Batalla de bloques en una Asturias en cambio económico y por debajo del millón: el análisis de Vicente Montes

Los socialistas de Adrián Barbón confían en la victoria evitando el desgaste por el clima nacional y los populares de Diego Canga pelean para que la suma de siglas del centro-derecha haga posible un vuelco

montajedentro

montajedentro

Vicente Montes

Vicente Montes

Las elecciones autonómicas en Asturias, cuya campaña electoral comienza hoy, medirán la capacidad de resistencia del gobierno del socialista Adrián Barbón y cuánto es capaz de rentabilizar el PP tanto el "efecto Feijóo" nacional como el desplome de Ciudadanos. Los populares presentan un candidato independiente ajeno a la política, Diego Canga, que hasta ahora ha sido alto funcionario de la Comisión Europea, pero las encuestas siguen colocando al PSOE (un partido que ha mantenido la hegemonía en el Principado en 35 de los 40 años de gobiernos autonómicos) en cabeza. La batalla electoral está en cómo se conformarán las sumas de la mayoría parlamentaria necesaria para lograr el gobierno. Por un lado, si el PSOE de Barbón consigue los diputados suficientes que le permitan seguir gobernando en solitario o, por el contrario, deberá aceptar alianzas con otros partidos de la izquierda: IU y Podemos. Por el otro, si la derecha podría llegar a arrebatar ese poder a los socialistas con un acuerdo a tres bandas (PP, Vox y Foro Asturias). La primera dicotomía es la que arrojan la mayoría de las encuestas; el segundo escenario, el que señalan como hipótesis más favorable los sondeos de los populares.

Los retos regionales

En una comunidad autónoma que cuenta con tres circunscripciones electorales (recogidas así en su ley electoral para salvaguardar el peso político de las zonas occidental y oriental, menos pobladas), la incertidumbre afecta a un buen número de escaños, por lo que ninguno de los actores electorales afronta con certezas la cita del próximo 28 de mayo.

Asturias encara las urnas inmersa en un proceso de transformación económica aún con incógnitas en el horizonte, envuelta en una sensación de declive que constituye una posición psicológica casi endémica pero con la mirada puesta en hitos que habrán de suponer un cambio relevante para la comunidad autónoma. Tras casi 40 años de caída de la natalidad, el Principado sufre un prolongado decrecimiento vegetativo –una pérdida continuada de población que le hace perder el estatus del millón de habitantes– y padece un envejecimiento acusado.

barbon

Adrián Barbón, candidato del PSOE.

Además, el proceso de descarbonización afecta a algunos de los pilares productivos de la región: tras el cierre de térmicas (Soto de la Barca y Lada), la principal bandera industrial de Asturias, Arcelor, proyecta un profundo cambio para adaptar el proceso siderúrgico a los criterios de sostenibilidad ambiental, vinculado al hidrógeno y con financiación europea. Esta transformación energética también ha conllevado el impulso a proyectos de generación eólica, tanto terrestre como marina.

Así las cosas, Asturias mira a un futuro más sostenible y verde, en el que el turismo de naturaleza se convierta en una fortaleza y en el que las empresas relacionadas con la I+D+i, las nuevas tecnologías o el ámbito biosanitario constituyan un nuevo paradigma económico que combata las elevadas tasas de desempleo.

La entrada en servicio de la conexión de alta velocidad entre Asturias y Madrid por la Variante de Pajares, prevista para noviembre tras décadas de obras, debates técnicos y políticos y un sinfín de retrasos, está llamada a establecer un tiempo nuevo en las comunicaciones del Principado con la Meseta, que largamente han contribuido a la sensación de aislamiento.

El medio rural alza su voz

Y en medio de ese magma arde el medio rural. Los sectores de la agricultura y la ganadería, profundamente sometidos durante décadas a medidas para garantizar su competitividad siguiendo las directrices europeas, tratan de abrirse camino con una industria agroalimentaria vinculada a la calidad y pegada al terreno, pero sufriendo continuas dificultades y trabas; la principal de ellas, la falta de relevo generacional y el continuado goteo de despoblación, en parte debido al hándicap de las comunicaciones, la conectividad y los servicios.

Se añaden las medidas del Gobierno central para elevar la protección sobre el lobo, poniendo en entredicho el modelo de gestión llevado a cabo en Asturias (que permitía un control de la especie), que han agotado la paciencia del sector ganadero, que se considera desprotegido ante los ataques que sufren los animales en diferentes puntos de la región, especialmente en la zona oriental.

Diego Canga, candidado del PP

Diego Canga, candidado del PP

Y el campo, que ha salido a las calles en varias ocasiones para reclamar más atención, ha elevado su queja recientemente tras la última oleada de incendios, sintiéndose en el centro del debate de si los fuegos han sido causados por prácticas indebidas para la generación de pastos o si, precisamente, fueron tan voraces por el abandono de políticas para el medio rural que favoreciesen la limpieza de los montes y el cuidado de los recursos.

