La opinión de la derrota (71-86) del Alimerka Oviedo Baloncesto: Chuso no puede con Gipuzkoa

Los cinco triples en el tercer cuarto del albaceteño fueron insuficientes para el Oviedo Baloncesto

Alberto Menéndez

Alberto Menéndez

Chuso González hizo su mejor partido desde que llegó a Oviedo, pero no pudo ayudar con sus 17 puntos (y la energía que trasladó a sus compañeros y a la grada de Pumarín) a la victoria del cuadro carbayón ante el Gipuzkoa. Después de llegar a perder hasta por 16 puntos en el tercer cuarto, una gran racha en el tiro de Chuso, con cinco triples de cinco intentos, y los mejores minutos en el partido de un renqueante Romeo (que apenas entrenó durante la semana) sirvieron para acercar a los oviedistas a cuatro puntos. Pero ahí se acabó la remontada de los asturianos, porque los vascos volvieron a imponer su ritmo de partido y se fueron distanciando de nuevo hasta llegar a un final tranquilo para sus intereses, con una diferencia de 15 (71-86).

Pero el marcador final lleva a engaño. Hubo fases en las que el Oviedo creyó en la victoria. El Alimerka pudo haberse metido de nuevo en el encuentro en los primeros minutos del último cuarto si sus jugadores hubiesen estado más atinados bajo el aro contrario. Bajo el aro, no en el tiro en este caso (en el que estuvieron más acertados de lo habitual). Fueron varias las canastas más o menos cómodas falladas por los jugadores de Trifón Poch debajo de la cesta de los guipuzcoanos, después de haber hecho lo más difícil, llegar cómodos a la bandeja o coger un rebote después de un enorme esfuerzo. Fueron errores de los que desaniman. Y eso fue lo que les sucedió a los de casa.

Lo que está quedando claro a medida que pasan los partidos es que en esta temporada hay unas grandes diferencias entre los equipos de la parte alta de la tabla y los de abajo. Al Oviedo Baloncesto y a los de su liga les cuesta mucho, pero mucho, imponerse a los de arriba. Lo importante, por lo tanto, es no fallar ante los que, como los carbayones, luchan por mantener la categoría. Y luego, si acompaña la suerte y alguno de los equipos más poderosos no tiene su día, pues aprovechar la oportunidad y disfrutar del triunfo, si es que se produce. Ayer no fue el caso, aunque por ganas no quedó. Gipuzkoa no falló, aunque tuvo que luchar lo suyo para llevarse la victoria.

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