La opinión sobre el Mundial: Por el mismo camino que casi siempre

El Mundial de las idas y venidas de maletines que habrán servido para que alguno adquiera su segunda, tercera, cuarta vivienda… o para convertir la piscina "Estoy con Toi" en un vaso climatizado de dimensiones olímpicas ha devuelto, otra vez, a la dura realidad a la "Espaaaañññaaa" futbolística. Mucha posesión, millones de pases inocuos y nula pegada ante una selección de Marruecos que salió a colgarse del larguero y esperar su ocasión, ya fuera en una contra en modo la última carga de la Brigada Ligera o a la espera de alguna pifia con los pies de nuestro último hombre. Pero, sobre todo, la meta era llegar a los penaltis una vez que quedó demostrado que España se dejó todo su torrente ofensivo contra Costa Rica haciendo bueno el clásico de "vísperas de mucho, días de nada". Repitiendo lo sucedido un día antes con los japoneses ante Croacia, los de Luis Enrique no dieron una desde los once metros. Fiestón marroquí, funeral y lágrimas en España en lo que se supone que será el fin de ciclo de Lucho al frente de la Roja.

Si los penaltis no son una lotería, como ha venido defendiendo el técnico asturiano en las últimas semanas, lo entrenado en Qatar por los españoles no sirvió para mucho. Y así, España se convierte en la primera favorita en caer en la segunda fase, tal y como se temía más de uno. Aunque tampoco hay que sorprenderse si se tiene en cuenta el historial de los nuestros en los grandes torneos excepto el ciclo ganador que nos hizo ser grandes entre 2008 y 2012. El consuelo, si es que lo hay, debería ser que de estas cosas se aprende, y más un combinado con una baja media de edad al que le debería quedar todavía un largo futuro por delante. La tarde "furgolística" siguió con el Oviedo en un Tartiere todavía con la resaca que dejó la eliminación del equipo que se supone es de todos, ¿oyisti, güey?

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