La "huida" de conductores fuera de Asturias relaja la espera en las ITV... y fracasa la negociación para acabar con la huelga

El Principado dice haber hecho "la mejor oferta dentro de lo posible"

Isaac Pola, a la derecha, al inicio de la reunión con los trabajadores de la ITV, ayer, en la sede del Sasec.

Isaac Pola, a la derecha, al inicio de la reunión con los trabajadores de la ITV, ayer, en la sede del Sasec. / LNE

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

Casi seis horas de reunión en la sede del Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (Sasec) no fueron suficientes para que el Gobierno regional y los trabajadores de la ITV alcanzasen ayer un acuerdo que ponga fin a un conflicto que está causando un perjuicio inconmensurable a miles de conductores. El viceconsejero de Industria, Isaac Pola, que había sido designado como negociador para terminar de una vez por todas con una huelga que se viene arrastrando desde noviembre –aunque las protestas se iniciaron mucho antes–, presentó este jueves "su mejor oferta dentro de lo posible y lo legalmente admisible", pero los trabajadores consideraron que no es suficiente para descocar los paros. Mientras, en algunas estaciones de la región la lista se relaja porque muchos afectados están renunciado a sus citas para hacer la revisión de sus vehículos en regiones vecinas.

Pola pidió a los sindicatos que admitiesen alguno de los puntos ofrecidos y continuasen las negociaciones en el marco de la empresa, siempre tras desconvocar la huelga. Los trabajadores aceptaron mantener las conversaciones, pero sin renunciar a unos paros que ya han incrementado las listas de espera en cuatro meses y han obligado a la suspensión de más de 17.000 revisiones. Ante esa actitud, el representante del Gobierno regional dio por rotas las conversaciones: "No continuaremos en este marco las negociaciones mientras haya huelga".

Antes de la reunión, el viceconsejero se mostraba esperanzado. "Vengo con la intención de sacar una salida adecuada al conflicto, tanto en beneficio de los trabajadores como de los ciudadanos", aseguraba a eso de las cuatro y media de la tarde. "Hay una serie de puntos focalizados para canalizar esa negociación que hoy trataremos de resolver de forma que se pueda desconvocar la huelga, normalizar la atención y satisfacer en la medida de lo posible las reivindicaciones de los trabajadores de la ITV", añadía.

El planteamiento del viceconsejero fue proponer a los huelguistas un complemento de compromiso, establecer el horario laboral de 35 horas, aunque para el próximo mes de septiembre, y elaborar una nueva estructura de categorías previo análisis de las necesidades y las funciones del servicio. Industria supedita las mejoras salariales a una reducción del alto absentismo que registra la plantilla y a un incremento de la productividad, que conllevaría una eliminación de las listas de espera. Según argumenta Industria, en las empresas públicas, no se puede incrementar la masa salarial por encima de lo establecido sin una contrapartida, que en este caso supondrá "establecer un servicio de calidad y como es debido para los ciudadanos".

Por su parte, los sindicatos se negaron a desconvocar la huelga aduciendo que se habían ignorado puntos que consideran medulares, como es el incremento de contrataciones, y no solo para estabilizar la plantilla; igualar las categorías del personal y devolver el complemento de antigüedad. Los trabajadores consideran que la única forma de reducir las listas de espera en las estaciones de ITV asturianas es aumentar significativamente el número de trabajadores. Y se aferran al arma de la huelga, confiando que la presión de los ciudadanos doble la mano del Gobierno.

Cantabria, saturada ya

La huelga no solo ha saturado las diez estaciones de ITV de Asturias, sino que amenazar con hacer lo mismo con las de regiones vecinas. De hecho, la de San Vicente de la Barquera ha visto incrementada su actividad de forma tal que ya tiene una lista de espera de 25 días, todo ello por la afluencia de conductores residentes en Asturias, que ya suponen el 66 por ciento de su actividad.

En Asturias, las listas de espera superan los cuatro meses en una de las estaciones de Gijón, donde el primer hueco es para el 25 de mayo, o casi los rozan, como en la de Avilés (119 días de espera), la del Nalón y la de Mieres (116 días), la de Granda (111 días), Pruvia (109), Parque Principado (106) o el Oriente (105). En las dos del Occidente –Jarrio y Cangas del Narcea–, la espera es de mes y medio. Paradójicamente, las estaciones de ITV de las Cuencas han mejorado ligeramente sus cifras debido a la "huida" de muchos usuarios, que también ha ralentizado las demoras en el resto de puntos de inspección. Hace unos días, en la del Nalón, la primera cita libre era el 4 de junio, pero ahora se ha reducido drásticamente por un claro motivo: los conductores no quieren esperar tanto y suspenden sus citas para ir a otras estaciones donde les atiendan antes, como las situadas fuera de Asturias. Las que menos saturadas están son las de Foz, en Lugo, con seis días de espera, y Onzonilla, en León, que da cita para el 24 de enero. En Ojedo (Cantabria), la lista de espera es aún inferior, de cinco días. En Villablino, la primera cita es para el 6 de febrero, es decir, para dentro de 19 días.

Así las cosas, el conflicto parece haberse enquistado, una mala noticia para los usuarios. Por cada semana de huelga –los trabajadores paran cinco horas los lunes miércoles y viernes–, las listas de espera se alargan entre tres y cuatro semanas. Es evidente que, una vez finalice esta huelga, será necesario llevar a cabo un plan de choque para normalizar un servicio que no está cumpliendo con lo que se pide de él. De hecho, ya hay voces que apuntan a un cambio de modelo y dar entrada a la iniciativa privada.

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