En territorio comanche

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Vivir en las alturas

Los rojiblancos atesora números de equipos que puede aspirar a todo, mientras, en la casa azul preocupa el regreso de las lesiones

Aficiones del Sporting y del Oviedo

Aficiones del Sporting y del Oviedo / LNE

Pablo González

Pablo González

Transcurridas diecisiete jornadas de Liga, parece que ya se puede decir que el Sporting se ha acostumbrado a vivir en las alturas. Atesora números de equipo que puede aspirar a todo. Solo un ejemplo: de los últimos catorce partidos solo ha perdido uno. Gana cuando hace por ello y suma cuando lo merece menos. Aunque los más viejos del lugar tienen claro que a los de MAR les queda todavía pasar una de las grandes pruebas del algodón, que es la de ver cómo gestionan ese bache que les llega a todos los equipos en una temporada tan tan larga. Pero si el bache es empatar dos partidos seguidos, aunque sea contra equipos de la zona baja, bienvenido sea.

Lo que le toca ahora al vestuario y a sus simpáticos seguidores es disfrutar de esta inesperada historia feliz, que en verano se aventuraba de terror. De momento, se va cumpliendo esa máxima que este club se encarga de hacer verdad una y otra vez: cuanto peor, mejor. Cuanto menos se ficha, mejor. Cuando los pesimistas son mayoría, mejor. Cuantas menos opciones de éxito, mejor. Ye lo que hay.

Mientras, a 28 kilómetros Carrión tiene que volver a enfrentarse al problema de las lesiones. Si la semana pasada todo eran aplausos porque la enfermería azul se había quedado más vacía que nunca (a excepción de los lesionados de larga duración), el partido en Anduva dejó más heridas que la derrota en sí. Paulino y Viti apuntan a ser baja para recibir al Espanyol y el técnico de los carbayones tendrá que tirar de Moyano y Romario Ibarra –hasta la fecha la principal decepción de este curso– si quiere puñales por las bandas. ¿Y la ciudad deportiva? Pues seguro que bien, gracias. Casi tanto como lo de Asturias 2030. Pero queda Liga. Y Ligas, ¿oyisti, güey?

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