino Fernández Campo. "Le llamé y le dije: ‘Oye Sabino, vamos a ver, en LA NUEVA ESPAÑA no podemos quedar sin hacer una entrevista al Príncipe’. Me dijo que le mandara el cuestionario. ‘Luego vienes y le conoces’, añadió. Y así fue. Sabino me envió las preguntas respondidas por escrito y en Madrid tuve oportunidad de visitarle. No fue mucho tiempo, pero el suficiente para llevarme una buena impresión", reseña Juan de Lillo. "Para mí fue una gran satisfacción".

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