En esa confluencia entre la defensa de las actividades tradicionales para garantizar la actividad económica de un medio rural que supone la mayor parte del territorio autonómico y los retos industriales y tecnológicos, Asturias trata de encontrar respuestas en las elecciones autonómicas. Todo ello sin ser ajena a los debates nacionales y el marco de batalla por el poder entre socialistas y populares, que miran por encima de las urnas del próximo 28 de mayo hacia el horizonte de las cercanas elecciones generales.

Tres espacios de batalla

Este marco condiciona las diferentes estrategias de cada partido para lograr representación en un parlamento autonómico de 45 diputados, de los que 5 corresponden a la circunscripción oriental y 6 a la occidental.

Precisamente esa región troceada en circunscripciones convierte cada una de ellas en un campo de batalla con sus propias singularidades. El centro está dominado por el peso demográfico de las dos principales ciudades, Oviedo y Gijón, compensado también por otros municipios (Avilés, Siero y los concejos mineros). El Occidente es un territorio amplio que se ha sentido olvidado históricamente de las inversiones regionales en infraestructuras. Esta legislatura ha visto seccionadas por largo periodo sus conexiones por carretera a causa de derrumbes y problemas técnicos. Su queja ha motivado, incluso, el nacimiento de un partido vinculado al movimiento de la España Vaciada, SOS Asturias, que surgió inicialmente limitado a esa zona pero que finalmente concurre en todo el territorio asturiano. Por último, en el Oriente la queja ganadera cobra especial relevancia.

Manuel Iñarra, candidato de Ciudadanos

Manuel Iñarra, candidato de Ciudadanos.

El PSOE defiende la plaza

El PSOE espera revalidar, como mínimo, los 20 diputados que ahora posee en la Junta General, aunque algunas encuestas apuntan la posibilidad de pérdida de un diputado. El presidente, Adrián Barbón, ha tratado de acotar los debates de la campaña al ámbito regional, lejos del ruido nacional. Desde hace meses, los socialistas asturianos han llevado a cabo una labor minuciosa para tratar de vincular su marca al territorio, con la estrategia incluso de definirse como "el partido de Asturias" y poner un cortafuegos al posible daño por el desgaste del gobierno de Pedro Sánchez. Los socialistas son, además, el partido con mayor poder territorial (45 de los 78 municipios).

El argumento principal de Barbón está en señalar la próxima legislatura como la necesaria continuidad de esta para sacar adelante los retos regionales, después de cuatro años en los que la pandemia o las consecuencias de la guerra de Ucrania obligaron a reorientar las prioridades. Precisamente de la gestión de la pandemia saca pecho Barbón, que logró asentar la imagen de protección basada en que Asturias libró de manera significativa la primera ola del virus, si bien el impacto de los contagios en una población altamente envejecida fue bastante significativo y en los últimos meses el sector sanitario ha salido a la calle reclamando más organización y mejoras salariales.

Covadonga Tomé, candidata de Podemos Asturies

Covadonga Tomé, candidata de Podemos Asturies.

Pero los socialistas también tienen sus problemas: los dos principales municipios, Gijón y Oviedo (que concentran casi la mitad de la población regional) no parten ventajosamente para el PSOE en las urnas municipales. En Oviedo, Alfredo Canteli, alcalde independiente del PP, se siente rozando la mayoría absoluta al incorporar a los principales activos de Ciudadanos en la localidad; en Gijón, donde los socialistas sufrieron una importante crisis interna que acabó con unas primarias que desbancaron a la hasta ahora alcaldesa, concurre por Foro Asturias la que fuera ya regidora, Carmen Moriyón, alterando las expectativas electorales. Con todo, Barbón confía en que en esos dos principales municipios el voto se divida a su favor en el momento de elegir las papeletas para el municipio y para la comunidad autónoma. Además, los socialistas confían en que Asturias sea una de las comunidades en las que mejor resista el voto socialista.

El PP sueña un vuelco

El PP asturiano viene de una larga herida. En 1995, los populares lograron por primera vez el gobierno, en plena ola nacional de José María Aznar, pero aquel Ejecutivo concluyó con una agónica crisis, con el PP (controlado entonces por el hoy exministro Francisco Álvarez–Cascos) enfrentado al que fuera presidente, Sergio Marqués. Tras un periodo en el que el PSOE recobró la mayoría absoluta para ir luego reduciendo su victoria, los populares volvieron a fracturarse en el momento de mejores expectativas, en un clima de cambio de ciclo nacional con el PP de Mariano Rajoy.

