¡Ándale Sporting, no te rajes!

Mario Antuña

Mario Antuña

Está de moda eso que se denomina "relato" como narración que trasciende a los hechos. Se utiliza como subterfugio para enmascarar la realidad, para hacerla comestible. Sporting y Oviedo escriben su temporada con renglones torcidos. Los oviedistas suman puntos con partidos tan indigestos como una ensalada de regodones; hasta Pachuca ha dicho que una vez sacada la cabeza del hoyo, hay que mejorar el menú. Los sportinguistas venden su competitividad de empates, como un broker un futuro de criptomonedas. Juega, y bien, pero le falta gol, pero mucho gol, y no es mala suerte, pues cuando se convierte en tendencia más que mal fario es una carencia; ¡dónde estaríamos hoy si hubieran entrado solo el 25% de las claras ocasiones marradas tirando al muñeco! Los relatos fracasan ante las evidencias y los sustituyen los tópicos, que en el fútbol llenan enciclopédicos tomos. En un derbi solo cabe un relato, el que lleva a la victoria, ¿jugando bien o mal?, no se hagan trampas al solitario al responder. Si existiese una puntuación meritoria, por competitividad, vistosidad y ocasiones, el Sporting se impondría con claridad al Oviedo de cuyo juego huyen hasta las aburridas ovejas. Pero estoy seguro de que nos tragaríamos con gusto una victoria sportinguista tan incomible como los regodones en ensalada, aunque la preferiríamos con el relato de una incruenta y deportiva balacera de goles. ¡Ándale Sporting, no te rajes!

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