Pólvora mojada en el Alimerka Oviedo Baloncesto: es el peor equipo de la Liga en anotación y en los tiros de tres

El lastre del OCB en su lucha por la permanencia, en el lanzamiento exterior

Chuso González, jugador del Alimerka Oviedo Baloncesto

Chuso González, jugador del Alimerka Oviedo Baloncesto / Julián Rus / OCB

La derrota de la última jornada a manos del Melilla, o, mejor dicho, la forma en la que se produjo, ha vuelto a airear las grandes deficiencias del Alimerka Oviedo Baloncesto en un curso que se está transformando en una lucha sin cuartel por la permanencia en la LEB Oro: el equipo azul es el peor anotador de la competición y el peor lanzador de triples. Algo que tuvo muy presente el técnico del Melilla, Gonzalo García de Vitoria, que diseñó una defensa cerrada y consiguió un doble propósito: flotar a los jugadores locales para que tiraran desde lejos (y fallaran) y tener mejor colocados a sus reboteadores para salir en transiciones rápidas y evitar que el OCB asentara su defensa, su mejor argumento.

Los números no mienten. El equipo que dirigió Trifón Poch y ahora entrena Guillermo Arenas es el que menos anota de toda la liga. Su media es de 68,4 puntos por partido, y es el único que no llega a los 70. Le siguen en este raquítico ranking el Albacete (70,8) y el Juaristi (71,8). Lejos, muy lejos, queda la media de la competición, fijada en 76,2. Solamente dos jugadores del conjunto de la capital del Principado superan los diez puntos de media por choque: Romeo Crouch, 12,4, y Oliver Arteaga, con 10,5.

Subir la anotación es uno de los objetivos que se marcó Guillermo Arenas cuando cogió el equipo, algo que de momento no ha conseguido. Desde aquella jornada del debut del técnico ovetense, en Burgos, la media ha subido únicamente tres décimas: de 68,1 a 68,4, gracias en buena medida al partido contra el Juaristi, que suele ir a marcadores altos (84 le metió el OCB).

La escasa puntería de los lanzadores del Alimerka Oviedo está siendo otra de las constantes negativas de la temporada. Cierto es que en muchos partidos el equipo jugó mal los minutos finales, unas veces agarrotado y otras excesivamente acelerado, pero ante el Melilla quedó en evidencia que los jugadores del Oviedo no las metían en lanzamientos cómodos, con tiempo y espacio para realizarlos, y en fases tempranas del choque. El comienzo fue prometedor (Pruitt metió el séptimo triple del equipo a poco de empezar el segundo cuarto para situar al OCB nueve arriba), pero el equipo visitante persistió en su estrategia y los fallos, y con ellos las dudas, se fueron adueñando de la plantilla local. La estadística final en este apartado, 9 de 34 (un 26,5 por ciento).

En este apartado también es el peor de la LEB Oro el Oviedo Baloncesto. Mete un 28,7 por ciento de los tiros desde más allá de 6,75, por detrás de Cáceres (30%) y Albacete (30,6). La media de los 18 equipos de la liga es del 34,9 por ciento.

Con esos números, las estadísticas individuales son del pelo. Se salva Thorir Thorbjarnarson, que es el séptimo mejor lanzador de la competición con un 44 por ciento (16 de 36). Se antojan pocos tiros desde fuera para un jugador que la mayoría de las veces trata de romper las defensas en penetración. El resto presenta unos porcentajes muy pobres. Crouch, cerca del 32 por ciento, y Pruitt, que roza el 31, son los únicos que superan el treinta por ciento de aciertos. Chuso, el que más tira (casi cinco por encuentro), tiene un 27,3; Peñarroya, Clevon Brown y Doménech rondan el 26; Martí tiene un 25... Especialmente sangrante es el caso de Fabio Santana: 1 de 18. Meana y LeCesne abandonaron la plantilla con el 35 y el 30 por ciento de aciertos de tres. Comendador dijo adiós a la temporada con una grave lesión de rodilla sin haber anotado un solo triple en toda la campaña, de los seis que intentó.

A pesar de los pesares, el equipo ha demostrado tener argumentos para competir los partidos. Falta harán en un final de temporada que se prevé tenso.

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