En las elecciones de 2011, la batalla sobre quién debería ser el candidato autonómico concluyó con la formación de un partido, Foro Asturias, presidido por Álvarez–Cascos, que terminó ganando las elecciones autonómicas con 16 escaños y dejando a los populares reducidos a 10 diputados. Pero aquel gobierno, bronco y poco dado a negociaciones, concluyó abruptamente y Cascos convocó nuevas elecciones en 2012 que devolvieron el poder a los socialistas. Herida tras herida, el nacimiento de Ciudadanos y la irrupción de Vox volvieron a dividir al votante de centro-derecha.

Adrián Pumares, candidato de Foro

Adrián Pumares, candidato de Foro.

No sin polémica interna, los populares designaron por decisión de Génova un nuevo candidato, Diego Canga, quien hasta ahora se había movido ajeno a la política regional, pero que contaba con un reconocimiento despojado de partidismos por su labor en la Comisión Europea y su vinculación como jefe de gabinete de Antonio Tajani, hoy vicepresidente de Italia. No en vano, Canga llegó a ser reconocido por el gobierno socialista de Javier Fernández con la "medalla de plata" autonómica. El perfil "gestor" de Diego Canga, su conocimiento sobre la política europea en un periodo en el que serán claves los fondos procedentes de la Unión y el desgaste de Sánchez son algunas de las principales armas de los populares, que además aprovechan esa sensación de declive regional, las incertidumbres económicas, la crisis del campo y la falta de oportunidades como argumentos para reclamar un cambio de ciclo.

El desplome de Ciudadanos, de cuyas filas los populares han incorporado a cargos, permitiría por mera aritmética al PP sumar a sus actuales 10 diputados los cinco de la formación naranja. Pero el PP sueña con ganar un extra por el descontento y las tensiones nacionales. Con una expectativa optimista propia de llegar a los 17 diputados, el PP ve opciones de que la suma con otros partidos permita a partir del 28 de mayo una alianza que supere en mayoría a la izquierda.

Ovidio Zapico, candidato de IU

Ovidio Zapico, candidato de IU

Fragmentación

En el bloque de izquierdas, los socialistas confían en el colchón de los dos partidos ideológicamente más cercanos: Izquierda Unida (que se presenta en una confluencia que incorpora a Más País, y tuvo 2 diputados en la última legislatura) y Podemos (que consiguió 4 escaños en 2019). Pero los morados han atravesado una severa crisis por la división entre la dirección regional y su candidata. Con todo, la izquierda ve mantener la mayoría del parlamento como lo más probable, pero queda por determinar por cuánto y si el PSOE logra evitar una imagen de debilitamiento que le permita gobernar sin ataduras.

En el bloque de centro-derecha, la situación tampoco es sencilla. Vox llega con expectativas de crecimiento, Ciudadanos pelea su mera existencia parlamentaria para lo que necesita obtener de partida el 3% de los votos y Foro Asturias (que finalmente terminó expulsando a Álvarez–Cascos y a quien ha denunciado en el juzgado por apropiación indebida, causa por la que afronta petición de cárcel) fía su fortaleza al peso que mantenga la candidata de Gijón (ya fue alcaldesa y parte con buenas expectativas). También a la suma de otros respaldos en Asturias, en especial en el Occidente.

Vox logró 2 escaños en 2019 y ahora cree que podría subir a 3 e incluso 4; Foro parte de los dos diputados de esta legislatura y combate la tendencia a que se centralice voto del centro-derecha en el PP para lograr su supervivencia autonómica. El resultado de este sector debería alcanzar los 23 diputados para plantearse la opción de un vuelco, pero además tendría que ser capaz de lograr acuerdos de investidura y gobierno estable, con o sin coaliciones. Esa es la parte más espinosa.

Carolina López, candidata de Vox

Carolina López, candidata de Vox.

Dos bloques, un objetivo

Así las cosas, Asturias se debate en bloques: pocas opciones tiene el PP de superar a los socialistas y debe confiar además en la suerte numérica que permita al centro-derecha adelantar a la izquierda. Precisamente por ser Adrián Barbón uno de los barones socialistas que partía hace meses con las mejores expectativas electorales, los populares se centran en considerar que su desgaste ya sería una importante victoria. Por contra, los socialistas pelearán su hegemonía y la libertad para seguir gobernando sin necesidad de alianzas y coaliciones que condicionen, confiando en un parlamento lo bastante fragmentado como para lograr acuerdos transversales para la aprobación de los Presupuestos, como ocurrió esta legislatura. A esto se añade la incógnita del voto emigrante: sin las trabas del voto rogado, más de 120.000 asturianos en el extranjero tienen la posibilidad de intervenir en el resultado. En conjunto, serían el tercer municipio. Y todo ello, en un momento en el que Asturias, una vez más, siente que se juega su futuro.

Suscríbete para seguir leyendo